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lunes, 21 de septiembre de 2009

Croacia: Zagreb, entre dos mundos

La capital croata es parte de los Balcanes, pero dígale eso a un zagrebí chic: se indignará. Zagreb es así, contradictoria. Con una onda más parecida a la de Viena que a la de Belgrado.


Viernes
3 p.m. Lección de historia
Pruebe algo de las raíces medievales de Zagreb en las callejuelas de la llamada Ciudad Alta, donde Zagreb comenzó en el siglo 11 como dos pueblos:Kaptol, con su población principalmente clerical, y Gradec, donde se establecieron los artesanos y mercaderes. Unidos en 1850 luego de siglos feudales, los distritos aún tienen personalidades alimentadas por sus orígenes. En Kaptol está la postal de Zagreb: la neogótica Catedral de la Asunción de la Virgen María Bendita (Kaptol 31), que fue construida originalmente en el siglo 13 pero vivió múltiples reconstrucciones en los siglos posteriores. Su interior de mármol resguarda un tesoro de 800 años y la tumba del controversial cardenal croata del siglo 20 Alojzije Stepinac. En Gradec, una caminata de 10 minutos al oeste de la catedral lleva al Museo de Zagreb (Opaticka 20; www.mgz.hr), una ventana hacia la historia política, arquitectónica y artística de la ciudad. Lo más fascinante es una miniatura de la Ciudad Baja, que abarca toda una habitación.

6 p.m. Cerveza y dulces
Alguna vez hubo un arroyo que separaba Gradec y Kaptol, la calle peatonal Tkalciceva hoy está llena de cafés, boutiques y ateliers. El Café Bar Cica (Tkalciceva 18), donde lavadoras recicladas sirven de mesas y una música funky resuena, es el lugar donde se reúnen los zagrebíes más onderos a beberla cerveza local Velebitsko (3,5 dólares el medio litro). Los rakija, combinados de cerveza, se encuentran en sabores como miel, arándano y avellana (2,5 dólares el trago). ¿Muy temprano para beber? El Ivica i Marica restorán y pastelería (Tkalciceva 70; www.ivicaimarica.com), llamado así por la versión croata de Hansel y Gretel, sirve pasteles tradicionales con un giro saludable: nada de azúcar ni harina blanca.

8 p.m. Kebabs con swing
Vinodol (Teslina 10; www.vinodol-zg.hr), como muchos otros restoranes tradicionales aquí, homenajea a la carne. Este lugar (un clásico desde la Yugoslavia de Tito) tiene un comedor de ladrillo y un patio rodeado de hiedra, donde un chef voltea en el grill los trozos de carne y los largos kebabs (desde 12 dólares el plato). Cruzando la calle, Bosko Petrovic, patriarca del jazz croata y septuagenario maestro del vibráfono, maneja el B.P. Club (Teslina 7; www.bpclub.hr). El elegante sótano es sede de cuatro festivales anuales y de jam sessions cada noche.


Sábado
10 a.m. Descubra el kava
"Spica" es el ritual de los sábados en la mañana, cuando los zagrebíes más trendy llenan los cafés cercanos a la plaza Jelacic. El resultado: una mezcla de bolsos de última moda, paparazzi croatas, gente que se mira de reojo y, oh sí, kava (café). Los turistas -esto es, cualquiera que lleve banano- tienen pocas oportunidades en esta competencia de estilo. Mejor consígase una silla en Bulldog (Bogoviceva 6;www.bulldog-zagreb.com), pida un macciato grande (2,5 dólares) y disfrute el espectáculo gratis.

1 p.m. Plato del día
En Dolac, el principal mercado de productos frescos de Zagreb (domingo a viernes, 6 a.m. a 2 p.m.; 3 p.m. los sábados), un ejército de paraguas rojos resguarda los puestos donde se apilan lavandas, nueces, miel y quesos, además de abundantes frutas y vegetales de la estación. "Lo que usted llama orgánico", me dijo un vendedor, "nosotros lo llamamos comida".Cuando ya no se aguante el apetito, almuerce en el restorán Kerempuh (Kaptol 3; www.kerempuh.hr), que enfrenta la esquina noroeste de Dolac.

3 p.m. Palacio en el parque
La Ciudad Baja, que ofrece una vitalidad cotidiana superior a la de la Ciudad Alta, tiene un entorno digno de la era Habsburgo, dominado por una herradura verde de parques urbanos. Bordeando estos oasis, donde se realizan conciertos desde la primavera al otoño, hay joyas arquitectónicas dedicadas a la cultura. La principal es el Museo Mimara (Rooseveltov Trg 5), un palacio neorrenacentista abierto de martes a domingo (7,5 dólares), con una colección de más de 3 mil piezas, de tapices persas a obras de Renoir, Rubens y Degas.

8 p.m. Sabor dálmata
Zagreb está lleno de inmigrantes de Croacia, por lo que la diversidad gastronómica del país está bien representada. Didov san ("el sueño del abuelo") es una konoba, es decir, una taberna al estilo dálmata, que sirve especialidades del delta del río Neretva (Mletacka 11; www.konoba-didovsan.com). El abuelo ya no está, pero se sentiría orgulloso de su descendencia que ofrece ranas y anguilas sobre manteles de cuadrillé rojos.

11.30 p.m. Misa musical
Purgeraj (Park Ribnjak 1; www.purgeraj.hr) es la mejor opción para música en vivo entre todos los clubes que están detrás de las torres de la catedral. Escondido tras el follaje del parque Ribnjak, el sector ofrece un espectro de géneros (funk, disco, punk, ska, blues, jazz y rockabilly) a una multitud internacional y ecléctica. Para animarse, pruebe en la terraza el set de doce shots de licor (16 dólares) que viene en tubos de ensayo.


Domingo
10 a.m. Yugo-nostalgia
El mercado de antigüedades al aire libre en la plaza British (Britanski Trg) es la prueba que hasta los restos de Yugoslavia tienen su valor. Vaya con unos 40 dólares y compre retratos de Tito, cajas de cigarrillos, medallas, monedas y otros recuerdos de la vieja era. Con sus tesoros en la mano, busque un letrero que dice "Simply Luxury Coffee" y cruce hasta Eli's Caffe (Ilica 63; www.eliscaffe.com). El dueño (y barista croata, tres veces campeón), Nik Orosi, tuesta sus propios granos y sirve, sin cucharas, el más sabroso java de la ciudad.

1 p.m. Gánese el sustento
Antes de irse, obtenga un poco de perspectiva en el parque natural Medvednica (www.pp-medvednica.hr; tome el bus 14 o el 8 y luego el 15): 22 mil hectáreas de montaña que observan Zagreb, llenas de zorros, avellanos y robles. Deshágase de todas las toxinas de la noche anterior con un ascenso de mediano esfuerzo que lo llevará al refugio Puntijarka, que alberga un restorán a 992 metros de altura. Recompénsese con unas buenas costillas y porotos (5 dólares) y medio litro de la cerveza local Karlovacko (3 dólares).

Álex Crevar
The New York Times.
Fotos: web

1 comentario:

Hoteles en Croacia dijo...

Zagreb es una ciudad de contrastes, no dudaría en visitarla