• Quilmes - Buenos Aires - Argentina

jueves, 23 de julio de 2009

Italia: Nápoles subterránea


Escondida debajo del asfalto, una ciudadela casi tan antigua como la misma Nápoles

Túneles secretos, catacumbas antiquísimas, anfiteatros, arte erótico y mucho más en un recorrido sin misterios por debajo de las convulsionadas calles de la ciudad, cuna de San Genaro

Las calles angostas y zigzagueantes de Nápoles resuenan con los sonidos de bocinas impacientes, perros que ladran y rugir de motonetas. Opulentas iglesias barrocas y elegantes palacios conviven con un paisaje cubierto de grafitis, y la gente en los cafés no pierde de vista sus pertenencias mientras charla comiendo una pizza o la exquisita especialidad del lugar, la sfogliatelle. Bajo el imponente Vesubio, la ciudad da la sensación de caos, congestión y actividad frenética.

Pero debajo de la cacofonía impulsada por un espresso, yace el antiguo y profundo silencio de un mundo perdido de catacumbas y cuevas, caminos y ferias romanas, refugios antiaéreos de la Segunda Guerra Mundial y los primeros sepulcros cristianos con mosaicos y frescos desteñidos.

Nápoles está construida capa sobre capa de roca y cenizas volcánicas compactas, a las que los italianos llaman tufo. Porosa y fácil de manipular, fue usada por los griegos desde alrededor del año 470 antes de Cristo, cuando construyeron su Neápolis (ciudad nueva) que con el tiempo se llamó Napoli. Luego, los romanos usaron las canteras de tufo para construir un complejo sistema de acueductos subterráneos. Los primeros cristianos cavaron cuevas para rendir culto y sepultar a sus muertos. Los napolitanos de distintos siglos usaron sus cavidades como basurales. Sólo la epidemia de cólera de mediados de la década de 1880 cerró esta ciudad subterránea, pero en la Segunda Guerra Mundial se volvió a utilizar como refugio de los constantes bombardeos que diezmaban la zona.

La mayor parte de Nápoles alberga en sus entrañas una enorme red de túneles y galerías subterráneas, y descender allí -y retroceder en el tiempo- es tan fácil como bajar escaleras o doblar en una esquina. Las excursiones guiadas ayudan al turista a explorar estos lugares, y unos pocos, donde las excavaciones forman parte de museos o iglesias, se pueden visitar en forma individual.

Esta historia parcialmente expuesta y dividida en capas le da a Nápoles un aire de misterio y obsesión. Y existe una ciudad subterránea figurativa además de la literal: la red delictiva de la Camorra representa un uso del término, pero el afamado Museo Arqueológico ilustra otro tipo de ocultamiento. Su Gabinete Secreto, mantenido durante mucho tiempo bajo llave y aun fuera del alcance de los niños que no estén acompañados de un adulto, alberga una colección de antiguos objetos eróticos, muchos extraídos de las ruinas de Pompeya y Herculano, que fueron en un principio considerados obscenos para ser llevados a la vista del público.

La agencia de turismo Libera Associazione Escursionisti Sottosuolo ofrece excursiones subterráneas que salen dos o tres veces por semana desde el conocido bar Gambrinus, en la piazza Trieste e Trento. En nuestra visita elegimos contratar a Napoli Sotterranea, que organiza varias excursiones diarias de noventa minutos, partiendo desde el corazón histórico de la ciudad.

Nuestro guía, Alex Fusaro, de 23 años, que trabaja como percusionista en una banda de música pop, condujo a nuestro grupo reducido por las escaleras del subsuelo de un edificio de departamentos hasta el siglo I a. C. "Estos -nos dijo- son los restos de un teatro grecorromano con una capacidad para 6000 espectadores, donde se dice que Nerón cantó durante un terremoto. Ahora, alrededor de 30 familias viven arriba." Estábamos en un amplio espacio abierto de galerías abovedadas, detrás de lo que había sido el escenario.

