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lunes, 13 de agosto de 2007

Río Turbio, la capital nacional del carbón


La antigua villa minera es uno de los más pintorescos rincones de la Patagonia Austral. Es ideal para la práctica del turismo aventura.

Enclavada en uno de los más pintorescos rincones de la Patagonia Austral, Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz es una bella comunidad cordillerana conocida como la "Capital Nacional del Carbón", eslogan que por cierto no le hace mucho favor a su condición de apetecible destino turístico. Si bien su nacimiento y crecimiento dependieron de la explotación carbonífera, la antigua villa minera es hoy, además, un pequeño y seductor centro turístico que ofrece la posibilidad de escalar, caminar, andar a caballo, en bote o en bicicleta, ingresar a las minas de carbón y hasta esquiar. Y desde ya, es un punto ideal para realizar safaris fotográficos, sobre todo considerando que aquí vive y sorprende con su envergadura, el mítico cóndor andino.

El casco urbano de Río Turbio, una localidad de apenas ocho mil habitantes vinculados históricamente a la explotación del carbón, descansa en los primeros faldeos de la cordillera andina. Sus construcciones, de diferentes estilos pero muy vistosas, exhiben sus calderas y sus grandes chimeneas como toque y sello distintivo de pueblo minero.

El camino que acerca a Río Turbio es una típica carretera patagónica. Una cinta oscura que atraviesa la meseta sorteando pequeños riachos que con cierta urgencia abandonan la cordillera buscando su destino de mar, allá en el Este.

A veces la ruta cruza una vías angostas que tanto la acompañan como se apartan de ella. Pertenecían al Tren de la Trochita, inaugurado en el año 1951, que unía esta localidad minera con el puerto de Río Gallegos. Este ramal férreo que ayudó operativamente al autoabastecimiento de combustibles sólidos e industria pesada es hoy patrimonio histórico cultural. Su pequeña trocha, sus locomotoras a vapor, sus lentos trenes de hasta sesenta vagones, le dieron características particulares.

Si bien ya no cumple tareas, en un futuro próximo se estima reacondicionarlo para realizar viajes turísticos a partir de un proyecto llamado "Tren Bioceánico", que prevé llegar hasta la ciudad chilena de Puerto Natales, pasando por las Cuevas del Milodón y bordeando el hermoso Parque Torres del Paine.

Es que Río Turbio, y es otra de sus peculiaridades, está a sólo 9 kilómetros. de la frontera con Chile y a casi 40 kilómetros de Puerto Natales, una importante localidad del país vecino. El verano, fresco y algo húmedo, ofrece días de sol transparentes y cielos poderosamente azules. En invierno, goza de un clima frío cordillerano, con bastante nieve que le ha permitido explorar su propia pista de esquí que funciona varios meses al año (ver Vadelén, tres pistas de nieve...).

Para los paseantes curiosos y ávidos, Río Turbio depara más de una sorpresa. A solamente pasos del casco urbano, el Dique San José, construido por un antiguo poblador, el ingeniero Enrique Juan Fette, es una prueba del tesón y esfuerzo de esos pioneros. Allí, enmarcado siempre por el gran espectáculo de la cordille ra, el viajero puede animarse a todo tipo de embarcaciones sin motor, como kayak o canoas, que también pueden alquilarse en el amarradero.
Cóndores en vuelo
En esta región, otras instancias muy gratas son las visitas a las estancias que han sido remodeladas para la atención de turistas. Allí se ofrece alojamientos y también se puede disfrutar de una gastronomía casera irresistible. Los visitantes pueden participar de las distintas labores del campo, como arreos, marcación y es quila. Los más osados se animan a las cabalgatas, se ejercitan en la pesca deportiva y visitan algunos cotos de caza.

Bordeando el Arroyo Santa Flavia, el Parque Escultórico Bosque de Duendes guarda uno de los más atractivos circuitos de caminatas (trekking) donde, entre sus magníficos árboles y flora pequeña, se puede disfrutar de más de 20 esculturas talladas en árboles de lengas muertos de pie. En los últimos tiempos estas esculturas siguen ganando espacio en este particular bosque cuyas obras artísticas hacen referencia a la cosmogonía de Río Turbio.

Entre los hitos históricos puede visitarse la primera vivienda construida en la zona en los años 40, que fue además oficina y enfermería. Está en el camino fronterizo, en un lugar conocido como Mina 1, a sólo a 4 kilómetros del centro. La propia Mina 1, primera explotación de la zona y ahora reconstruida es una curiosa oportunidad de introducirse en ese mundo oscuro y seductor de los socavones. Afuera, se puede disfrutar del viento y del leve rumor de los primeros hilos de agua que darán cuerpo al arroyo Santa Flavia. Desde este lugar se tiene una sorprendente panorámica de los cordones montañosos del lado chileno.

Para los amantes de los safaris fotográficos, la avifauna del lugar es diversa y llamativa, aunque se destaca, entre todos, el vuelo del cóndor andino y sus lugares de residencia llamados condorera o posaderos. Esta ave, la de mayor tamaño que se conozca, está en peligro de extinción por lo que convoca a expertos y curiosos de todo el mundo que acuden a estos parajes para dejarse impresionar con el vuelo de esos gigantes de las cordilleras.

En Vadelén, tres pistas de nieve para esquiar
Con tres pistas de 500 metros de longitud y una nieve que parece un polvo suave e imperecedero, que permanece desde abril a setiembre, Río Turbio depara una agradable sorpresa para los amantes de los deportes de invierno. Con una superficie de más de 100 hectáreas rodeadas de bosques de lengas centenarias y la imponencia de los Andes, las pistas disponen de elevadores ski-lift y aerosillas con una gran capacidad. Por si esto no fuera suficiente, una de esas pistas está ¡iluminada.

Vadelén, o Valle de Lengas, aposentada en el Cerro Dorotea, tiene una pendiente ideal (19 grados) que permite tener sectores para avanzados, expertos, competición, principiantes y esquí de fondo; también cuenta con recorridos alternativos para motos de nieve y trineos. El complejo tiene además una moderna confitería y, en la base de la pista, la hostería "La Frontera". Ambas están abiertas todo el año y brindan servicios de confitería, restaurante y hotel. El Albergue Municipal, con cons trucciones muy acogedoras, del tipo cabaña, ofrecen alternativas más económicas sin resignar comodidad. Desde la cima de Vadelén se tiene una panorámica excepcional de las agujas de Torres del Paine (en el Parque Nacional homónimo, en Chile), y en días de buena visibilidad, se llega a ver la imponencia del Océano Pacífico.

Información
www.interpatagonia.com/rioturbio/historia.html
www.mirioturbio.com.ar/

Fuente: Clarín - Viajes

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