• Quilmes - Buenos Aires - Argentina

martes, 16 de diciembre de 2008

La Haarlem holandesa

Cuando el avión aterriza en Holanda, en Amsterdam, el viajero debe saber que además de regalarse todas las maravillas de esta ciudad emblemática, a sólo 15 minutos de ahí se encuentra Haarlem. Nada que ver con el barrio neoyorquino, aunque suena parecido. Se trata de una pequeña ciudad antigua con canales, mercados medievales, catedrales y muchísimos bares y restaurantes. La cercanía a Amsterdam la convierte en un destino privilegiado para quienes quieren conocer otros destinos de Holanda. Además, es una buena solución para los viajeros que cuentan con un presupuesto reducido, dado que aquí el hospedaje es ostensiblemente más económico.

Las distancias en Haarlem son cortas. La estación de tren se encuentra a pocos minutos del casco histórico, donde tampoco es necesario tomar transporte para ir de un atractivo a otro.


Por la Plaza Mayor
Para comenzar el paseo, lo más conveniente es acercarse al Grote Markt o Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, la iglesia Sint-Bavokerk y el antiguo mercado de la carne. Construido en el siglo XIV, reemplazando al castillo de los Condes, el Ayuntamiento de Haarlem posee una fachada de estilo neoclásico y, en su interior, alberga una magnífica muestra de pinturas de los condes de Holanda.

Frente al Ayuntamiento, aún dentro del Grote Markt, todos los sábados y lunes hay un mercado de esos que deben ser visitados ya que los locales se mezclan con los turistas y reina ese incomparable clima que distingue a las auténticas ferias populares. Los sábados, los puestos distribuidos a lo largo y ancho de la plaza se dedican a la venta de flores; los lunes, a ropa, frutas y verduras.


Un lugar histórico
Lo que no le falta a este pequeño mundo son museos. Y vaya si los hay. Uno de los más interesantes es el Corrie Ten Boom o "El lugar secreto", ya que es la casa de una familia de la resistencia que escondió a judíos en la II Guerra Mundial, antes de que cayera en manos nazis. A diferencia de la de Ana Frank, en Amsterdam, allí se conserva todo el mobiliario, lo que permite tener una sensación más real de cómo era el lugar cuando se escondían los refugiados. Otro museo reconocido es el de Frans Hals, con colecciones de estilo barroco de los Países Bajos y pintura, escultura y cerámica de arte contemporáneo. El bellísimo edificio es del siglo XVII y funcionaba allí uno de los asilos de la ciudad.


De Mozart a Moby Dick
Una de las atracciones principales es la iglesia Sint-Bavokerk, la más grande de Haarlem. Con un marcado estilo gótico y una arquitectura imponente, domina la vista del Grote Markt. Un buen consejo: tómese unos minutos para entrar a la catedral y observar el famosísimo órgano de Christiaan Müller. Su popularidad radica en diversos aspectos: al momento de su construcción, en el año 1738, era el órgano de mayor tamaño; hoy, es el más ornamentado del mundo y entre las personas más celebres que sacaron melodías de sus 60 tonos y 32 pedales se encuentra Wolfgang Amadeus Mozart.

Existe una referencia a este instrumento en Moby Dick, cuando su autor, Herman Melville, describe el interior de la boca de una ballena como el gran órgano de Haarlem. A la izquierda de la iglesia hay una curiosa estatua que pertenece a Laurens Coster, contemporáneo de Gutenberg y considerado en Holanda como el verdadero inventor de la imprenta.

El Vleeshal o Salón de la Carne, es otro de los tres edificios famosos dentro del Grote Markt. Su gran concurrencia respondía al hecho de que era el único lugar donde estaba permitido vender carne en la ciudad. Aquí se comercializaba carne fresca, mientras que para comprarla salada se debía ir a la calle Warmoesstraat, a unos metros del Vleeshal. Diseñado en estilo renacentista, su construcción data del año 1604, cuando alojaba a 40 vendedores.

Hasta 1840 funcionó como mercado de carne para después convertirse en el archivo nacional y biblioteca de la ciudad. En la actualidad alberga una dependencia del museo Frans Hals y en el subsuelo se encuentra el Museo Arqueológico de Haarlem.


Buena mesa, mejor cerveza
La gastronomía holandesa ofrece deliciosos platos tanto para los meses de invierno como para los de temperaturas menos bajas. En ambas temporadas hay exquisiteces para elegir. Entre las "obligaciones" que se deberían cumplir está la de probar quesos típicos, como el Gouda y el Edam, y en materia de platos principales, las albóndigas de carne, el pescado o las gambas. Eso sí: no se vaya sin disfrutar de la cerveza de esta ciudad. Son el alma de su industria. Su elaboración comenzó en el siglo XIV. En 1995, en el 750° aniversario de Haarlem, se recrearon dos cervezas en base a las recetas originales, la Jopen Koyt y la Jopen Adriaan, del año 1402 y 1407, respectivamente. ¡Inolvidables!

Por fin, si el paseo se encausa por el circuito de las compras, hay que ir por la peatonal Grote Houtstraat, que comienza en el Grote Markt y corre de norte a sur. Aquí están las cadenas de ropa nacionales e internacionales más reconocidas y en las callecitas de alrededor -Kleine Houtstraat y Gierstraat- predominan las boutiques y negocios más pequeños y abundan coquetos cafés, restaurantes y pubs

Datos útiles

Alojamiento

Hay hoteles 3 y 4 estrellas, por menos de 100 euros en habitación doble.

Web
www.haarlem.nl info@stempelsinhaarlem.nl

Sandra Lion
Clarín - Viajes
Fotos: Web

No hay comentarios: