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sábado, 18 de agosto de 2007

Maracaibo, Venezuela


En el extremo occidental de Venezuela, en el estado Zulia, se encuentra Maracaibo, la segunda ciudad de Venezuela e importante centro petrolero. Maracaibo se encuentra a orillas del lago que lleva su nombre y que fue descubierto el 24 de agosto de 1499, por el marino Alonso de Ojeda, compañero de Colón en su segundo viaje.

La ciudad de Maracaibo fue fundada en tres oportunidades. La primera vez fue en el año 1529, por el alemán Ambrosio Alfinger quien le dio el nombre de Maracaibo o Villa de Maracaibo. Esta tuvo poca actividad y como consecuencia en 1535, Nicolás Federmán ordenó evacuar y trasladar su población al cabo de la Vela en las cercanías de Coro. Después de un segundo intento fallido, por parte del capitán Alonso Pacheco, no es sino en 1573 que el Gobernador Diego de Mazariegos, decidió restablecer la población confiándole al capitán Pedro Maldonado dicha encomienda. Así para 1574 fue fundada la Nueva Zamora de Maracaibo en honor al gobernador Mazariegos, nativo de la ciudad de Zamora en España. A partir de esta última fundación Maracaibo, comienza a desarrollarse paso a paso y a crecer como ciudad en todos los sentidos.

El origen de su nombre se lo debe al aguerrido Cacique Mara, hombre fuerte de no más de 25 años, que vivía en la isla de Providencia y opuso resistencia a los alemanes que atacaban la zona, pereciendo en la batalla contra los germanos. Se dice que, al ver muerto a su jefe, los indios gritaban : ¡"Mara-cayó"! y así se originó el nombre de la capital zuliana. Aunque otros investigadores afirman que, el sitio donde se levanta la urbe marabina, se llamaba entonces en lengua india "Maara-iwo" que se traduce al español como , "lugar donde abundan las serpientes".

EL lago de Maracaibo y el puente general Rafael Urdaneta
El lago de Maracaibo es la mejor bendición de la naturaleza del Zulia. Con un área de 13.000 kilómetros cuadrados, ocupa el lugar número 23 entre los grandes lagos del mundo. Es la más importante vía lacustre existente en Venezuela y para el estado Zulia constituye una arteria vial importantísima para las comunidades y comercios.

El puente Gral. Rafael Urdaneta tendido sobre el Lago de Maracaibo para unir el occidente zuliano con el sector oriental y más allá con el resto del país, es una de las más maravillosa e importantes obras de concreto. Su construcción duró cinco años, el costo fue de Bs. 350 millones de Bolívares. Su longitud es de 8.678 mts. (8 kilómetros y medio) y está compuesto por partes o tramos de 235 mts. de luz, en números de cinco y sostenido en seis pilas.

Es una cinta que se tendió sobre las aguas para unir ambas partes litorales que antes estaban a la distancia de dos horas en ferry, que hacia la travesía en la parte más angosta del Lago, entre Maracaibo y el pequeño puerto de Palmarejo, al lado del oriente, en jurisdicción de Distrito Miranda.

Poblados lacustres que aún existen en Maracaibo
En la actualidad, aún existen poblados que han permanecido en aguas del lago de Maracaibo, tal es el caso de los palafitos de Santa Rosa ubicados al norte de la ciudad. En este lugar es común encontrar, niños de rasgos indígenas bañándose en las aguas y canoas que van y vienen. Los palafitos de Santa Rosa han guardado en su estructura aquel recuerdo de nuestros antepasados, convirtiéndose en la actualidad en un parador turístico donde se puede degustar y disfrutar de los más ricos manjares en un lugar exótico al aire libre y sobre las aguas.

Otro poblado se puede encontrar en la laguna de Sinamaica. Ubicada al norte del Estado Zulia, esta laguna es realmente una fantasía: aquí no solo se encuentran paradores turísticos, sino también decenas de familias, abastos, farmacias y cualquier tienda de comercio dentro de las aguas.

Su particular comunicación de un lugar a otro por medio de canoas y lanchas, su majestuoso poblado que parece sembrado en las aguas, su cultura, sus costumbres y su idiosincrasia han convertido a la Laguna de Sinamaica en uno de los sitios turísticos y recreacionales más importantes de la región zuliana.

