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martes, 25 de diciembre de 2012

Australia: Parque Nacional Blue Mountains



Canguro madre y canguro bebé, en su bolsa marsupial, en el valle de Euroka

Cerca de Sydney, las Blue Mountains ofrecen un paisaje agreste hecho de leyendas aborígenes, bosques de eucaliptos y avistaje de canguros. Aquí funciona el tren más inclinado del mundo y se celebra la Navidad en julio, todo un símbolo de la curiosa tierra del “Down Under”.

Con pasajes que periódicamente se están ofreciendo a precios muy interesantes, y vuelos que salen con rumbo directo y sin escalas de Buenos Aires hacia Sydney, Australia se acercó notablemente a la Argentina desde que Aerolíneas Argentinas retomó su histórico vuelo transpolar. Dar prácticamente media vuelta al mundo lleva algo más de medio día y exige una adaptación de 13 horas en el huso horario, pero no hay víctima del jetlag que se queje al desembarcar en la magnífica bahía de Sydney, donde la archifamosa Opera espera a los visitantes con sus velas desplegadas y donde, en pocos días más, brillarán en todo su esplendor los fuegos artificiales de Año Nuevo sobre el Harbour Bridge.

Cumplidas las visitas rituales al Acuario, a Darling Harbour y a la vertiginosa torre Eye of Sydney, hay que empezar a mirar alrededor, y aquí aparece como una de las opciones más interesantes la visita al Parque Nacional de las Montañas Azules, las “Blue Mountains”, el entorno natural de más fácil acceso desde el centro mismo de la ciudad. Para quien se anime a manejar a la izquierda –los caminos están en óptimas condiciones y todo está muy bien indicado– hasta se puede armar un recorrido a medida para atravesar esta región donde se tiene la certeza de avistar canguros y aves exóticas, conociendo algunos de los paisajes más singulares de Australia, un país-continente que ya tiene de por sí una larga lista de lugares excepcionales.

Alimentando wallabies, una de las especies de canguros más pequeñas de Australia

MEET THE LOCALS 
Atención, porque en verano Sydney y su región no tienen nada que envidiarles a los calores sofocantes de Buenos Aires. Por lo tanto hay que emprender el viaje temprano: en realidad, lo más temprano posible. Por un lado, porque así se aprovecha algo de fresco, en las primeras horas de la mañana. Y, por otro, porque es temprano cuando se potencian las posibilidades de encontrarse con canguros en los senderos más agrestes del Parque Nacional, antes de que se escondan en los sotobosques para pasar –ellos también– su día a la sombra. Antes de salir, no está de más chequear si cada uno tiene su sombrero: en todo el país se recomienda cubrir la cabeza y protegerse el cuerpo y la cabeza del sol, incluso en los meses de invierno. En algunos estados es obligatorio para los chicos, por eso es frecuente verlos asistir a la escuela provistos de sombreros que los harían pasar por mini-Crocodile Dundees si no llevaran mochilas al hombro... Existe en las Blue Mountains un circuito de 268 kilómetros preparado para recorridos por cuenta propia, pero también hay numerosas excursiones de día completo o itinerarios a medida para quien quiera disfrutar el paseo más tiempo o en vehículos especiales todoterreno.

Cuando el sol apenas asoma entre las torres de Sydney, ya es hora de irse. Se sigue primero la autopista M4 en dirección a Glenbrook y las Blue Mountains. Hay un centro de información en la entrada de esta localidad, donde se pueden conseguir mapas y buenos consejos sobre hoteles para pasar la noche, haciendo un último repaso de lo que no hay que perderse al visitar la región: por ejemplo, el teleférico del Scenic World y el parque Featherdale. Aunque los negocios y los cafés sean tentadores, hay otros pueblos más adelante y es mejor seguir andando lo antes posible para llegar a la próxima etapa, cuando todavía el aire conserva algo de frescura. En realidad, hay que salir de la ruta principal y desde Glenbrook seguir el camino que bordea un ramal de ferrocarril: entonces el recorrido se adentra por un bosque de eucaliptos, que se hace más tupido a medida que se avanza. Para estar seguros de seguir el camino correcto, en el centro de información es mejor preguntar cómo llegar al claro y al camping de Euroka.

Parte de esta ruta no está asfaltada, pero se puede transitar sin problemas porque se encuentra en buen estado. Kilómetro a kilómetro, sigue el valle que erosionó un arroyo en la roca sedimentaria de las montañas. De repente, el camino llega a una pequeña pradera, que forma un claro en medio del bosque. Allí hay bancos y mesas de madera para hacer un picnic: seguramente habrá ya una combi u otro vehículo estacionado.

Todos vienen para lo mismo, para llevarse el mejor recuerdo que pueden ofrecer las Montañas Azules y algunas de las mejores fotos que se tomarán durante el viaje: porque en todo el Parque Nacional viven numerosos canguros grises, una de las razas más grandes de las decenas de canguros que viven en Australia. En Euroka siempre se los puede ver a la mañana, porque se acercan para pastar en el claro. A veces se ven manadas enteras, otras veces solamente algunos individuos. Pero casi siempre se los encuentra puntuales para la cita. De hecho, es el lugar de más fácil acceso para ver canguros en su entorno natural en las afueras de Sydney, y hay que aprovecharlo, si hay tiempo, sin quedarse solamente con el también interesante pero pequeño minizoo Wildlife Sydney, pegado al Acuario y cercano a la Opera. Lindo e instructivo, no puede reemplazar la experiencia de ver a los animales en su entorno natural. En las Blue Mountains, en cambio, no es tan seguro ver koalas, aunque muchos tiendan el cuello hasta la copa de los eucaliptos con la esperanza de ver esas mullidas bolas de pelos gris agarradas a las ramas más altas, balanceados por la brisa.

Si bien en Euroka las estrellas son los canguros, también se pueden avistar muchas aves, y aunque hay que agudizar la vista porque su plumaje gris los mimetiza con facilidad, se oyen por doquier los kookaburras, cuyo canto parece una risa burlona. Otras aves más vistosas son las cacatúas, con su penacho emplumado, y varias especies de loros. Quien realice el paseo en una excursión en general permanece en Euroka el tiempo necesario para desayunar: es la hora en que los viajeros por cuenta propia aprovechan para quedarse más tiempo, compartiendo el claro del bosque únicamente con los canguros. Es entonces cuando los joeys –el nombre que los australianos dan a los canguritos– quizá se animan a salir de la bolsa marsupial de sus madres, para tirarse al sol junto con los mayores.

Los picos de las Tres Hermanas, símbolo del Parque Nacional Blue Mountains

TRES ROCAS, TRES HERMANAS 
Desde el valle de Euroka se retoma el mismo camino y se vuelve a Glenbrook. Son 42 kilómetros hasta el pueblo siguiente, Katoomba, pasando entretanto por varias localidades. No es raro ver algunos refugios para esperar el colectivo pintados con los personajes de la serie infantil australiana Blinky Bill, que protagoniza un koala...

Katoomba es la mayor aglomeración de las Montañas Azules. Como el resto de la parte accesible del Parque Nacional, está sobre el promontorio rocoso que domina todo el valle. En las afueras de la ciudad y su vecina Leura, las montañas rodean un gran valle, que se ve como un mar de eucaliptos verdes. Esta depresión puede alcanzar una profundidad de más de 700 metros por debajo de la meseta que la rodea. Las montañas, por su parte, alcanzan los 1100 metros en su punto más alto, conformadas por rocas de arenisca que fueron gastadas por la erosión: de ahí sus formas particulares. Es el caso de las Three Sisters, las Tres Hermanas, en las afueras de Katoomba. Es una misma porción de la montaña que se eleva sobre el precipicio del valle, cortada en tres puntas por la erosión. Una leyenda aborigen le dio nombre a cada una: Meehni, Wimlah y Gunnedoo. Se dice que estas tres jóvenes estaban enamoradas de sendos hermanos de una tribu vecina, con quienes no se podían casar por la ley de su propio pueblo. Como en tantas otras leyendas, los muchachos decidieron igualmente raptarlas, lo que provocó una guerra entre los dos clanes. Un hechicero convirtió entonces a las tres hermanas en rocas, en un intento de frenar los combates y apaciguar todo el mundo, con la intención de devolverles su humanidad una vez restablecida la paz. Sin embargo, el hechicero murió durante el combate, y la historia dice que hasta el día de hoy nadie pudo devolver a las tres hermanas su condición humana.

En verdad, hace tiempo que no hay más aborígenes en la región de las Blue Mountains, como en otras partes de las afueras de Sydney. Si bien se ven algunos que otros posando para los turistas, no pertenecen a la tribu gundugurra, que vivía originalmente en estos parajes.

Se llega al punto panorámico para ver las rocas siguiendo una calle bien señalizada de Katoomba. Allí hay un gran estacionamiento para dejar el auto. Las excursiones también paran aquí un rato, para contemplar el paisaje e investigar un poco los recuerdos del centro comercial vecino. Business is business, por más leyenda que haya.

En la puerta del centro comercial, donde por otra parte hay muchas opciones para almorzar, un koala gigantesco invita al abrazo para la foto. Si se visitan las montañas azules en julio, el mes de pleno invierno, hay que aprovechar una ocasión única: varios hoteles de la zona organizan el Yuletide, una suerte de Navidad en contraestación que ilumina toda la región con árboles y velas como si fuera pleno diciembre. Es un curioso festival de la luz, que remite a las tradiciones inglesas pero aprovecha con buen tino la oportunidad de brindar un aire mágico a los bosques del Hemisferio Sur.

En Katoomba tampoco hay que perderse el parque Scenic World. Es un excelente lugar para descubrir y entender mejor la geología y la botánica de las montañas, pero también para regalarse un sustito a bordo del tren más empinado del mundo: 52 de inclinación..., casi imposible hacer más la vertical que en este convoy que funciona como una montaña rusa de juguete. De hecho, la bajada se hace en un vagón totalmente enrejado y la gente se ubica parada pero sujeta durante la bajada. Toda una experiencia.