Al seguir caminando por esos pasajes interconectados debajo de las bulliciosas calles napolitanas, vimos acueductos que se habían usado durante 23 siglos y luego descendimos 121 peldaños hasta los refugios antiaéreos. En 1941 se limpiaron y secaron más de 400 km de túneles y canales subterráneos, se selló la mayoría de los pozos, se construyeron escaleras y se hizo la instalación eléctrica. Los napolitanos que aguardaban en los refugios mientras las bombas caían sobre la ciudad dejaron testimonios de sus días y semanas de tensión: dibujos en las paredes de bombas y aviones, la palabra aiuto (ayuda). Vimos autos de juguete y camas, una máquina de coser y una radio que después se encontró en los refugios. Luego, llevando velas encendidas atravesamos un largo túnel frío, bajo y estrecho, por donde en una época corría agua, hasta llegar a las cisternas grecorromanas. La más grande, nos dijo el guía, fue construida por los romanos en el siglo II d.C. y se usó hasta el siglo XIX; es alta, cuadrada, cavada a partir de la toba volcánica amarilla.

Después se dio un grato contraste al reingresar al siglo XXI en Scaturchio, en la piazza San Domenico Maggiore, con un espresso y una sfogliatelle. Una muchedumbre transitaba por la vía San Gregorio Armeno, repleta de locales que fabrican y venden las tradicionales figuras navideñas napolitanas, conocidas como presepi.

Descenso hacia lo profundo

También por esta zona de la ciudad no hay que perderse las extraordinarias ruinas grecorromanas debajo del claustro del siglo XVIII en San Lorenzo Maggiore. Descendimos por una escalera y anduvimos completamente solos durante 90 minutos en un mundo sepultado que en una época estuvo al nivel de la calle: los restos de una feria romana del siglo I d.C., una galería abovedada y un camino con restos de ruinas, que incluye el horno de una antigua panadería y un lavadero comunitario.

Desde aí se puede ir caminando hasta la iglesia de Santa Chiara, famosa por su elegante claustro de mayólica, pero también por sus ruinas arqueológicas descubiertas después de la Segunda Guerra Mundial, que incluyen baños termales romanos, una zona de saunas y partes de un acueducto. Pasajes nuevos construidos en madera permiten recorrer todo el lugar, y las placas de identificación están escritas en cuatro idiomas.

En otra oportunidad decidimos dirigirnos hasta las catacumbas de San Gennaro, el santo patrono de Nápoles, que comienzan detrás de la iglesia de la Madre del Buon Consiglio y llegan hasta pasar apenas un patio que da a tendederos de ropa, limoneros y motonetas. Descendimos y vimos en primer lugar pequeñas capillas, que albergan los cuerpos de familias acaudaladas; en un cúbico, un fresco impresionante del siglo VI d.C. evoca a una familia con un hijo pequeño. Los cuerpos de los ciudadanos más humildes se colocaban en nichos que ahora están vacíos. Caminamos a través de arcos antiguos entre un olor a humedad silencioso, y nos enteramos de que el primer uso que se le dio a estas catacumbas fue en el siglo II de la era cristiana. En este mismo lugar hubo tres iglesias, la más antigua, del siglo IV d.C.; dos de ellas eran subterráneas. Vimos una pintura de Adán y Eva del siglo III d.C. y símbolos de diosas griegas. Cerca de la salida había un fresco de un obispo del siglo IX o X, que habían encontrado hacía un año, aproximadamente.

Luego, en el barrio la Sanitá recorrimos las catacumbas de San Gaudioso -que llevan el nombre de un obispo africano que llegó a Nápoles en el año 439- y vimos calaveras puestas en los nichos de la pared con frescos debajo que retrataban la vestimenta de la profesión de sus dueños: togas de un juez, un caballero con una espada. En un área dedicada a las mujeres, los frescos mostraban solo vestidos largos: "Las mujeres no tenían ninguna profesión, por supuesto", nos explicó nuestro guía.