La Chinita, virgen patrona del pueblo zuliano
La vida espiritual de los marabinos de la época giraba en torno a la devoción de los santos apóstoles Pedro y Juan de San Sebastián y de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, devoción de esta última traída por don Juan Nieves de Andrade a fines del siglo XVII. Este piadoso varón a su llegada a Maracaibo pudo levantar una humilde ermita de bahareque y paja. Allí colocó una tabla con la imagen de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá copia de la imagen venerada en la región de Santa Fé de Bogotá, en la Nueva Granada (hoy Colombia).

El cuadro por acción del tiempo fue perdiendo su pintura original y finalmente borrada la imagen, hizo cesar el interés religioso y fue desechado como inservible. Del timbo al tambo anduvo la humilde tablita y finalmente fue, a parar al lago.

Fue una mañana de 1749 cuando en las playas blancas del Lago de Maracaibo apareció un pedazo de tabla en pequeñas dimensiones, al tiempo en que una viejecita, metida hasta las rodillas dentro del agua, lavaba ropa a orillas del lago. La sombra de la noche empezaba a disiparse entre las claridades del alba y la viejecita no pudo reconocer la extraña tabla. Debajo del brazo y confundida con la ropa ajena, la llevó a su casa y en su vivienda fue útil como tapa de una tinaja cualquiera.

De cara al agua, la virgen guardaba su secreto escondido en una pintura borrosa. Un día la buena señora, visualizó en la pequeña tabla desgastada, la silueta de una imagen sagrada y de uso doméstico el pedazo de madera se convirtió en motivo de veneración colgado en la pared.. Un 18 de noviembre, raros movimientos conmueven la placidez de la vivienda. Golpes y ruidos se sentían hasta tres veces repetidas. Al acudir la humilde señora al encuentro con lo sucedido, fija su vista en la tablita misteriosa alumbrada de luces que salían destellantes.

Ante tan majestuosa aparición de la Virgen, la ancianita mortificada por aquello, cae de rodillas ante la imagen de un rostro dulce, de piel morena y ojos achinados cargando entre sus brazos a un hermoso niño; era Nuestra Santísima Madre la Virgen de Chiquinquirá, quién había dejado de ser un cuadro borroso para darse a conocer. ¡Milagro!, ¡Milagro! exclama la viejecita, ¡Milagro! exclaman los vecinos que hasta aquel momento admiraban la tablita y después de la aparición de la Virgen adoraban sin cesar. El modesto hogar se convirtió en centro de plegarias y agradecimientos a la madre de Dios.

En la actualidad la casa donde se efectuó el hallazgo se levanta un majestuoso templo hogar de nuestra Santa Patrona en el cual se celebra el santo sacrificio de la misa y aquella tablita milagrosa en la cual se encuentra reflejada la imagen sagrada, se expone con orgullo en este altar, donde podemos ver con gran claridad la indescriptible y soberana aparición de la Virgen de Chiquinquirá. La calle donde estaba la casa tomó desde ese momento el nombre de Calle del Milagro.

Todos los 18 de noviembre se han convertido a partir de ese entonces, en fecha de fiesta para los fieles creyentes del pueblo zuliano y sus alrededores, sin que ninguna ley eclesiástica o civil lo haya decretado. Con música al son de la gaita, fuegos artificiales que alumbran el cielo marabino, con chimbangles que retumban sus tambores, bandas orquestales en todo un marco de feria, acompañan a la Virgen en su recorrido por las calles del Milagro, quien sale a saludar y bendecir con su deslumbrante figura.

Centro de Artes Lía Bermúdez
La sede de lo que es hoy el Centro de Artes Lía Bermúdez (CAM-LB), sirvió por más de 40 años , como asiento del Mercado Principal de la ciudad. Su historia se remonta hacia finales del siglo XX, cuando el viejo mercado que existía edificado en 1866 fue consumido en su totalidad por un voraz incendio, siniestro que dejó a Maracaibo el 21 de Julio de 1927, sin su más importante centro de compras.