Una vez llegados al pie de los acantilados, en lo profundo del valle, un paseo sobre tablones de madera permite descubrir todos los matices de las Montañas Azules jugando con el sol de la tarde. Por un sendero se puede llegar hasta al pie de las Tres Hermanas (es una caminata larga y se recomienda llevar agua suficiente, sobre todo durante una tarde de verano). Desde aquí hay otras opciones de paseo: sin embargo quien vaya en excursión tendrá el tiempo más contado; apenas alcanza para caminar la porción entre la llegada del trencito y la estación del teleférico que lleva de nuevo hasta la meseta. En el camino se pasa por la entrada de una mina de carbón abandonada y luego se regresa a Katoomba en teleférico, teniendo una vez más una hermosa vista sobre las Tres Hermanas. Y en este caso sí coinciden, sobre la telecabina suspendida en el vacío (no hay que confundir el Cableway que sube desde el valle y el Skyway que lo cruza desde el Scenic World hasta el estacionamiento de las Three Sisters). Una última recomendación: si bien la parada a Scenic World está incluida en las excursiones, los tickets para el tren, la telecabina y el teleférico son opcionales que se compran aparte en el lugar, según la alternativa elegida por cada uno.

En medio del bosque, el Cableway se sumerge en el corazón de las Montañas Azules

BLACKHEATH Y MOUNT VICTORIA 
Probablemente, a esta altura al viajero ya le parecerá haber pasado su vida entera manejando a la izquierda... pero justamente por eso los carteles en la ruta siguen recordando que hay que tomar precauciones para evitar inconvenientes. Si no se regresa a Sydney en el día, ya es hora de elegir un hotel o un bed and breakfast para pasar la noche. Katoomba y Leura son los pueblos elegidos por la mayoría de los que recorren el Parque Nacional; también hay que tomar en cuenta que es mejor visitar Scenic World antes de las 11.00 y luego de las 15.00, porque el sol se hace menos fuerte y en hay menos gente (las excursiones desde Sydney se concentran en el mediodía).

El segundo día se puede dedicar a llegar hasta Blackheath, a unos 15 kilómetros: allí se levanta el Centro de Interpretación de las Montañas Azules, con guías de los parques nacionales australianos y el Servicio de Espacios Naturales de Nuevas Gales del Sur. Siguiendo los carteles de Govetts Leap se llega hasta un punto panorámico sobre el Valle Grose, de donde salen algunos senderos para caminatas fáciles.

El pueblo siguiente es Mount Victoria, el último del Parque Nacional antes de regresar a zonas de agricultura. Desde ahí se va en dirección a Richmond para llegar al Jardín Botánico de Mount Tomah. El lugar se visita libremente para ver más de 5000 especies vegetales; también hay un café para descansar después de las caminatas por los jardines. Finalmente se llega a Richmond luego de 40 kilómetros: ésta es una de las ciudades más antiguas de Nueva Gales del Sur, y su origen se remonta a fines del siglo XVIII, una edad más que venerable para una Australia que todavía no tiene 250 años de historia.

Desde Richmond se regresa a Sydney por la autopista M7 para desembocar sobre el mismísimo Harbour Bridge, el emblemático puente de hierro que domina el centro de la ciudad y la vecina Opera. Son 65 kilómetros de viaje, pero antes no hay que dejar de hacer una última parada en el camino para conocer el zoológico de Featherdale. Es un mustdo de Sydney, una de esas visitas que hay que hacer sí o sí. Esta vez, para ver por fin koalas.

Alimentando wallabies, una de las especies de canguros más pequeñas de Australia

EL SELLO DE LOS DEMONIOS 
El Featherdale Wildlife Park es un zoo muy completo donde se pueden observar casi todos los animales de Australia; por lo menos los más emblemáticos, que incluyen varias especies de canguros, dingos, koalas, wombats, cocodrilos, equidnas y muchas, muchas aves, desde pingüinos hasta los gigantescos emúes. Y para compensar la frustración de no haber visto ningún koala a lo largo de dos días de recorrido por los bosques de eucaliptos, en Featherdale es posible acariciarlos y sacarse una foto con ellos. En un sector del parque hay varios apostados sobre unas ramas especialmente preparadas para que los visitantes puedan acercarse y casi tenerlos en brazos. Como son varios, siempre hay alguno despierto: porque estos animales adorables en realidad duermen casi todo el día, narcotizados por las sustancias presentes en las hojas de eucaliptos, su único alimento. Aquí también es posible fotografiarse, casi hombro contra hombro, con los ágiles wallabies que viven y circulan libremente en los pasillos del parque, o con confiados kookaburras apostados sobre los cercos de madera.

Los más chicos reciben un pasaporte en la entrada del parque, y en varios lugares hay sellos para que puedan ir marcando su paso y las especies conocidas. ¿En qué otra parte del mundo se podría conseguir un sello del Crocodile Territory? ¿Y del Wombat World? Hasta los temibles demonios de Tasmania tienen uno: junto con las fotos de los canguros de Euroka, las Tres Hermanas y los gritos a bordo del tren más empinado del mundo, son el recuerdo más indeleble que cada uno se lleva de las fantásticas Montañas Azules. Dicho sea de paso, las montañas tienen un verdadero tonito azulado, a la distancia. Se debe a la “transpiración” de las hojas de eucaliptos, las sustancias que dejan evaporar bajo el sol.

Graciela Cutuli
Diario Pagina 12 - Turismo

viernes, 7 de diciembre de 2012

Tips para que viajar en avión con niños no sea una pesadilla




Primero las fiestas de fin de año y después las vacaciones. Llegan tiempos en los que muchas familias se embarcan en la odisea de tomar un avión y volar durante horas con pequeños. Qué darles de comer. Cómo prevenir dolores de oídos, vómitos y mareos

Se acerca la época de comenzar a planificar las vacaciones en familia y la decisión se complica cuando los padres deben decidir si viajar en avión o no con niños pequeños.

Si bien la edad no es un factor que inhabilite a los niños para viajar en avión, se recomienda realizarlo luego de las 6 semanas de vida del bebé, al menos que se trate de un viaje impostergable.

Los bebés de 0 a 2 años viajan sin ocupar asiento, ya que pueden viajar en el regazo de sus padres, pero la mayoría de las aerolíneas para vuelos internacionales tienen cunas y sillas portabebés especialmente diseñadas para el viaje aéreo (tener en cuenta avisar previamente a la aerolínea para reservarlas). Los niños mayores a 2 años viajan ocupando asiento junto a sus padres.

¿Los bebés sufren de Jet Lag?
Al igual que las personas mayores, los bebés pueden tener trastornos en sus rutinas de sueño y alimentación en viajes largos con diferencia horaria significativa.
Algunos consejos para que los niños se adapten más rápidamente a estos cambios son:
  • Hacer que los niños duerman en el avión: el día antes de partir despertarlos más temprano que lo habitual o dejarlos quedarse un poco más tarde para que no sea tan brusco el cambio de horario en el destino.
  • Intentar que el bebé duerma siestas más cortas que las habituales durante el día en el lugar de destino, estimulando así paulatinamente a incrementar el sueño nocturno.
  • Adaptar las ingestas principales a los horarios del lugar de destino.

¿Hay que pedir algún alimento especial?
Aunque en los aviones hay restricciones en cuanto al transporte de líquidos, esto no rige para los alimentos de los bebés como leche maternizada o jugos.

Si el bebé sólo toma mamaderas, calcule cuántas necesita para todo el viaje y al menos llevar dos más por posibles retrasos. Las papillas y los purés deberán llevarlos preparados, ya que por lo común las compañías no ofrecen este tipo de comida a bordo.

¿Qué ocurre con los pequeños que sufren de los oídos?
En los aviones modernos se cuenta con un sistema de presurización muy seguro, que solo causa cambios de presión de la cabina notorios en los momentos de despegue y aterrizaje. Esto puede producir cambios temporarios en la presión del oído medio que desencadenan molestias y taponamiento. Para ayudar a equilibrar esos cambios hay que estimular la deglución en el despegue y aterrizaje (un biberón o vaso de agua es suficiente). Los niños que sufren una otitis media aguda no tienen contraindicado viajar.

Qué hacer para prevenir mareos y vómitos
El mareo que aparece en los viajes también se produce por la aceleración y desaceleración de manera repetida. Aunque raramente afecta a los niños pequeños menores de dos años (ya que se presentan más frecuentemente en viajes en barco o automóvil que en avión) se pueden tener en cuenta algunas recomendaciones para evitarlos:
  • Para evitar los vómitos es preferible dar de comer lo menos posible al niño antes del viaje, para no sobrecargar su estómago.
  • La posición ideal es estar acostado boca arriba con la cabeza bien apoyada.
  • Durante un viaje prolongado se deben consumir frecuentemente cantidades pequeñas de líquidos y comidas sencillas. Si se trata de un viaje corto es preciso evitar los líquidos y sólidos.
  • En niños mayores de 2 años los asientos cercanos a las alas de un avión son los más adecuados para viajar por ser la zona de menor movimiento.
  • No se recomienda en forma general medicar a los pacientes menores de 2 años que presentan vómitos en los viajes. Sin embargo, antes de realizar el viaje es conveniente consultar con su pediatra de cabecera para planificar el manejo de cada caso puntual.

Para tener en cuenta
  • Ante un niño enfermo, se recomienda consultar a su pediatra de cabecera si sugiere o no posponer el viaje.
  • No se recomienda ninguna medicación para que los niños duerman durante el viaje. Además, algunas veces estas medicaciones pueden producir el efecto opuesto con sobreexcitación.
  • En los niños prematuros con historia de enfermedad pulmonar, se recomienda posponer los viajes aéreos para luego del año de vida o más.
Texto e imagen: infobae.com

Asesoró: doctor Ariel Almada (MN 116.474)

martes, 20 de noviembre de 2012

20 consejos para planificar las vacaciones y disfrutar


Una guía con las herramientas básicas para organizar los viajes por la Argentina y el exterior. Desde los documentos y papeles del auto hasta los cuidados para elegir agencias de viaje y hacer reservas online.