Otro día buscamos ese otro elemento oculto durante tanto tiempo: la colección erótica del Gabinete Secreto en el Museo Arqueológico. Esta sala está abierta desde 2000, pero siguen estando las cadenas y los candados pesados en las puertas de hierro, cerca de un cartel que dice que los menores de 14 deberán ingresar acompañados de un adulto (no vimos a nadie que controlara esto).

La colección es rica y gráfica. Para los antiguos griegos y romanos, el falo era símbolo de prosperidad, fecundidad y buena suerte, y lo representaban en estatuas y lámparas de aceite, en jarrones y pinturas, incluso en el exterior de las tiendas. Las representaciones de actividades heterosexuales y homosexuales eran parte de la decoración de casas y jardines, y la exhibición incluye pinturas eróticas de escenas mitológicas, esculturas en mármol de ninfas y sátiros, e imágenes eróticas de jardines, tocadores y burdeles.

Mientras recorríamos el lugar, una docena de estudiantes italianos, la mayoría varones, ingresó con un instructor joven, de barba. Parecían de 12 años y se desplazaban rápidamente, con los ojos bien abiertos y apretando sus cuadernos. Una de las pocas niñas que había se veía espantada.

A la salida, los varones se largaron a reír tontamente. Cuando varios regresaron media hora después, sin instructor, una mujer de mediana edad que estaba allí los fulminó con la miraba, y entonces desaparecieron.

Mosaicos con más de 20 siglos, ahora al descubierto

Datos útiles

Dónde dormir
* Decumani Hotel de Charme (vía San Giovanni Maggiore Pignatelli 15; (081) 55-8188; www.decumani.com ), en el corazón de la ciudad, fue el palacio del siglo XVIII del último obispo del reino Borbón de Nápoles. Las habitaciones dobles parten en los 99 euros.

* El hotel San Francesco al Monte (corso Vittorio Emanuele 328; (081) 423-9111; www.sanfrancescoalmonte.it ), que da a la bahía de Nápoles, es un convento del siglo XVI que fue renovado. Las dobles parten en los 150 euros.

Dónde comer
* A los napolitanos les encanta decir que ellos inventaron la pizza, pero no la pida por porción. Una favorita del lugar, la Margherita -tomate, mozzarella y albahaca, por los tres colores de la bandera italiana- fue creada en honor de la visita de la reina Margarita de España en 1889. Pruebe una en Lombardi (vía Benedetto Croce 59, (081) 552-0780). Con otra especialidad regional, linguine cozze e vongole, con bastantes almejas diminutas. Un almuerzo para dos cuesta 28 euros.

* Ciro a Santa Brigida (vía Santa Brigida 71-73; (081) 552-4072) sirve una pizza excelente a la Ciro (hongos, tomates vesubianos, mozzarella, camarones y ajo) y linguine Fra Diavolo, cargado de camarones, mejillones y almejas. El almuerzo para dos con una copa de vino sale 33 euros.

* La Cantina di Triunfo (vía Riviera di Chiaia 64; (081) 668-101), restaurante y bar de vinos. Cena para dos con sopa, pasta, cerdo asado con castañas y vino cuesta unos 80 euros.

* Taverna dell´Arte en la vía de acceso a la iglesia de San Giovanni Maggiore desde la vía Mezzocannone, en el casco histórico, (081) 552-7558. No es fácil encontrarlo, pero vale la pena el esfuerzo. Pruebe lo que sea que venga con tomates vesubianos. Una cena para dos con vino cuesta unos 83 euros.

* En Scaturchio (piazza San Domenico Maggiore 19; (081) 551-6944), una sfogliatelle con un espresso, 5 euros.

Qué hacer
* Las agencias Napoli Sotterranea (piazza San Gaetano 68; (081) 29-6944; www.napolisotterranea.org ) y Libera Associazione Escrusionisti Sottosuolo, (081) 40-0256 ( www.lanapolisotterranea.it ), ofrecen excursiones subterráneas por alrededor de 10 euros.

Visitas a catacumbas
* Las catacumbas de San Gennaro (via Capodimonte 13; (081) 741-1071; 5 euros) y las de San Gaudioso (piazza Sanit 14, (081) 544-1305; www.santamariadellasanita.it ; 5 euros).

* Otros sitios arqueológicos incluyen: San Lorenzo Maggiore (vía dei Tribunali 316; (081) 211-0860; www.sanlorenzomaggiorenapoli.it ; 5 euros) y Santa Chiara (vía Santa Chiara 49; www.santachiara.info ; 5 euros).

* La colección de arte erótica del Gabinete Secreto se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles (piazza Museo Nazionale 19; (081) 292-823; 10 euros)

Joan Motyka
The New York Times
(Traducción: Andrea Arko)
Fotos: Corbis, Reuters, Marieke Kuijjer/Flickr

lunes, 13 de julio de 2009

México-Cancún: Una mañana con delfines

Saltos, caricias y hasta barrenadas a toda velocidad empujados por estos sorprendentes animales en una enorme piscina

Desde el borde de la enorme piscina que divide en dos el complejo Dreams Cancún, María Luisa da indicaciones al grupo de ocho visitantes que se encuentran con el agua hasta las rodillas. Vestida con un traje de neoprene azul y negro, la joven y bronceada entrenadora primero les sugiere que se sumerjan muy despacio, como para aclimatarse. Luego, solicita ordenarse en una hilera siguiendo el ancho del natatorio. Finalmente, pide silencio. Un segundo después hace sonar un pequeño silbato, muy agudo, y enseguida, y como salidos de la nada, dos delfines irrumpen en la calma superficie y comienzan a moverse entre los participantes; tímidamente al principio, con más confianza a medida que pasan los minutos. "Acerquen las manos sin hacer movimientos bruscos. Aguarden que se acostumbren a ustedes. Cuando los tengan delante, acarícienlos", pide la entrenadora.

Mientras los animales se entregan a las caricias humanas, los visitantes se toman por los hombres manteniendo la hilera. Minutos después, María Luisa tocará nuevamente el silbato, y los delfines saltarán una y otra vez por encima de la fila humana.

Las caras de asombro se multiplican entre los participantes y los curiosos y familiares, que, cámaras en mano, observan desde la orilla. Y no es para menos. El nado con delfines es uno de los programas más codiciados y concurridos por quienes se acercan a la Riviera Maya, la zona costera de la península de Yucatán, hasta tal punto que ni siquiera cuando esta ciudad estaba pasando por su peor momento en cuanto a afluencia de turismo a causa de la influenza A -situación de la cual ya se encuentra casi recuperada-, era sencillo conseguir lugar sin reserva previa. Claro, la experiencia resulta muy enriquecedora tanto para grandes como para chicos, además de ser una forma de contactarse e interactuar con la naturaleza completamente nueva y distinta.


Y en el Dreams Cancún, en la punta norte de la zona hotelera, los delfines son parte de la vida cotidiana del hotel, ya que es el único en la región que se precia de contar con delfinario propio, por lo que sus huéspedes prácticamente conviven con ellos. Por eso, aquí no sólo se puede vivir esta sensacional experiencia, sino que los más entusiastas pueden aspirar a más, ya que cuenta con dos programas exclusivos: uno es el llamado Entrenador por un día , por el cual los concurrentes participan del entrenamiento de estos animales junto con los profesionales, y el otro es el denominado The One , una actividad por la cual sólo una persona se sumerge, está con los delfines y disfruta de ellos sin ningún apuro.

La experiencia continúa y llega el turno de compensar a los animalitos: cada uno recibe un puñado de pequeños peces a modo de recompensa. "Ahora vamos a quedarnos solamente con Wany, que es el más jovencito y juguetón de todos los que tenemos aquí", explica María Luisa mientras toca nuevamente el silbato y con un gesto le indica a uno de los animales que se retire. Wany se entrega ahora a los participantes: primero posará en brazos de cada uno de ellos, después les dará un beso y bajará la cabeza en espera de una retribución; bailará al ritmo de las voces humanas cuando le canten una canción, y finalmente aplaudirá contra el agua a manera de agradecimiento.

La alegría de la gente se palpa en el aire y se contagia en los alrededores entre los espectadores, que cada vez son más.

Más caricias y con los delfines panza arriba y recibiendo caricias en el vientre, vendrán las explicaciones científicas. Ante tamaña muestra de domesticidad, no falta quien sugiera que tal vez los delfines sean los antecesores marítimos de los perros? Y ante la actitud de éstos, nadie se anima a discutirlo.

"¿Quieren oírlos hablar?", pregunta la joven entrenadora. Ante la propuesta, invita a sumergir la cabeza para oír cómo se comunican entre ellos mientras van de un lado a otro de la piscina.

El final guarda una sorpresa inolvidable. Cada uno a su turno, los participantes se irán colocando en el medio de la piscina y quedarán flotando con las piernas extendidas hacia atrás. Repentinamente, dos de los delfines apoyarán la nariz en las plantas de los pies y los empujarán a gran velocidad, haciéndolos barrenar sobre la superficie. "Lo llamamos footpush , y siempre lo dejamos para el final porque queremos que se vayan de acá con el mejor recuerdo. Valió la pena, ¿no?", pregunta la entrenadora. Las respuestas sobraban.


X-Caret, ecopark y espectáculo
Pocos kilómetros al sur de Playa del Carmen y a menos de una hora de viaje desde Cancún se encuentra X-Caret. Bien conocido por casi todos los que alguna vez pasaron por la zona, este parque temático no sólo es un enorme zoológico al estilo moderno (con animales sueltos en espacios que recrean sus hábitats), sino también un gran parque de atracciones siempre al estilo natural. Aquí también se puede nadar con delfines o hacer snorkeling en ríos subterráneos, buceo en medio de arrecifes de coral, sea trek (caminata por el fondo del mar) con escafandras, o simplemente disfrutar de una playa muy acogedora, entre tantas otras opciones. Una amplia oferta cultural y de espectáculos que se renueva periódicamente le agrega valor y permite conocer un poco las raíces y tradiciones de este pueblo. El último título agregado a la cartelera es México espectacular, un impresionante show en el que participan más de 250 artistas en escena, donde se recrea parte de la historia del país.

Datos útiles
Dónde dormir

* El Dreams Cancún ofrece habitaciones dobles con sistema de all inclusive desde US$ 350 la noche (conviene consultar por paquetes, ya que hay buenos descuentos).
Más información, www.dreamsresorts.com

* Le Meridien Cancún ofrece habitaciones dobles desde US$ 170 la noche (incluye impuestos, sin pensión).
Informes; www.starwoodhotels.com/lemeridien

Dónde comer

* Señor Frogs: cocina tex-mex en un ambiente muy agradable. El precio por cabeza ronda los US$ 20 dólares

* La Hacienda: comida local con una ambientación lujosa. Se paga unos US$ 25 por persona

Qué hacer

* Delphinus: el programa para nadar con delfines tiene un costo de 155 dólares por persona y se puede concretar en varios puntos de la Riviera Maya.
Más información, www.delphinus.com.mx

* X-Caret: el parque ecológico temático tiene múltiples actividades para todas las edades. La excursión es de día entero y el costo de la entrada, de US$ 62 para los adultos y de U$S 32 para los menores de 12. Las actividades dentro del parque, como nado con delfines, salidas de buceo o snorkeling son aranceladas.
Consultas y reservas on line, www.xcaret.com.mx

