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sábado, 5 de julio de 2008

Por los canales de San Petersburgo

La ciudad de los zares invita a disfrutar el verano ruso entre monumentos históricos, comidas tradicionales y navegaciones imperdibles.

Como Venecia y Amsterdam, San Petersburgo es parte del selecto grupo de ciudades construidas sobre una red de canales que dotan de un encanto particular. El agua es, por supuesto, un elemento primordial en esta urbe magnífica, que se levanta sobre 42 islas. Pero sólo ella es capaz de deslumbrar desde las grandes fortalezas como la de San Pedro y San Pablo, construida antes que la propia ciudad.

Los paseos a orillas del río Neva, las visitas al Palacio Hermitage y un gran número de obras monumentales seducen desde la riqueza arquitectónica. Pero seguramente una de los mayores tesoros de esta ciudad imperial sea el cúmulo de retratos que han dejado de ella los más grandes escritores rusos. “La ciudad inventada, la más fantástica y premeditada del mundo”, decía Fiodor Dostoievski, y es sólo aquí en San Petersburgo que es posible recorrer la misma distancia que Raskolnikov -el atribulado asesino de “Crimen y Castigo”- hizo hasta la casa donde vivía la vieja prestamista; es sólo aquí que se puede apurar un pocillo en la antigua cafetería de Wulf y Beranger tan cercana al poeta Pushkin; o caminar por la avenida Nevski recordando las depuradas descripciones presentes en la obra de Nikolai Gogol, especialmente en “Las Novelas Cortas de San Petersburgo”, cuyo escenario principal es fácil de adivinar.

Los Jardines de Peterhoff, iglesias como la de San Isaac o de la Sangre Derramada, por supuesto la Fortaleza de San Pedro y San Pablo y el imponente Hermitage son en sí mismas postales de la ciudad y actividades que se deben encarar con al menos tres o cuatro horas de dedicación para disfrutarlas a fondo. Algo que los tours organizados no siempre pueden proveer, aunque en sitios como San Petersburgo sí logran brindar una esperada contención frente a un idioma extraño y una cultura poco conocida para el viajero.


Desde el agua
En la Venecia del Norte no es extraño que una de las propuestas más atractivas sea recorrer los canales a bordo de sencillas lanchas colectivo o de cruceros más sofisticados. En cualquier caso, la perspectiva desde el río Neva o los canales es magnífica.

Antes de abordar, es menester entregarse a las bondades de la cocina local. Un imperdible es el bar del Hotel Astoria, ubicado frente a la plaza de la iglesia de San Isaac para tomar un trago en el mismo lugar en donde Adolf Hitler tenía planeado celebrar la victoria sobre los rusos que nunca ocurrió. Incluso, se cuenta que las invitaciones ya estaban impresas con esta dirección. Otro sitio con historia es el Palkin, restaurante fundado en 1785 que permite conocer cómo cenaban los zares o personajes famosos tales como Tchaikovsky y Dostoyevsky.

Un detalle de gran importancia es que en los restaurantes clásicos, como Demidoff, Suvoroff o Za scenoi, lo ideal es elegir un menú fijo. El mecanismo es sencillo: al momento de hacer la reserva de la mesa, algo generalmente imprescindible, se acuerda un menú fijo que incluye entrada, sopa, segundo plato, postre, agua, té o café. El costo aproximado es de u$s 40 y la razón de este proceder es que de otro modo se puede llegar a demorar dos horas en almorzar. Y definitivamente, no es posible dejar San Petersburgo sin haber probado la carta de Podvorie, el más famoso restaurante de la cocina rusa tradicional, ubicado en Pavlovsk, muy cerca del Palacio del Zar Pablo I.

Volviendo a los canales, las alternativas son numerosas. Desde sencillos paseos por el Neva a u$s 13 por pasajero, hasta salidas nocturnas que permiten ver el momento en que los puentes se elevan desde una embarcación.

En los paseos turísticos siempre está la chance de encontrar un guía que hable inglés, español, francés, italiano o alemán, de modo que nadie se quede sin conocer los detalles de la arquitectura y los barrios que se van visitando no sólo al recorrer el Neva, sino también otros ríos como el Fontanka o el Moika además de otros canales que, durante cada verano boreal, vuelven a la vida y fluyen por las venas de esta ciudad, las más premeditada y fantástica del mundo.

Datos utiles
Cómo llegar
Los vuelos a San Petersburgo rondan los u$s 2.100 y se pueden conseguir a través de Lan, Alitalia, Air France, British Airways y United, entre otras opciones.

Dondo dormir
Existen numerosas opciones de alojamiento de cinco estrellas y categorías inferiores. Una buena fuente de información sobre hoteles es www.saint-petersburg-hotels.com

Información general
En inglés, es la página más completa, con posibilidad de acceder a paquetes de actividades: www.petersburg-russia.com

Paquetes
www.devacaciones.com
www.viajobien.com
www.bidoglioturismo.com

Tomás Natiello
El Cronista Comercial

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