Una vista al mar que no existe. El equipaje que no aparece. Un seguro que no cumple. Y la mascota ¿se va con la familia o no? Las vacaciones son el momento más esperado del año. Para que esos días no terminen por convertirse en un problema o un dolor de cabeza que ocupe el lugar del disfrute, Viajes propone veinte consejos para evitar conflictos o saber cómo reaccionar si finalmente aparecen: desde los documentos necesarios para salir del país hasta la mejor manera de armar la valija. También, qué pasa si se demora o cancela un vuelo, los recaudos a la hora de contratar un viaje o alquilar una casa por Internet, cómo pagar los gastos en el exterior, gestionar un seguro de salud y cómo sacarle provecho al celular en el exterior sin morir en el intento.

“Cuando uno se encuentra en una situación de incumplimiento contractual fuera de su domicilio, y peor aún si está en el exterior, la vulnerabilidad y el nerviosismo juegan en contra para acordarse del número de una ley o del monto de un reclamo”, dice Diego Benítez, de la Asociación Argentina de Derecho del Turismo. Y agrega: “La relación entre un pasajero informado y la reducción de conflictos es altamente proporcional.”

Vale la pena recordar que en Argentina, ante cualquier inconveniente, y si el prestador de servicios no responde o lo hace en forma incompleta, todas las contrataciones –excepto las de transporte aéreo– están contempladas por la Ley de Defensa del Consumidor.

1. Revisar los documentos con tiempo
Esencial: si piensa viajar al exterior tómese un minuto para chequear que sus documentos y los de su familia estén vigentes. Nunca falta el pasajero que llega al aeropuerto y se entera de que su pasaporte está vencido en el momento de hacer el check in. Calma, para estos casos ya existe en Ezeiza un Centro Integral del Ministerio del Interior y Transporte que lo tramita en el momento por $ 1.300, con entrega inmediata (se paga sólo con tarjeta de débito o crédito).
Para viajes a países Mercosur y Estados Asociados (Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia, Perú) se puede presentar Documento Nacional de Identidad (DNI), pasaporte o Cédula de Identidad Mercosur expedida por la Policía Federal (utilización válida hasta su vencimiento). Ni la vieja cédula de identidad emitida por la Policía Federal no Mercosur ni las libretas de Enrolamiento y/o Cívica son válidas para salir del país. Estos documentos caducaron el 15 de marzo de este año.
Además, tanto mayores como menores de edad no podrán viajar con constancias de trámite de Actualización de DNI o Pasaportes. Tampoco podrán egresar quienes posean las Cédulas de Identidad Mercosur expedidas por la Policía Federal Argentina vencidas ni los menores que no hayan renovado su DNI. Otro de los olvidos frecuentes: la primera renovación del DNI se realiza entre los 5 y 8 años; la segunda (novedad que rige desde mañana), a los 14. 
En caso de viajar al resto de los países se necesita presentar el pasaporte vigente y, según el caso, visa. Conviene preguntar en el consulado del país de destino los requisitos exigidos para ingresar. En algunos casos, por ejemplo, se requiere que el pasaporte presentado tenga una validez mayor a los seis meses. En cuanto a las visas, los tiempos y costos para tramitarlas dependen de cada país. 
Informes: www.migraciones.gov.ar

2. El auto listo para salir a la ruta
Es obligatorio llevar la licencia de conductor vigente, documento de identidad, cédula verde emitida a nombre del conductor -titular del auto- o cédula azul a nombre de la persona autorizada a conducir un vehículo cuyo dueño es un tercero. Además, recibo de la última patente al día, seguro obligatorio, oblea de Verificación Técnica Vehicular (no es obligatoria en la ciudad de Buenos Aires). Si el auto carga GNC, deberá tener oblea y tarjeta amarilla. Equipo de auxilio obligatorio: matafuegos y un juego de balizas triangular. Conviene tener herramientas como criquet, rueda de auxilio y llave cruz en caso de necesitar un cambio en la ruta. 
El Automóvil Club Argentino recomienda verificar cuándo hizo el último service y si el auto necesita cambio de aceite o filtros. Revise el nivel del líquido de frenos y el funcionamiento de los mismos, así como también el estado de los cinturones de seguridad, que los limpiaparabrisas no estén rotos y los sistemas de luces (de emergencia, marcha atrás, freno, faros cortos y largos) funcionen, entre otras cosas.
Si viaja al exterior, averigüe qué documentación debe presentar –además del registro– y la normativa vigente: en Brasil, por ejemplo, está prohibido manejar con ojotas. Si viaja a Uruguay en barco debe presentar cédula verde, pero si en la misma figuran además otros propietarios, se necesita autorización ante escribano público colegiado (o cédula azul), ya que la propiedad es compartida. Para Brasil, por ejemplo, se necesita copia del título de propiedad del auto y si viaja con el de otra persona necesitará autorización ante escribano público legalizada. Para ambos países se requiere constancia de seguro del Mercosur vigente y cristales grabados con el número de dominio del auto. 
Informes: www.conbrasil.org.ar; www.embajadadeluruguay.com.ar; www.aca.org.ar

3. Pago de gastos fuera del país
Como se sabe, el proceso de compra de moneda extranjera no es fácil. Uno de los obstáculos más comunes es que en la Consulta de Operaciones Cambiarias (COC) de www.afip.gob.ar (donde desde siete días hábiles antes del viaje se inicia el trámite), el usuario, tras registrar su clave fiscal de seguridad número 2 o 3 (requisito ineludible), se entere de que su condición fiscal no lo habilita a adquirir moneda extranjera. Personas cuya situación ante el organismo recaudador sea irregular, los que compraron divisas en los últimos seis meses o los inscriptos en el Régimen de Monotributo son quienes más frecuentemente reciben la negativa. En caso de obtener la validación del formulario, hay que estar preparado para un segundo escenario: que la autorización sea por un monto irrisorio para el tipo de viaje planteado. Desde la AFIP aclaran que se puede presentar (en la dependencia en la que esté inscripto) una nota, “en caso de disconformidad con la respuesta obtenida”. Para viajes a países limítrofes, se autoriza únicamente la compra de la moneda vigente en el destino, y para Europa, la adquisición de euros. Para todos los otros destinos rige la compra de dólares. 
En el exterior, sólo podrán extraer moneda local por cajero automático quienes dispongan de caja de ahorro o cuenta corriente en dólares. En cuanto a las compras, aunque se pueden hacer pagos con tarjetas de crédito y débito, rige el llamado “dólar tarjeta”, es decir, el resultado de sumarle al tipo de cambio oficial un cargo del 15% (rige para todo pago electrónico, sea con tarjetas o en las compras online, siempre que el vendedor sea extranjero). Un consuelo: los cargos acumulados en el año se pueden computar en la declaración jurada anual de los impuestos a las Ganancias y a los Bienes Personales. Las personas en relación de dependencia y monotributistas no alcanzadas por estos impuestos podrán solicitar la devolución de los recargos sufridos en sus pagos electrónicos, mediante el programa aplicativo “Devoluciones y/o Transferencias – Versión 3.0 Release 3 o superior” (www.afip.gob.ar/aplicativos).

4. Cruzar fronteras con menores
Una primera aclaración: si el menor viaja con los dos padres, no se necesita de un permiso escrito: alcanza con presentar la partida de nacimiento o la libreta de matrimonio. 
Los permisos para salir del país con menores de 18 años que viajan solos, con uno de los padres o con terceros (abuelos, amigos) hay que gestionarlos con tiempo suficiente: ocurre que muchas veces no toda la documentación necesaria está disponible. 
Si el menor sale del país solo o con uno de los dos padres, es imprescindible contar con un permiso de viaje que se gestiona en una escribanía, ante un juez de paz o ante las autoridades migratorias de Ezeiza o en la terminal de Buquebus, en el puerto de la ciudad de Buenos Aires. En estos lugares se pueden gestionar los permisos unos días antes de la partida e incluso hasta horas antes. La autorización sirve sólo por el lapso en que el menor estará fuera del país, es decir, específicamente para ese viaje. Para hacer el trámite, es necesario acreditar la filiación de ambos padres con la Libreta de Casamiento con el nacimiento del menor inscripto, Partida o Certificado de Nacimiento o Testimonio Judicial de adopción u otro documento público que “dé plena fe del vínculo invocado”. Este permiso puede ser por un tiempo o hasta que el menor llegue a la mayoría de edad. Según la Resolución 2656 (2011), es decisión de los padres, o de uno de ellos, autorizar la salida por un solo viaje o por un período determinado. 
Informes: www.migraciones.gov.ar

5. Cuidar la salud durante los viajes. 
Antes de viajar a destinos desconocidos o en los que se requiere tomar ciertas precauciones sanitarias, conviene consultar a un médico especialista en medicina del viajero, que le indicará las vacunas apropiadas de acuerdo con su estado de salud, duración de la estadía y tipo de viaje. Además, le hará recomendaciones preventivas relacionadas con algunos destinos. Lo ideal es realizar la consulta con un mes de anticipación. Si toma medicamentos, asegúrese de que su médico le prescriba la cantidad necesaria para el tiempo del viaje. Llévelos en su envase original y con una prescripción médica donde consten tanto los nombres genéricos como las marcas de los medicamentos.
Para destinos de riesgo de transmisión de enfermedades por mosquitos, utilice repelentes, cumpla con las recomendaciones de prevención para malaria y, en caso de ser necesario, vacúnese contra la fiebre amarilla. Tenga en cuenta los consejos relacionados con el consumo de agua y alimento seguros para prevenir la diarrea del viajero. Lávese frecuentemente las manos con agua y jabón o alcohol en gel.
Informes: Hospital Muñiz, Uspallata 2272, 4304-2180/3380; Sanidad de Fronteras, tel. 4343-1190/6028; Stamboulian (www.stamboulian.com.ar); 

6. Check in online
Autoservicio es la palabra clave. Desde hace unos años, las aerolíneas comenzaron a implementar la posibilidad de registrarse en el vuelo, obtener la tarjeta de embarque y seleccionar el asiento a través de Internet o en quioscos en los aeropuertos. Este trámite puede realizarse desde 48 hasta 2 horas antes del vuelo, plazos que varían según empresa y aeropuertos. Esto permite ahorrar tiempo antes del vuelo y evitar las colas. Las compañías suelen habilitar un mostrador especial para quienes sólo deben despachar su valija. En muchos aeropuertos –especialmente en Europa– los escáneres modernos leen directamente el código de barras desde la pantalla del celular.