En Internet

* www.cancun.travel

Diego Cúneo (Enviado especial)
Fotos: Jorge Quiroga y delphinus.com.mx
La Nacion Turismo

lunes, 6 de julio de 2009

Países bajos: Amsterdam, sin cambiar de canal


Una ciudad para caminantes y ciclistas, una vida cultural intensa, una princesa argentina y varias curiosidades más

Es un caluroso mediodía de verano. Frente al coffee shop, uno de los típicos negocios de esta ciudad donde se vende marihuana, hay dos hombres sentados en un banco público mientras toman cerveza en lata y contemplan el canal. De pronto dos policías se acercan y les cobran una multa de 5 euros por beber alcohol en la vía pública y las latas terminan en la basura. Nadie repara, en cambio, en la pareja sentada en la vereda del coffee shop ni en el curioso cigarrillo que comparte. Está claro que Amsterdam es una ciudad tolerante y permisiva, pero a la vez, estricta con sus reglas.

También es desinhibida, pero organizada, y moderna, pero con pasado de pueblo pescador. Y es conocida como la Venecia... del Norte. Su red de canales y puentes, diseñados en los siglos XVI y XVII, forman una especie de telaraña que surca su centro turístico, el sitio ideal para recorrer a pie (las distancias son cortas y los paisajes entre puentes y canales, fabulosos) o para alquilar una bici y hacerle honor a su fama de ciudad sobre dos ruedas.

La Plaza Dam es un muy buen punto de partida. Desde allí, una de esas largas fotos panorámicas podría abarcar el Palacio Real, construcción clásica del siglo XVII, y el Monumento Nacional de la Liberación, un obelisco para homenajear a los caídos en la Segunda Guerra Mundial. Esta plaza, donde el movimiento nunca cesa, fue lugar de encuentro para los hippies de la década del 60.

Todo alrededor de la Plaza Dam merece atención: la Nieuwe Kerk, iglesia protestante donde se coronaron a los reyes y reinas de Holanda, y donde en febrero de 2002 se realizó la boda del príncipe heredero William con Máxima Zorreguieta; un negocio de souvenirs con un zueco gigante en la entrada, donde todos se meten para sacarse una foto antes de entrar a comprar zuecos-llaveros por 2 euros, una bolsa de 10 bulbos de tulipanes por 5 euros, zuecos-pantuflas por 18 euros y postales de la princesa argentina.

Es que en este país a los argentinos ya no se los relaciona instantáneamente con Diego Maradona, como en casi todo el resto del planeta. Aquí, al término argentino lo que sigue normalmente es una exclamación de ¡Máxima! y una sonrisa bien grande. Quizá por eso abundan sorprendentemente los restaurantes ambientados con vacas, detalles en celeste y blanco, y fotos de churrascos bien jugosos. Con nombres como Gauchos, Rancho o La Boca, las parrillas argentinas aparecen por cada calle del centro, prometiendo el mejor bife de chorizo por 15 o 20 euros.

Conocida como la Venecia del Norte, sus canales y puentes fueron diseñados mayormente entre los siglos XVI y XVII

En una esquina de la Plaza Dam está el Museo de Cera de Madame Tussaud con las réplicas de los personajes más famosos del país y el resto del mundo para cumplir el sueño de fotografiarse de la mano de Nelson Mandela, besando a Robbie Williams o junto a Pablo Picasso. Y hacia adelante, la avenida Damrak une la Dam con la Estación Central, también la calle Kalverstraat con su paseo comercial y los negocios más caros y, por último, esas callecitas que invitan a perderse entre los canales para introducirse en el Barrio Rojo.

En la Museumplein, la plaza más grande de la ciudad, se concentran el Museo Municipal y el Van Gogh junto al Palacio de Conciertos. Allí, enormes letras en rojo y blanco se unen formando la frase I Amsterdam (juego de palabras para afirmar Y o soy Amsterdam), lema con el que la ciudad holandesa da la bienvenida a sus visitantes. Agradecidos, turistas de todo el mundo se acomodan sobre la A o entre los arcos de la M para sacarse la foto casi reglamentaria a espaldas del Museo Nacional de Arte e Historia de los Países Bajos.