El gobierno de la época precedido por el general Vincencio Pérez Soto debió buscar una solución rápida para devolverle al marabino su centro de compras, es por ello que después de muchas propuestas, deciden que debe ser una estructura de hierro, muy de moda en esos momentos en Francia, Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos. Desde Inglaterra se trasladó toda la estructura totalmente desarmada y transportada en barco hasta el puerto de Maracaibo. Su levantamiento y acondicionamiento se extendió desde 1928 hasta 1930. El nuevo mercado abre sus puertas al público el 9 de agosto de 1931 hasta el 7 de octubre de 1973, cuando cesan todas sus actividades al verse desplazada por otra infraestructura de similares características: el mercado "Las Pulgas".

Desde 1973 se decide remodelar y convertir el viejo mercado en Centro Popular de Cultura con el fin de presentar y promocionar las manifestaciones artístico-culturales propias de la entidad zuliana. Esta experiencia dura hasta el mes de octubre de 1982 cuando son cerrada de nuevo sus puertas. En 1979 la escultora, Lía Bermúdez, en ejercicio de la Secretaría de Cultura propone al Gobierno Nacional reacondicionar el edificio que ya estaba reestructurado. El 7 de julio de 1990 luego de esperar más de una década el gobernador del Estado Zulia para ese entonces, Oswaldo Álvarez Paz, mediante decreto crea el Centro de Artes de Maracaibo Lía Bermúdez (CAM-LB), institución a la que se le adjudica como sede principal el edificio del antiguo mercado principal.

El 16 de octubre de 1990, bajo un nuevo decreto, se crea la Fundación de Estado para CAM-LB y es entonces cuando se inician los trabajos de reestructuración y acondicionamiento. El 4 de noviembre de 1993 se inaugura oficialmente en marco de una actividad la inmensa estructura de metal que se levanta en pleno centro de la ciudad. Para ese entonces el doctor José Antonio Abreu, Ministro de Cultura en ese entonces, lo declara museo y lo entrega a la Red Nacional de Museos de Venezuela.

Plaza Baralt, centro de compras de los Marabinos
Al arribo a Maracaibo de la congregación de Franciscanos en 1615 se construyó el convento que sirvió de morada a dichos religiosos, además se edificó un templo al que le dieron el nombre de San Francisco en honor al santo patrón de dicha congregación. Frente al templo de San Francisco existía un enorme rectángulo de terreno que tenía como límite sur los malecones del puerto. Tomando en cuenta la presencia del mercado principal y de los malecones este espacio se convirtió en punto central de las actividades comerciales de Maracaibo.

El 9 de febrero de 1882 se reunieron en la casa N. 10 de la calle del comercio los señores Manuel A. Lares, Alciro Villanueva, Adolfo Pardo, Julio Martinez, Julio C. Belloso, Marcial López, Nectario Finol, Ricardo Villalobos Jesús Carruyo y José Parra con el objeto de fundar una sociedad que llevase por nombre Baralt con la finalidad de recabar fondos para levantar un monumento al literato zuliano Rafael María Baralt.

La sociedad Baralt escogió como sitio para levantar dicha obra la plazoleta frontal del templo de San Francisco. El 24 de octubre de 1888 a las cinco de la tarde, se procedió a develar la estatua de Rafael María Baralt y aquel amplio rectángulo con el nombre de "Boulevard Baralt" con el tiempo la palabra boulevard perdió uso colectivo y fue desplazado por el término de Plaza Baralt.

Esta plaza fue testigo de muchos de los principales acontecimientos de la ciudad por su fuerte centralismo comercial y el abarrotamiento de casas, buhoneros, paradas de autos por puestos y líneas de autobuses se fue deteriorando. Para la década de 1970, tomando en cuenta el deterioro del casco central en general, se creó el Plan de Renovación Urbana de Maracaibo el cual incluyó el programa de remodelación de la Plaza Baralt.

En la actualidad esta plaza es centro de compras y de visitas de propios y extraños, venir a Maracaibo y no pasar por la plaza Baralt es como no haber estado en la ciudad. Esta plaza y sus alrededores, guarda gratos recuerdos de la Maracaibo de aquellos tiempos…, aquí se siente el calor zuliano.

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