7. Bolso de mano
A bordo de los aviones, el equipaje de mano debe cumplir con medidas y peso máximo estipulados por la empresa, de lo contrario será despachado en la bodega. Los elementos permitidos que se pueden llevar en el bolso de mano dependen en gran medida del país al que se viaje: si el destino es EE.UU. o Europa, las medidas son más restrictivas. En el equipaje que se lleva en la cabina se puede incluir un paraguas y/o bastón, material de lectura, moisés, cámara de fotos, celular y notebook. Líquidos, geles, cosméticos y cremas, en cantidades muy limitadas. Elementos contundentes, prohibidos. Consejo: consulte con la aerolínea en la que viaja.

8. Cómo elegir una agencia de viajes
Una agencia de viajes confiable, con experiencia y debidamente habilitada ayudará a evitar inconvenientes durante el viaje. Es fundamental chequear que la agencia tenga número de legajo en el Ministerio de Turismo de la Nación, a través del sitio www.turismo.gov.ar, donde se realiza la búsqueda de la agencia por número de legajo o nombre comercial. Es importante que la agencia publique los precios totales (o finales), que informe al pasajero sobre la documentación necesaria para ingresar en el país de destino, las condiciones de la hotelería contratada, las comidas incluidas, los aeropuertos de llegada y salida, y las condiciones en caso de que el viajero necesite devolver o modificar sus servicios. Atención al uso de la palabra “similar”: las oficinas de defensa del consumidor sancionan a las agencias que cuando venden un paquete o servicios de alojamiento usan la palabra “similar”, o bajo estas condiciones cambian los lugares de alojamiento. Reclamos, Dir. Nac. de Gestión de Calidad Turística: Suipacha 1109, piso 7.   

9. Al exterior, con asistencia al viajero
Para que ningún contratiempo empañe un viaje al exterior, el servicio de asistencia al viajero es una inversión en tranquilidad. En EE.UU. cobran US$ 5.000 por día de internación. Las empresas tienen promociones y renuevan sus productos en función de las nuevas necesidades de los pasajeros. Assist-Med ofrece “Tech Protector”: protege contra el robo de tecnología; “Late Arrival” permite cambiar o comprar un nuevo ticket si llega tarde al aeropuerto, y también los costos de alojamiento, alimentación y comunicaciones; y “Enfermedad crónica compensada” cubre enfermedades que el viajero padece y tiene bajo tratamiento. “Cada vez más países exigen a los turistas que lleven una asistencia obligatoria”, dicen en la empresa (www.assist-med.net). Para que el cliente configure sus propios límites y servicios, Europ Assistance tiene el producto “Hecho a Medida” que se suma a los tradicionales y premium (www.europ-assistance.com.ar). Assist-Card ofrece un 50% de descuento para el acompañante para tarjetas Classic, Premium o Privileged (para viajar después de octubre/2013). Además, Assist-Card ofrece la tarjeta Young! (para jóvenes de 12 a 30 años) y “Classic Multitrip 30 días”, tarjeta anual para los viajes que se realicen durante el año de vigencia (www.assist-card.com). Premium Assistance, del Grupo Omint, brinda “Cobertura de enfermedades preexistentes”, como asma, diabetes, hipertensión, hipotiroidismo o alergias (www.premiumassistance.com.ar). 

10. Recaudos a la hora de contratar viajes en Internet
Internet no siempre es para todos. Quien hace un falso doble click (subir un producto al carro de compras y, luego, pagar) asume su propio riesgo. No significa que no tenga derechos: en nuestro país, por ejemplo, puede revocar la compra sin gasto alguno, si lo hace dentro de los 10 días de comprado el servicio. Esto no alcanza a los pasajes aéreos, pero sí para los pasajes en ómnibus, alojamiento y excursiones.
Consejos básicos: adquirir los productos en "sitios con compra segura" de tarjetas como Visa o MasterCard y evitar pasar datos de tarjetas, números de seguridad, vencimientos y claves por correo electrónico. 
“El usuario tiene que asegurarse que compra a una marca confiable. Para operar legalmente en la Argentina, una agencia de viajes (online o tradicional) debe estar obligatoriamente registrada en el Ministerio de Turismo de la Nación. Tener una sede en Argentina y estar registrada en el país es garantía de compra segura. Quien encuentre complicaciones en cerrar una operación online es bueno que tenga la posibilidad de consultar a un operador en un call center. Un llamado puede ayudar a reforzar el proceso de compra online”, opina Guido Glikin, gerente general de Despegar.com
Por otro lado, si se trata de una contratación a través de una inmobiliaria es importante chequear que sea confiable. Las páginas web de los sitios de Colegios de Martilleros de cada localidad son un buen punto de inicio. Si bien el contrato a través de la inmobiliaria implica el pago de una comisión, es de esperar que si surge algún problema durante la estadía –se rompe un electrodoméstico, se corta la luz o se rompe el cuerito de una canilla– un llamado a la inmobiliaria puede acercar una solución rápidamente. Las quejas pueden radicarse en las oficinas municipales de atención al consumidor. 
“Desde la asociación recomendamos que si no se conoce al titular de la propiedad o al propio inmueble, no se opte por contratos a través de sitios de Internet sin respaldo, ni a través de perfiles de Facebook. Es llamativa la cantidad de estafas que suelen darse a través de Internet, que ahora empiezan a incluir falsos perfiles en Facebook, algo novedoso”, dice Diego Benítez de AADETUR.     

11. De vacaciones con mascotas
Perro, gato, pez o hámster: el cuidado de las mascotas –se queden en casa o viajen con nosotros– requiere planificación. 
Quienes viajan en auto a algún destino argentino, deberán preocuparse por buscar alojamiento que acepte mascotas. 
Para viajes en avión, el transporte de mascotas exige una serie de trámites que tienen que ver con la documentación necesaria, el acondicionamiento para el viaje y los requisitos para el ingreso al destino a donde viaja. Dada la variedad de reglamentaciones y el estricto cumplimiento de los tiempos y normas (particularmente las internacionales), las aerolíneas sugieren iniciar los trámites con antelación. Los pasajeros que deseen viajar con sus mascotas deberán despacharlas como equipaje acompañado, sujeto a disponibilidad de bodega y a otras condiciones. La reserva de la bodega debe realizarse hasta 48 horas antes de la partida del vuelo. Debido a las diferencias de las condiciones de las bodegas de las aeronaves para transportar un animal en condiciones seguras, la reserva es condicional y no asegura al pasajero que su mascota viaje en el mismo vuelo. Aerolíneas Argentinas, por ejemplo, no admite el transporte de mascotas en cabina. La única excepción es el traslado de un perro lazarillo: viaja equipado con bozal y arnés y sin ocupar asiento.
Para vuelos dentro de Argentina, para transportar gatos y perros, deberá presentarse certificado veterinario de buena salud y antirrábico, emitido con no más de una semana de anterioridad a la partida del vuelo y certificados de vacunación. Para vuelos regionales e internacionales el pasajero deberá, en primera instancia, informarse de las exigencias en el consulado o embajada del país al cual viaja: inmunizaciones, valoraciones diagnósticas, tratamientos especiales y hasta la identificación del animal con un tatuaje o chip. Informes: www.senasa.gov.ar, www.mascotasok.com

12. Pérdida de equipaje
Es difícil describir la sensación de pánico ante una cinta que gira y gira y en la que no se ve la valija o el bolso despachado. Antes de cualquier otra sugerencia, no hay que perder la tranquilidad. Lo primero que hay que saber es que el pasajero no debe abandonar el aeropuerto sin dejar constancia del reclamo por el equipaje que no aparece o que fue entregado defectuosamente. Se debe acudir a la representación de la línea aérea en que se viajó para completar el PIR (Property Irregularity Report) y asentar el reclamo. Si es el caso, denunciar elementos faltantes, ya que de ahí surgirá la indemnización que proponga la aerolínea. De todos modos, vale aclarar que aunque salgan del aeropuerto con el equipaje, los pasajeros tienen entre 3 y 7 días para denunciar faltantes o daños (se presume que fue entregada sana si se abandonó el recinto aeroportuario, pero se puede reclamar de todas maneras). 
Si la entrega de su valija se retrasa, sepa que sólo el 0.6% de los equipajes se pierde definitivamente, mientras que el 65% se ubica en las primeras 24 horas. En cualquier caso, ante un extravío conviene denunciarlo de inmediato, aunque le garanticen que sus maletas aparecerán en el siguiente vuelo. Deberá presentar su pasaporte, pasaje y comprobantes de equipaje. Esta información, junto con datos adicionales como color y forma de la valija, serán ingresados en el sistema internacional de búsqueda. Una vez localizado, el equipaje será enviado a la dirección indicada.
Para evitar sorpresas, adhiera a su equipaje una etiqueta con sus datos personales e incluya otra en el interior, por si la exterior fuera arrancada. Otro consejo es no llegar al aeropuerto con el tiempo justo. Quizá no pierda el avión, pero sus maletas tienen más chances de quedarse abajo.

13. Alquiler de autos. 
En general, la edad mínima legal para alquilar un auto en el exterior es de 21 años, pero esto puede variar según el destino y/o empresa. En algunos países se alquila a menores de 25 años, pero hay que pagar un plus. “Lo indispensable es el registro de conductor del país de residencia y tarjeta de crédito. Aunque no todos los países lo piden, se recomienda tramitar el internacional”, dice Sebastián Forneiro, de Europcar Argentina. Antes de reservar, consulte qué incluye la tarifa (km ilimitado, seguros, impuestos) y costos adicionales.