Muy cerca de la plaza se encuentra otro museo imperdible, el del Diamante, donde se puede admirar una réplica del cuadro La noche estrellada, de Van Gogh, realizada con pequeñas gemas. Al costado de la Museumplein, la entrada a la plaza Max Euwe abre un espacio de distención, con sus cafés y su ajedrez gigante donde la gente pasa el día entre partidas. Y en frente se encuentra uno de los parques más importantes de la ciudad: el Vondelpark, una especie de pequeño Central Park europeo que recibió su nombre en honor al poeta alemán Joost Van den Vondel, que residió en Holanda.

Bicicletas y arquitectura típica

Con 45 hectáreas de espacio verde, árboles y lagos, un gran restaurante en el centro, más puestos de comida y cafés, cuenta con un museo abierto dedicado al cine. No sólo es un sitio perfecto para respirar naturaleza y organizar un picnic entre ardillas que corren de aquí para allá, sino que también ofrece en junio, julio y agosto obras de teatro y conciertos gratuitos al aire libre.

Pero al margen de los museos y las plazas hay una atracción bastante más modesta que casi todo turista quiere ver en Amsterdam, más allá de que no sea consumidor de lo que ahí se vende: los coffee shops. Casi un emblema de la ciudad, lejos de ser una simple casa de café, estos bares ofrecen un menú que incluye marihuana mezclada con tabaco por 3 euros el cigarrillo o 6 euros el puro, o brownies de chocolate y cannabis para acompañar el café, que cuesta 5 euros. Algunos tienen mesas sólo adentro del local, otros las acomodan también en las veredas. Sólo se permite la entrada a mayores de 18 años.

Pequeños locales, al estilo del almacén de barrio, se alinean uno tras otro en el centro y a lo largo de unas cuantas cuadras. Y se llenan de turistas de todas las edades, incluidos matrimonios con bebes. ¿Qué ofrecen? Por ejemplo, envases de 150 gramos de galletitas de coco y hemp por 10 euros; chupetines de hachís por un euro; té verde con cannabis u otras bebidas a base de hongos alucinógenos...

Los minutos pasan descubriendo los artículos más insólitos en accesorios para fumadores de todo tipo de hierbas y algún joven vendedor advierte al padre distraído que el niño tomó el dulce equivocado. Otros negocios son auténticos bancos de semillas con nombres como Bob Marley´s Best, Power Flower, Purple Haze y hasta AK-47 o Master Kush. Quizás haya que insistir: el circuito de coffee shops es toda una curiosidad, más allá de los hábitos de consumo del turista...

Lo mismo vale para otra zona muy famosa de esta ciudad: el Distrito Rojo. Muchos saben de qué se trata y casi nadie desconoce este lugar, aun los que nunca viajaron a esta ciudad. Por esta razón y porque aquí se concentran las vidrieras más famosas, llena de expectativas a los turistas.

Entre dos calles angostas que se enfrentan para bordear el canal Voorburgwal, un sex shop se mezcla entre un bar de cervezas, una vivienda de familia, la entrada al Barrio Chino que corre paralelo a este lugar y lo que sigue: una vidriera que, a diferencia de cualquier local de ropa, exhibe a una mujer real vistiendo ropa interior, hablando por celular o fumando a la espera de quien abra su puerta.

Sobre el canal Achterburgwal, así como en las callecitas que lo cruzan, esas construcciones que parecen hogares o simples negocios son las mismas vidrieras que se extienden por este barrio tan particular, que abarca no más de cinco cuadras, y que no aparece delimitado en los mapas de la ciudad.