14. Herramientas útiles en la Web
Más allá de las webs con información oficial de cada país, hay distintos sitios temáticos que ayudan a planificar el viaje y prever contingencias de todo tipo. 
Clima. Tema clave, en especial si el viaje será de pocos días. Una herramienta con información detallada para países de todos los continentes es www.windguru.cz. Destinado a surfistas y kitesurfistas, este sitio con pronósticos para siete días detalla la velocidad y dirección de los vientos, oleaje (si la ciudad está junto al mar), precipitaciones y temperaturas para distintos momentos del día.
Conversores. Dos sitios confiables (actualizados a cada momento) para conocer la cotización de las monedas son www.gocurrency.com y www.xe.com. Ideal para las salidas de compras, desde XE se pueden descargar aplicaciones para diversas marcas de smartphones. ¿Libras, onzas, millas, pulgadas, nudos? Si precisa un conversor de otras medidas, www.convertworld.com/es/ es un excelente aliado.
Mapas. Además de las versiones interactivas que se despliegan desde el portal Google, la Universidad de Texas de los Estados Unidos (www.lib.utexas.edu) cuenta con una nutrida colección cartográfica que se puede consultar online. Ideal para desconfiados, para cada ciudad se pueden visualizar mapas provenientes de distintas fuentes. 
La hora. La utilidad de conocer el huso horario en los distintos puntos de un viaje va desde planificar llamados telefónicos familiares hasta prever la magnitud del jet lag. Aquí van dos webs recomendables: 24timezones.com y www.timeticker.com. Con su planisferio interactivo y ágil, permiten conocer la hora en todo el planeta con sólo posar el cursor del mouse sobre la región deseada.
Avión. El sitio www.seatguru.com es una completa guía para consultar las características del avión en que volaremos (según compañía y modelo) y en qué parte de la nave estará ubicado el asiento que nos ha tocado en suerte. Además, la web www.aeropuertosdelmundo.com.ar ofrece información detallada (web, teléfono, ubicación, servicios, cantidad de terminales) de la mayoría de los aeropuertos en todos los continentes. 

15. Qué hacer si se demora o cancela el vuelo
“La información sobre la puntualidad promedio de una línea aérea o una ruta es una herramienta fundamental que tienen los pasajeros: hay una relación directa entre empresas incumplidoras y pasajeros en apuros”, dice Diego Benítez, presidente de la Asociación Argentina de Derecho del Turismo. 
En primer lugar, y siempre que se pueda, conviene comprar todos los tramos aéreos a través de una misma compañía aérea ya que de este modo, si el primer vuelo se retrasa –y pierde la conexión–, la compañía deberá preocuparse por conseguirle un nuevo lugar/vuelo para llegar a destino. 
Tanto la legislación latinoamericana como la europea contemplan la asistencia a los pasajeros en los aeropuertos frente a vuelos demorados sea por circunstancias operativas, técnicas o meteorológicas. 
Esto significa que los pasajeros tienen derecho a cierto tipo de asistencia: a refrigerios, comidas o, si corresponde, alojamiento (en la Argentina esto se encuentra regulado en el artículo 12 de la Resolución 1532/98). Mientras que en Chile y Estados Unidos este derecho queda librado a consideración del transportista, en la Unión Europea se garantiza una compensación monetaria para demoras superiores a las tres horas.

16. Alquileres de verano
¿Tiene vista al mar? ¿Cochera cubierta? ¿El precio incluye la comisión? ¿Qué gastos extra hay que considerar? Si piensa alquilar una propiedad en las vacaciones, hay varios factores a tener e cuenta: ubicación, capacidad, equipamiento y comodidades del lugar. No es lo mismo una casa frente a la playa que a 10 cuadras del mar. En primer lugar, es importante tener referencias de los propietarios o de la inmobiliaria a través de la cual se alquila. Miguel Angel Capurro, al frente de una tradicional inmobiliaria de Villa Gesell, aconseja: “Alquilar siempre en una inmobiliaria debidamente habilitada. Si tiene dudas, solicite referencias de la misma al Colegio Profesional y/o en la Dirección de Turismo correspondiente”. Si se maneja vía Internet es importante pedir fotos actualizadas de las propiedades y preguntar cómo está equipada. “Trate de que todas sus solicitudes sean contestadas por e-mail y, si es posible, por la misma persona. Si surge alguna diferencia, tendrá lo convenido por escrito. No alquile a desconocidos; si alquila por aviso de diarios o Internet, verifique la titularidad y la existencia y estado de la propiedad”, agrega Capurro. Como en todos los servicios, desconfíe si el precio del alquiler es muy tentador. Vale recordar que el alquiler de casas para turismo es una excepción al contrato de alquiler de propiedades establecido en la ley 23.091. Se solicita, en general, una seña del 30% y el pago debe totalizarse al ingresar en el inmueble.

17. Cómo armar bien la valija
Antes de empezar hay que hacer una lista con todo lo que es necesario llevar para el viaje: es una buena manera de evitar llevar cosas que seguramente nadie usará. Elija la ropa teniendo en claro el clima del lugar de destino y la amplitud térmica. En caso de contar con poco espacio, opte por prendas fácilmente combinables entre sí. Conviene que tanto los pantalones como las prendas más pesadas (jeans, suéteres, camperas) se guarden primero. El calzado debe ir dentro de bolsas y se puede utilizar el interior de los zapatos para guardar medias y usar mejor el espacio de las valijas. Hay quien recomienda armar bolsas con ropa doblada en rollitos, separada por grupos, para no tener que desarmar el equipaje o arrugar toda la ropa al sacar las prendas que están en el fondo de la valija. Aproveche cada hueco y espacio libre para ocupar menos lugar. Es preferible que las cremas, protectores, champús y perfumes vayan en bolsas de plástico con cierre hermético. Si el viaje es en avión, recuerde que hay elementos líquidos, cremosos o en gel que deben ser despachados junto con la valija. Si tiene dudas sobre su equipaje de mano, recuerde consultar con su aerolínea cuáles son los productos prohibidos dentro de la cabina del avión. También es recomendable, si se viaja en avión, armar un buen bolso de mano: si el equipaje se demora o se pierde, no hay riesgo de quedarse sin muda de ropa.

18. El celular en el exterior
Hay quienes apagan el celular al subir al avión en Ezeiza y no vuelven a encenderlo hasta el regreso. Pero la mayoría de los usuarios suele usar sus móviles en el exterior. Es importante tomar ciertos recaudos para no pagar una fortuna de roaming internacional (servicio que prestan las compañías para que podamos usar el celular fuera del área de cobertura). Si tiene teléfono con acceso a Internet debe saber que si recibe e-mails –aunque no los abra– tendrá que pagar por ese servicio. Lo ideal es configurar las “opciones de red móvil”, desactivando los servicios de datos. Así, sólo podrán enviar y recibir SMS o llamadas, pero no podrá navegar. Quien necesite estar siempre online y comunicarse por celular, puede comprar paquetes antes de viajar. Por ejemplo, mientras que un mensaje de texto en Brasil cuesta US$ 0,50 y el minuto de voz sale US$ 2,50, si se contrata el paquete “Cono Sur”, el SMS será de US$ 0,20 y el minuto de voz, US$ 1,50. Y se podrán enviar 50 mensajes durante 7 días por US$ 10 y hablar 30 minutos (por 7 días) pagando US$ 45. También hay promociones de Internet ilimitado por US$ 17. Las promociones varían según el abono contratado y la compañía de telefonía. Otras opciones: alquilar un equipo con línea del país de destino o chips prepagos del lugar a visitar, con paquetes de minutos libres para hablar y navegar.

19. Funciones de los consulados
Existen distintos modos en los que un cónsul puede colaborar con los turistas argentinos, pero quizá lo que más confusión genere es lo que no puede hacer un cónsul por el turista: no puede proporcionar, por ejemplo, pasajes o medios económicos para regresar a la Argentina o continuar viaje a otros destinos, excepto en circunstancias muy especiales de repatriación; tampoco realiza tareas que correspondan a agencias de viaje, aerolíneas o bancos y no gestiona alojamiento o proporciona dinero para hacerse cargo de cuentas personales, como facturas hoteleras, legales o médicas. Las funciones de los consulados, entre otras cosas, son otorgar pasaportes y permitir la utilización de la dirección postal de la oficina consular para recibir correspondencia. Si el viajero se encuentra en un país donde no existe representación argentina, las representaciones de Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile podrán orientarlo en materia de asistencia médica o jurídica y, dentro del alcance del consulado, en caso de accidente o emergencia.

20. Aduanas y franquicias
Lo más importante es saber que cada pasajero tiene una franquicia que se renueva una vez por mes, que cuenta con otra adicional de igual valor para comprar en negocios libres de impuestos (free shops/duty free) y que no es el mismo valor el que se aplica para adultos o menores. La franquicia aduanera establecida para mayores de 16 años que ingresan en el país por vía aérea es de US$ 300 (o su equivalente en otra moneda) y de US$ 150 para los menores. Del gasto que exceda la franquicia deberá pagarse el 50 por ciento. Según el Régimen de Equipajes, “las franquicias son individuales, intransferibles y no acumulativas”. Sin embargo cuando los viajeros constituyen un grupo familiar –cónyuges e hijos menores de 16 no emancipados–, la franquicia puede ser usada en forma conjunta. En los casos de frontera terrestre la franquicia es de US$ 150 para los adultos. El rubro “terrestre” incluye también a quienes ingresan en el país por vía fluvial o puentes. Informes: www.afip.gob.ar/turismo; www.loa.org.ar

Nora Viater, Irene Hartmann, Diana Pazos , Grisel Isaac
Diario Clarín - Suplemento Viajes
Imagen: Web

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Formosa - Argentina: El bañado La Estrella

Unas 400.000   hectáreas forman el Bañado La Estrella, en el noroeste de Formosa.  Se trata de una asombrosa reserva natural donde viven numerosas especies animales: por tierra y por agua, las excursiones de ecoturismo permiten observar una increíble cantidad de aves en pocas horas, además de boas, yacarés, carpinchos y la emblemática cigüeña jabirú.

El Bañado La Estrella, un humedal que supera las 400.000 hectáreas, es el tercero en importancia de Sudamérica después del Pantanal de Brasil y los Esteros del Iberá. Nutrido por los desbordes de la cuenca alta del Pilcomayo, es un oasis húmedo dentro del típico paisaje del Chaco semiárido: es todo lo que necesita para lograr una increíble belleza escénica en un lugar inesperado, porque aquí se congregan innumerables aves acuáticas.

Es además una tierra de profundas raíces. Recuerdo que en el viaje en micro desde la ciudad de Formosa a Las Lomitas escuché, por primera vez en una década de andar recorriendo el país, a dos personas que hablaban en un idioma autóctono: el pilagá. Pero en tierra formoseña varios miles de personas hablan también en otros dos idiomas, el wichí y el toba. Y aunque Las Lomitas haya alcanzado cierta notoriedad como lugar de confinamiento de Carlos Menem durante la dictadura, a este pueblo se viene sobre todo para ver aves, miles de aves, de decenas de especies diferentes.

Bien se podría decir que el fotógrafo que tomó algunas de las imágenes de esta nota pasó semanas enteras apostado con poderosos objetivos en medio de los pastizales... sin embargo, en Bañado La Estrella la realidad es otra (y no menos sino más atractiva): los animales abundan y es posible acercarse hasta colocar la lente a medio metro de las fauces de un yacaré. Un desafío para cualquier amante de la fotografía y de la fauna.

El bañado formoseño: un oasis húmedo dentro del típico paisaje del Chaco semiárido

HACIA EL BAÑADO 
La propuesta de excursión consiste en partir en una Land Rover Defender para hacer una travesía que incluye el Parque Nacional Río Pilcomayo, el Bañado La Estrella y la Reserva Natural Formosa. Se puede partir de Formosa capital o de Laguna Blanca, a 60 kilómetros de Clorinda, y volver a Formosa o a Clorinda (depende de cómo llegue cada viajero, se va en avión, micro o su auto particular). Si bien cada lugar se puede recorrer por separado, lo ideal, naturalmente, es completar la travesía con los tres.

Desde nuestro último viaje a la región, la ruta de ripio –que es a su vez un dique construido para detener el avance del humedal– fue asfaltada, y se cruza sobre el bañado con un puente carretero que da una muy buena panorámica de la inmensidad de los champales (la nueva ruta permite así llegar en apenas 20 minutos si se parte de Las Lomitas). Los champales en cuestión, palabra que no tardará en escuchar el recién llegado, son el rasgo más sobresaliente del llano paisaje del humedal, originado por los desbordes del río Pilcomayo sobre los bosques del Chaco seco, cuyos árboles fueron ahogados por las aguas. 

A pesar de ello, los quebrachos colorados, los palosantos y los algarrobos quedaron de pie, con sus copas sin hojas recortándose en el cielo del atardecer y duplicadas en los espejos de agua. Lo más curioso es que la naturaleza no detuvo su acción: muchos de estos esqueletos de árboles fueron invadidos por plantas trepadoras que los envolvieron en su totalidad y les dieron tanto volumen que desde lejos dan la impresión de estar cubiertos por un manto verde. Como un fantasma. Porque “champal” es, justamente, la palabra que en lengua pilagá nombra a los fantasmas.

Por otra parte, bastan diez minutos de avanzar por la ruta, con el humedal a ambos lados, para observar decenas de aves. Y entre todas ellas no puede sino sobresalir la llamativa silueta del jabirú, una cigüeña que mide hasta 1,40 metro y tiene la cabeza negra, con un vistoso collar rojo y el cuerpo blanco. Típica del Chaco americano, se la ve de a cientos en el bañado, muchas veces parada en lo alto de un champal.

Una vez llegados, navegamos también hacia otra parte del humedal, que sigue siendo por camino de tierra: por eso, quien quiera hacer este recorrido debe contar con un vehículo 4x4. Esta otra parte queda unos 70 kilómetros al noroeste de Las Lomitas, y no pasa de ser un caserío habitado por criollos ganaderos, típicos de la zona. Entre ellos Carlos Maldonado, el guía de la embarcación, quien mientras maneja su lancha con el botador nos cuenta que se dedica a la ganadería vacuna y, sobre todo, porcina dentro del Bañado. 

Nos llama la atención además que en Fortín La Soledad, donde hacemos la navegación, no haya sólo champas sino también palmeras caranday mezcladas, y es que además el paisaje de los champales, lejos de ser tétrico, es bullanguero y lleno de vida. Tanta animación se debe a los millares de pájaros de unas 300 especies que habitan los bañados. Así, cada amanecer y atardecer se arman ensordecedores conciertos de caóticos graznidos, que incluyen el chillido histérico del tero, el grito vigilante del chajá, siempre en pareja, el silbido agudo y estridente del pájaro caracolero y el “gruñido” del biguá, similar al de un chancho. También se oye a veces el golpeteo a madera del pico de los jabirús, e incluso su aleteo, como el de aquellos dos que nos sorprendieron a diez metros por encima de nuestras cabezas, provocándose en el aire como buscando pelea.

El feroz “semblante” de un temible yacaré

PRESENCIA DE YACARES 
Durante la navegación, durante la cual la embarcación atraviesa una alfombra verde de repollitos de agua y extensos camalotales, tenemos oportunidad de divisar un nido de jabirú en lo alto de un champal. Allí una madre alimenta a sus crías, metiéndoles en el pico el pescado triturado que trae en el buche. Sin embargo, la presencia más intrigante del humedal es la del yacaré y el primero de ellos aparece junto a la costa, como aletargado al sol y con las fauces abiertas. Mientras el guía acerca la embarcación a la costa, casi roza con la proa la cabeza del animal, que se diría petrificado... Cinco metros más atrás, una ruidosa zambullida atrae nuestra atención y vemos salir de los pajonales una pareja de yacarés que comienzan a deslizarse sobre las aguas, con el cuerpo ondulante como serpientes.

Hay ejemplares impresionantes, que miden hasta dos metros y medio y lanzan a veces un soplido terrorífico que hiela la sangre. Otros permanecen sumergidos, como asesinos al acecho, hasta que se los descubre a un metro de la lancha con los ojos traicioneros sobresaliendo apenas en la superficie del agua.

Más adelante, a medida que el viaje sigue, aparecen algunos carpinchos. Estos roedores son los más grandes del mundo y pesan hasta 80 kilos, ya que se pasan el día royendo los pastos con dedicación: para eso bien valen sus dos grandes incisivos. También se puede ver alguna boa curiyú (o anaconda amarilla, prima de la anaconda verde del Orinoco) enroscada en uno de los árboles secos, cuando no andan serpenteando bajo las aguas de poca profundidad del humedal. 

Bajo las transparentes aguas también se divisan sábalos y pirañas, y en la costa es común observar a las cigüeñas jabirú pescando a los picotazos con las patas en el agua y el buche rojo inflado por el alimento. Otras especies comunes son los patos (como los coloridos criollos, sirirí y de collar), las espátulas rosadas, un pajarito llamado monjita blanca, los negros biguás que posan con sus alas extendidas secándose al sol luego de una excursión de pesca, y miles de garzas brujas, moras y blancas.

Finalmente, tras una navegación de varias horas desembarcamos en un islote dentro del bañado, refugiados en la sombra de añosos algarrobos. En el lugar que los guías llaman “el campo de Don Mario Rodríguez” nos esperan con un picnic de empanadas de charqui, sopa paraguaya –un soufflé de harina de maíz con cebolla, queso y choclo– y mamón en almíbar con queso criollo para los postres. Después de una siesta de lujo en hamacas paraguayas al aire libre, emprendemos una caminata de tres kilómetros por el monte del Chaco seco. 

Allí abundan los quebrachos, los algarrobos, los palosantos y algunas orquídeas. Sobre ellos anidan los loros habladores y entre los pastizales andan las esquivas corzuelas, los osos hormigueros gigantes y aves como el matico, con el cuerpo negro y la cabeza naranja. A la hora de la merienda, la guía sirve un bizcochuelo muy proteico de harina de algarrobo y explica que la harina es producida en la zona por una comunidad wichí que recoge las chauchas secas en diciembre, las muele y después vende el producto en otras provincias, incluso en Buenos Aires.

Una bandada de patos sirirí vientre negro en pleno vuelo

EL PN PILCOMAYO 
La travesía completa incluye, además del bañado, el paseo por el Parque Nacional Río Pilcomayo, que protege los ambientes típicos del Chaco Húmedo u Oriental. En sus casi 52.000 hectáreas se preservan típicas sabanas de palmares e isletas de monte fuerte, pastizales, esteros y lagunas. Estos ambientes albergan una buena muestra de la variada flora y fauna del Gran Chaco: dentro de las especies más llamativas, viven aquí yacarés, boas curiyús, monos carayá, pecaríes y el esquivo aguará-guazú, auténtico emblema del Parque Nacional. Entre las aves, que atraen a observadores curiosos y fotógrafos, hay urracas moras, charatas, ñandúes, chuñas de patas rojas y el yetapá de collar, una especie que recientemente fue declarada Monumento Provincial.

Finalmente, la travesía incluye la Reserva Natural Formosa, que se encuentra en el extremo oeste de la provincia, sobre la margen norte del río Bermejo. Este lugar recóndito ofrece una muestra de 10.000 hectáreas de Chaco semiárido: en las costas del río se forman bosques fluviales, que alternan con la aridez del monte de quebrachos y palosanto. A lo largo de sus senderos se pueden ver chuñas de patas negras, pájaros carpinteros de los cardones, conejos de los palos, armadillos y –si hay suerte– tal vez un oso hormiguero. Lo que no se vea, de todos modos se podrá adivinar: es que en sus playas queda la importante del paso en busca de agua de numerosos animales, y es común por lo tanto observar huellas de yacarés, pecaríes y tapires.

Julián Varsavsky
Pagina 12 - Turismo
Fotos: Pagina 12



viernes, 26 de octubre de 2012

Diez islas donde naufragar a gusto


Si hay que perderse en una isla que sea en alguna de éstas no precisamente desiertas, sino con todos los servicios y notables playas

Gary McKechnie, del sitio Budget Travel, recorrió el planeta con la envidiable misión de identificar las diez islas inigualables, aquellas que ofrezcan algo que no se pueda encontrar en ningún otro lugar del mundo. Regresó a casa y escribió esta lista.


Bali, Indonesia
Desde que la película Eat, Love and Pray la lanzó al estrellato como el lugar para encontrar el amor, esta isla se la reconoce como la isla de los dioses. La cálida esencia espiritual que descubrió ahí la escritora Elizabeth Gilbert ha sido una de las características más fuertes de Bali durante siglos.

Es una de las 17.000 islas en el archipiélago indonesio y la única en la que la población es de mayoría hindú (93%). A los interesados en explorar su espiritualidad podría agradarles Nirarta Centre, un hotel de once habitaciones en medio de terrazas de arroz y jardines que realiza sesiones diarias de meditación. Después de encontrar ahí tu centro, puedes canalizar energía en caminatas por la selva y en sesiones de buceo y surf con olas impresionantes, en playas donde hay arena blanca y fina así como negra y volcánica.