De noche, este paseo que bien podría pasar inadvertido a la luz del día se cierra al tránsito y se convierte en una zona roja peatonal muy concurrida, con sus luces de neón que bordean las vitrinas de estos maniquíes humanos. Sus calles resaltan por el característico color y por la cantidad de gente que las visita y las pasea día y noche. Por lo general, cuando oscurece llegan muchos grupos de hombres en plan de despedida de soltero. Y aunque la curiosidad nos mantenga un buen rato por las esquinas, no es fácil ver a una persona entrando a estas vidrieras. Eso sí, muchas veces se ven cortinas cerradas, señal de que están trabajando.

Barrio Chino

Julio, un mes muy techno
Este mes, y como todos los años, Amsterdam comienza a sacudirse al ritmo de la música trance, house, hip-hop, acid y cuanta variación elctrónica se pueda imaginar. Entre los festivales más populares se destaca el 5 Days Off, cinco días -este año, del 15 al 19- de shows en vivo, sets de Dj y talentos internacionales que se dan cita en las salas más conocidas de la ciudad (Paradiso y Melkweg). Unos días antes, el 11, habrá sido el turno de Dance Valley, megafestival de trance a cielo abierto también conocido como el Woodstock de su género. El Dance Valley, que va por su 15a. edición, reúne cada año a unas 50.000 personas en las bucólicas colinas de Spaarnwoude, media hora al oeste de Amsterdam (existen varias opciones de transporte para los entusiastas del evento). Del 1° y hasta el 11, por último, está el festival de danza contemporánea e internacional de Julidans, que presenta a coreógrafos famosos y menos famosos de todo el mundo, jóvenes revelaciones de la danza, obras contemporáneas en las que se unen baile, música, teatro y cine, y nuevas formas de música dance.

El Museo Nacional de Amsterdam, detrás del slogan turístico de la ciudad

Arte, fiestas y buena carne
Por los canales
Alquilar un bote con pedales o comer en un restaurante flotante son sólo dos de las opciones para disfrutar de los canales. Pero lo más convocante en épocas de calorcito son los cafés con terrazas de madera sobre el agua, entre ellos, Villa Zeezicht y Café van Zuylen, a pasos del puente de Torensluis. También hay celebraciones que se realizan directamente en los canales, como la Gay Pride Festival (del 31 de julio al 2 de agosto), una "parade" flotante con miles de personas en botes, y la máxima fiesta en honor al cumpleaños de la reina: el Queen´s Day, cada 30 de abril.

Palacio Real
Con cuatro cuartos nunca habilitados para el turismo y una de las colecciones más grandes del mundo del mobiliario imperial, el Royal Palace abrió de nuevo sus puertas al público, después de más de tres años de refacciones. En la Plaza Dam ofrece también grandes mejoras en su interior. Las pinturas de sus techos, los pisos de mármol y las esculturas fueron en su mayoría restaurados, al igual que muchos de los frescos de los siglos XVII y XVIII. La entrada para adultos cuesta ? 7,50 y los menores de 5 años entran gratis. Más información, en www.paleisamsterdam.nl

Carne argentina
La figura de una vaca, los colores de la Bandera argentina, fotos de churrascos bien jugosos que se lucen en la entrada de varios restaurantes, hacen evidente que la presencia de la princesa Máxima no sea un detalle menor. Los restaurantes argentinos aparecen por cada calle del centro; todos prometen el mejor bife de chorizo y uno tras otro acomodan sus carteles y menús: Gauchos, Rancho, La Boca, son algunos.

Datos útiles
Dónde comprar
Un dato interesante para quienes quieren llevarse un recuerdo de sus vacaciones: las tiendas que se ubican sobre las calles que cruzan el Barrio Rojo son las que ofrecen los precios más bajos en todo lo que se refiere a souvenirs. Por eso, tal vez es mejor no tentarse en los negocios de la avenida Damrak o los que rodean la Plaza Dam y esperar hasta llegar a los que se ubican por esta zona.

En Internet
www.iamsterdam.com

María Fernanda Lago (Cronica y fotos)
La Nación - Turismo