Vieques, Puerto Rico
Es única por poseer la bahía bioluminiscente más cristalina del mundo. Hasta el momento, sólo hay unos cuantos centros turísticos grandes como los de la isla principal de Puerto Rico. En lugar de eso encontrarás alojamientos acogedores como el Great Escape B&B, con un nombre que le va a la perfección y donde se sirve el desayuno junto a la piscina.

Playa de la Chiva atrae a los aficionados al buceo y el snorkel durante el día, pero el verdadero motivo por el que Vieques debe estar en tu lista de lugares para visitar antes de morir es Puerto Mosquito. De las siete bahías bioluminiscentes del planeta, Puerto Mosquito es la más impresionante, gracias a la claridad y brillo de sus aguas. Programá la visita una noche sin luna para ir a nadar o dar un recorrido en kayak y serás recibido por miles de millones de microorganismos llamados dinoflagelados, que iluminan el agua con un mágico brillo verde azulado.


Isla de Pascua, Chile
Con la masa continental más cercana, Chile, a más de 3500 kilómetros, la Isla de Pascua es tan remota como misteriosa. Nadie sabe con exactitud por qué hay alrededor de 900 monolitos de piedra gigantescos esparcidos por esta aislada franja de tierra con una superficie de 160 kilómetros cuadrados en medio del Pacífico Sur.

Durante varios cientos de años, los monolitos de la isla, llamados moáis, han sido centinelas silenciosos incluso al tiempo que la civilización que los creó colapsó y fue seguida por un flujo constante de turistas. Un punto particularmente atractivo es Rano Raraku, el volcán colapsado en el que se tallaron muchos de los moáis y donde todavía hay casi 400 figuras, todas en diferentes etapas de creación. La isla tiene un solo poblado, Hanga Roa, donde uno se puede alojar en el Vai Moana, discreto hotel con 18 habitaciones en bungalows.


Palm Islands, Dubai
Es el archipiélago más grande creado por el hombre. La naturaleza crea y destruye islas todos los días, pero se necesitó un flujo sobrenatural de efectivo y crédito para crear lo que los urbanistas esperan que sea el archipiélago permanente de Palm Islands.

Cada obra en desarrollo está diseñada para atraer a los turistas, que pueden proporcionar una fuente renovable de ingresos (aun mejor que los combustibles fósiles). Si todo sale bien, las tres islas serán el foco principal de Dubai y se convertirán en un conjunto importante de spa, centros turísticos, residencias de lujo, villas y centros comerciales en Medio Oriente.


Chiloé, Chile
Aunque el exuberante archipiélago de Chiloé, cubierto de nubes, se encuentra frente a la costa occidental de Chile, su historia, sus costumbres e idioma se parecen poco a los de su territorio continental, o a cualquier otro lado en el mundo, debido a su aislamiento. Los agricultores locales han transmitido una mitología de gnomos y de bosques llenos de brujas y barcos fantasma.

En la ciudad de Castro, en el centro de Chiloé, se puede pedir un humeante curanto (mariscos, carne y papa) y darle un vistazo a las artesanías de madera y coloridas prendas de vestir de lana chilena. Los residentes aún viven en los tradicionales palafitos (casas construidas en pilares sobre cuerpos de agua). Los misioneros jesuitas, que llegaron en pequeñas cantidades durante el siglo XVII, usaron materiales y técnicas de construcción locales para crear capillas exquisitas.



Bora Bora, Polinesia
Para alojarse en bungalows sobre el agua. Bora Bora es quizá la isla idílica más famosa del mundo. Incluso el novelista James Michener, que escribió grandes épicas ambientadas en el Pacífico Sur y más allá, la nombró la isla más hermosa del mundo. Centros turísticos de lujo y extremadamente caros a lo largo de la costa occidental -así como varias posadas y propiedades vacacionales para alquilar- presentan bungalows de techo de paja, construidos sobre pilares encima de cuerpos de agua poco profundos y cristalinos.


Cayo Hueso, EE.UU
Aquí está Margaritaville, la utopía de Jimmy Buffett. Un estilo de vida relajado y playero aunado a una escena artística llamativa dan como resultado un atractivo único en esta isla de tierras bajas (altitud máxima: 5,5 metros).

Las playas de arena natural son sorprendentemente raras en la isla, pero lo más llamativo es explorar el único arrecife de coral vivo en América del Norte y disfrutar la compañía de una colección de 400 especies de peces tropicales en tonos Technicolor. Sería una lástima pasar ese tiempo en tierra. Ya en la superficie se puede ir a Mallory Square para ver a los artistas callejeros durante el evento Sunset Celebration, que se realiza todos los días.


Penang, Malasia
Posee una singular fusión de culturas y sabores de Malasia. Vale la pena comenzar por probar comida en los puestos que llenan las calles de Georgetown, la ciudad más grande de Penang y capital gastronómica de Malasia. La exquisita variedad de comida que se ofrece mezcla memorablemente sabores malayos, chinos, indios y europeos. Los aficionados a la gastronomía que busquen una dicha suprema deberán dirigirse al mercado Ayer Itam -junto a Kek Lok Si, el Templo de la Dicha Suprema, justamente- para disfrutar de una diversidad de platillos basados en arroz, fideos, pescado, mariscos, pollo, cerdo, verduras, huevo y coco. A esto se suman centros turísticos en la playa, reservas de manglares, pequeñas aldeas pesqueras y varios templos, mezquitas e iglesias.


Las Galápagos
Para seguir los revolucionarios (y evolutivos) pasos de Charles Darwin. La tortuga que lleva el mismo nombre de las islas es sólo uno de los motivos para visitar este archipiélago habitado por más de 500 espectaculares especies nativas que no se pueden encontrar en ningún otro lado del mundo. Charles Darwin visitó el lugar en 1835 y eso despertó su curiosidad, lo que lo llevó a escribir su importante libro y realizar la observación de que estas islas son el laboratorio de la evolución.

La vida terrestre es sólo la mitad de la ecuación, así que hay que llevar máscara de buceo, tubo de snorkel y traje acuático.

Fuente: El Nuevo Día
Imagenes: Web

sábado, 15 de septiembre de 2012

Polinesia: La postal perfecta

 

 
A muchos destinos se los compara con el paraíso, pero pocos hacen tanto como este archipiélago colonizado por los franceses para merecer el título, con sus tonos turquesa, su clima amable y, claro, sus famosos bungalows sobre el agua
 
Papeete: La sonrisa amplia deja al descubierto una dentadura blanquísima que acompaña el cantito del saludo al recién llegado: ¡Maeva! (bienvenido, en tahitiano). Mientras reparten collares de tiare (flor nacional, blanca y con un aroma similar al jazmín y la gardenia) y con el sonido de los ukeleles de fondo, guías de distintas cadenas hoteleras se apuran para reunir a los huéspedes. Un ritual que se repetirá en cada uno de los destinos de este recorrido por algunas de las 118 islas que forman parte de la Polinesia Francesa, paraíso perdido en medio del Pacífico.
 
Casi como una reacción espontánea, apenas se pisa el aeropuerto de Papeete (capital de Tahití, la más grande del archipiélago de Sociedad) el estrés urbano se estaciona en cero y se sabe que en adelante la mejor estrategia será dejarse llevar por lo que la naturaleza (y el confort, claro) dicte. Infinidad de aromas, un abanico de colores pocas veces visto y sabores que nuestro paladar apenas conoce confirman todas las imágenes que la mente recrea cuando se piensa en un viaje a uno de los lugares más soñados y deseados del planeta.
 
Sin el glamour ni la tranquilidad de las demás islas que la rodean, Papeete es el punto obligado cuando se llega a la Polinesia y el centro neurálgico de su vida económica y social.
Luego de un vuelo de 15 horas (con escala en la chilena Isla de Pascua ), lo más aconsejable es planificar aquí un par de días, al menos para quienes deseen un acercamiento inicial con la cultura y la vida de los polinesios. Primer dato alentador: no importa si estamos en invierno o verano, las temperaturas serán siempre estables (entre 24°C y 27°C). Lo que diferencia a una estación de otra es la variación de la humedad ambiente. Es decir, se recomienda ropa liviana en la valija y buenas dosis de protector solar.
 
Con una seguidilla de locales de moda y puestos de comida al paso, el centro comercial de la isla no difiere del de cualquier ciudad pequeña. El punto de mayor interés es el mercado central. Dentro de un gran galpón se puede comprar fruta fresca, algunas especies, tes y, sobre todo, aceites corporales ( monoï ) de vainilla, coco y tiare. Si va en busca de las preciadas perlas negras, no se deje tentar por los puestos en la calle, haga el esfuerzo y visite algunas de las innumerables joyerías que rodean el mercado. Allí encontrará variedad de modelos y precios (unos 80 dólares las más pequeñas) y garantía certificada.
 
Después de las compras de rigor es hora de conocer la isla. La propuesta se aleja del mar: una visita al corazón de la isla a bordo de un Jeep todoterreno que toma velocidad y se pierde por las rutas que rodean al valle Papenoo, a 17 kilómetros de la ciudad. Al volante está Arnold Luccioni, nacido en otra isla, Córcega , y que como tantos franceses que se encontrarán durante el viaje desembarcó en la Polinesia con la idea de una mejor vida. La travesía incluye una visita a un marae (templo religioso del siglo XII), hoy en desuso, pero en el que muchos aún dejan alimentos y flores como ofrendas. "Para estos cultos religiosos, la cabeza es la parte más importante del cuerpo. Por eso se las cortan a los muertos y las esconden en cuevas", dice Arnold, mientras enseña en su smartphone algunas fotos de extremidades que descubrió monte arriba.
 
Detalles al margen, el tour continúa por caminos zigzagueantes, cascadas que asoman entre paredes rocosas y vegetación de todo tipo y color. Para el almuerzo, nada como los frutos típicos: mangos, ananá, coco y una especie de pomelo que a la vista se asemeja a un limón gigante, pero que en la boca se siente carnoso y muy, muy dulce.
 
 
Sobre el agua
En la Polinesia, las distancias entre una isla y otra se resuelven en tramos aéreos de no más de una hora. De Taihití a Raiatea, Air Tahiti demora unos 40 minutos en un vuelo con una tarifa de 23 mil francos polinesios (unos 270 dólares). Apenas aterriza el avión y a pocos metros de la pista, una pequeña lancha espera la llegada de los huéspedes del hotel Le Tahaa Island Resort & Spa , en la isla de Tahaa. Al llegar asoma una nueva postal de ensueño: el sol que cae sobre el muelle, los saludos de rigor y la escolta hasta los bungalows enclavados en la laguna que dejan a todos con la boca abierta.
 
Cuando se abre la puerta se descubre una amplísima habitación de madera con una inmensa cama y la atracción principal: una mesa de vidrio que deja ver el agua cristalina y los peces bajo nuestros pies. Afuera, un deck que permite bajar a darse un chapuzón y contemplar el cielo más estrellado que jamás se haya visto. Momento ideal para destapar una heladísima Hinano , cerveza típica del lugar que tiene una vahine (o diosa popular) dibujada en su etiqueta.
 
El día en Tahaa transcurre en la playa (en general son pequeñas, no fantasee con extensísimas porciones de arena), en alguna excursión lacustre o en el spa. En el del Le Tahaa Island Resort se puede tomar un masaje de media hora por 120 dólares (sí, nada en la Polinesia es accesible) y uno de dos horas y media para dos personas, por 800.
 
Para los que quieren salir del clásico programa de resort y probar algún plan alternativo y más exótico, una opción es hospedarse en un yate de lujo para recorrer las islas. La embarcación Senso, de la flota de Tahiti Yacht Charter , ofrece tres noches con tres posibles itinerarios por 1600 dólares. La tarifa incluye el servicio a bordo de tres tripulantes y el uso de todas las instalaciones de este bungalow de vela (cuatro cabinas dobles con baños privados, un amplio espacio interior que oficia de comedor y tres salas externas). En este recorrido, el almuerzo se sirve en la cubierta del Senseo, con vino blanco helado descansando en la frapera y un carpaccio de atún rojo con ensaladas como manjar principal. Más tarde, descanso al sol sobre un sillón inflable que se deja llevar por el agua. Nada mal.
 
 
 
El paraíso en la otra esquina
Cuando se sobrevuela Bora Bora se comprueba lo que ya nos habían adelantado apenas llegados a Tahití: que el agua que rodea a la isla tiene al menos quince tonalidades de azul. La variedad de colores se intensifica como en una paleta de pintor a medida que la laguna (cubierta de arrecifes) se acerca al mar abierto. Y se entiende por qué este fue el lugar que enamoró a Paul Gauguin durante los últimos años de su vida.
 
Es uno de los lugares más visitados por los turistas de todo el mundo y el destino obligado de los recién casados que llegan a la Polinesia. El increíble paisaje y la hotelería internacional aseguran que la estada no será una más.
 
A la mañana siguiente continúa la aventura. Esta vez, el clásico y tan temido paseo: nadar entre tiburones. "Para nosotros, son como perros. No tan amistosos, pero si no se los molesta, no muerden", suelta entre risas Tuterai, un polinesio veinteañero que se proclama campeón de kitesurf de la Polinesia y que será el responsable de semejante plan. Pero su confianza no contagia demasiado cuando nos espera una jornada rodeados de escualos.
 
La pequeña lancha bordea la isla, pasa cerca del monte Otemanu, el más alto y una especie de vigía enclavado en medio de la laguna. Cuando llega al océano apaga su motor. Silencio. La sonrisa de nuestro capitán despierta apenas nuestras muecas nerviosas. Estamos apenas sobre ocho metros de profundidad. Tuterai saca una bolsa repleta de sardinas y comienza a arrojarlas al agua para llamar la atención de las principales atracciones del paseo. En pocos segundos se asoman al ras del agua dos. cuatro. seis aletas.
 
Enseguida se suman muchas más. Es hora de calzarse las patas de rana, invocar a alguna deidad (si es del mar, mucho mejor) y zambullirse. El agua es cálida, transparente. Sumergidos y con el snorkel puesto el espectáculo se ve como un documental de la National Geographic en 3D. Los compañeros de la travesía parecen suspendidos en el agua mientras los rodea un cardumen de tiburones que en su mayoría no superan el metro de distancia. Salvo por el gris que nada en el fondo y que por el tamaño resulta más amenazante.
 
Sanos y salvos, es el turno de navegar hacia donde habitan las rayas. El agua no llega al metro y medio de profundidad y la adrenalina parece no dejar de crecer. Si bien no hay riesgo de mordeduras, las largas colas de las rayas que terminan en una especie de aguijón es razón suficiente para mirarlas con respeto. Aunque no es lo mismo que piensa Tuterai, quien las alimenta como si se tratara de pececitos domésticos, las toma con sus manos y las desliza por el cuerpo de algún turista desprevenido.
 
 
 
Las olas y el viento
Rangiroa no es una isla. Es el atolón más grande de la Polinesia, situado a una hora del aeropuerto de Bora Bora, y que visto desde el avión (o en el Google Earth) dibuja un anillo imperfecto de coral que rodea a una laguna interna en el archipiélago de Tuamotu. Aquí la vegetación se ve más agreste y el plan para el visitante incluye relax al máximo y horas bajo el agua para los amantes del buceo.
 
Después de un descanso en las suites del Kia Ora Resort , uno de los pocos hoteles del lugar (en su mayoría el alojamiento es en hosterías y pensiones), vuelven las emociones fuertes. A bordo de su pequeña embarcación Marcelo, un nativo de risa fácil y con buena parte de su cuerpo tatuado (el tatuaje forma parte esencial de la cultura de los polinesios), corta las olas de un mar embravecido por el viento. No va a ser un viaje fácil y como bien lo dicta la conciencia, vale para el caso una dosis de Dramamine que amortigüe el peso de las olas sobre la boca del estómago.
 
Una hora después de interminables sacudidas la llegada olvida cualquier percance. La Laguna azul es el lugar elegido para almorzar y para pasar la tarde. Una pequeñísima isla donde en ese momento somos sus únicos habitantes y donde el color de su nombre se refleja en el agua y en un cielo despejadísimo. Mientras prepara el almuerzo, Marcelo nos propone una caminata hasta la Isla de los Pájaros. Calzados con ojotas para nos lastimarse los pies con los corales bajo el agua, el paseo dura unas dos horas en total. De regreso, pescado y pollo cocido a las brasas y la caída del sol que anticipa que el viaje llegó casi a su punto final. Por delante, un viaje de vuelta tan intenso como la ida.
Bora Bora, la isla del tesoro para los enamorados
 
Bora Bora es uno de los destinos más visitados por mieleros y parejas de todo el mundo. Se calcula que el 70% de hospedaje en los hoteles es de recién casados. Y si bien muchos lugares cuentan con un kid's club, no es recomendable pensar en este lugar para vacacionar con la familia completa o con amigos. Para los que buscan una estada a puro romanticismo y para los que acaban de pasar por el altar o quieren repetir el Sí, quiero, los principales hoteles ofrecen planes especiales.
 
El hotel Intercontinental cuenta con su propia capilla, con vista al Otemanu, en la que se puede celebrar una ceremonia al estilo polinesio con todos los aditamentos que los novios sugieran. En Le Meridien, las parejas cruzan en una balsa desde la capilla del hotel hasta la playa, donde músicos y bailarines los cortejan hasta un pequeño crucero que los lleva a ver la puesta del sol. En el St Regis, como en la mayoría de los establecimientos cinco estrellas, se puede recibir el desayuno en el bungalow que acercan en piraguas y cuentan con una piscina romántica sólo para que la usen los adultos.
 
 
DATOS UTILES
Como Llegar
Lan. Vuela todas las semanas a Papeete. El tramo incluye una escala de una hora en la Isla de Pascua. Sale los lunes desde Ezeiza, a las 13.20, con combinación en Santiago, Chile, hacia Papeete. Regresa los martes, a las 0.20. La tarifa ida y vuelta en Economy es de 2157 dólares y en Premium Business, 3500. La clase Premium Business cuenta con asientos full flat totalmente reclinabes en 180°, paneles divisorios para mayor privacidad y sistema de entretenimiento con una oferta de 32 películas y 55 canales de series y documentales.
 
Alojamiento
Papeete . Le Meridien. La cadena tiene su hotel a unos veinte minutos del aeropuerto. Como la mayoría de los cinco estrellas de la Polinesia, cuenta con habitaciones cerca de la playa o sobre el agua. Las tarifas más económicas van desde los 600 dólares la noche.
 
Tahaa. Tahaa Island Resort, con habitaciones en la playa y bungalows sobre el mar. Desde 900 dólares.
 
Bora Bora. El Beach Resort & Spa es uno de los pioneros en la isla, con bungalows overwater y sobre tierra, con jacuzzi. Las habitaciones en el jardín cuestan desde 680 dólares la noche y sobre el mar, desde 830.
 
St Regis. Uno de los hoteles de mayor lujo, enclavado en su propio motu (islote). Las tarifas de las villas van desde los 1300 dólares hasta los 3500 (con pisicina propia).
 
Rangiroa. El hotel Kia Ora tiene bungalows de playa desde 610 dólares la noche hasta una suite ejecutiva, con piscina privada, para cuatro adultos por 1450. Además, la experiencia Kia Ora Sauvage (hospedarse en un motu alejado y con el estilo de vida de los nativos) por 480 dólares la noche.
 
 
 
Excursiones
En Bora Bora , una excursión en 4x4 por el interior de la isla, con almuerzo incluido, 80 dólares por persona.
En Tahaa , paquete por tres noches a bordo del catamarán Senseo, con comidas, 1600 dólares por persona.
Air Tahiti. Es la línea aérea que realiza los traslados interislas. La tarifa de Papeete a Raiatea es de 423 dólares ida y vuelta. Los controles del equipaje en los aeropuertos son muy estricos: no debe superar los 10 kilos. Si no se deben pagar multas, sin excepción..
 
Diego Japas
Fotos: La Nación - Alfredo Sánchez
Diario La Nación - Turismo