Puente de las Americas
El barrio de Socopachi, el Palacio Quemado, la zona de Murillo y el
mirador de Killi Killi, en un buen recorrido por esta población a punto de
tocar las nubes, más de 3500 metros sobre el nivel del mar
Alí arriba las nubes parecen muy cercanas, tanto que siempre algún iluso
cree posible llegar a tocarlas. La Paz es una ciudad casi pegada al cielo,
ubicada en el oriente de Bolivia sobre un altiplano que la levanta más allá de
los 3500 metros sobre el nivel del mar. A esa altura también parecen al alcance
de las manos los colosales picos que rodean su geografía urbana, montañas que
superan largamente los 6000 metros y forman la Cordillera Real.
"Ése es el Illimani", dice Vladimir García señalando hacia el
sudeste una cumbre completamente nevada cuya imponencia se destaca sobre las
demás. De tez cobriza y baja estatura, Vladimir es un guía paceño de apenas 25
años. Habla como arrastrando cada palabra, sonríe mucho y es de origen aymará,
pueblo precolombino cuyos descendientes constituyen una parte importante de la
actual población boliviana.
El mirador de Killi Killi
Pese a no ser su capital, La Paz es la principal ciudad de Bolivia.
Tiene casi ochocientos mil habitantes y allí se encuentra el Palacio de
Gobierno, conocido popularmente como Palacio Quemado en recuerdo de un feroz
incendio que prácticamente lo destruyó en marzo de 1875. Ya con obvio tono de
leyenda, cuentan que aquel incendio fue provocado por una turba de opositores
al gobierno del entonces presidente Tomás Frías, que arrojó cientos de
antorchas encendidas hacia las ventanas y el techo del edificio gubernamental.
Pese a que Frías logró salir airoso de la revuelta, el Palacio fue devorado por
las llamas y apenas si quedó en pie su fachada, lo que obligó a una
restauración que duraría varios años.
"El estilo del edificio es neoclásico, con un frente de quince
metros de altura que se compone por pilares jónicos, dóricos y corintios",
explica Vladimir García de cara al Palacio Quemado. Una decena de turistas lo
escuchan sin prestar mucha atención, hablan entre ellos y sacan fotos de los
dos soldados que montan guardia en la puerta palaciega.
El Palacio Quemado se encuentra sobre la plaza Murillo, uno de los
sitios más populares de La Paz. Miles de personas pasan diariamente por este
lugar cuyo nombre recuerda al prócer Pedro Domingo Murillo, que participara en
julio de 1809 de la primera revuelta independentista de los criollos paceños
contra el dominio español. Tallado en bronce en el centro de la plaza, un
monumento de tres metros de altura homenajea al viejo héroe boliviano.
Alrededor de ese monumento y vestidas con pesadas faldas hasta los
tobillos, las tradicionales cholas venden empanadas fritas y grasosos
anticuchos que suelen ser tan exquisitos como peligrosos, especialmente para
los de hígados sensibles. Seguro de la fortaleza de su estómago, un calvo de
abdomen prominente, que parece ser un turista europeo, pide un anticucho
acompañado de papas cocidas y una salsa picante llamada llajua. Casi sin
masticar, lo devora en menos de un minuto.
El Palacio Quemado
El Palacio Quemado no es el único edificio destacado de la zona de la
plaza Murillo. Allí también se encuentran el Congreso Nacional y la Catedral de
Nuestra Señora de La Paz, que fue visitada por Juan Pablo II en 1989. Además
hay varias casas coloniales cuyos frentes están bastante desmejorados, algunos
en estado casi ruinoso debido al alto costo que supone para sus dueños repararlos
debidamente. Frente a este problema, se han presentado proyectos estatales que
pretenden ayudar económicamente a los propietarios a restaurar los edificios
coloniales de plaza Murillo respetando los estilos de sus orígenes. Con ese
auxilio, el objetivo es transformar este lugar en algo similar a la popular
Calle Jaén, uno de los sitios más hermosos de La Paz en el que la fisonomía
colonial de la vieja ciudad ha sido conservada a la perfección.
EL NAVEGANTE GENOVÉS
El Paseo El Prado es el eje principal de La Paz. Por allí pasa gran
parte de la vida de la ciudad y en sus orillas se han construido en las últimas
décadas muchos de los más importantes edificios paceños, entre ellos el
rascacielos de La Alameda, que con 105 metros es uno de los más altos de todo
Bolivia. Caracterizado por una enorme densidad de cafés y restaurantes, El
Prado es flanqueado por la Avenida 16 de Julio y la Avenida del Estudiante, que
corren a cada lado del paseo.
En las noches y muy especialmente durante los fines de semana, estas dos
avenidas se llenan de gente que sale a comer, a hacer compras o simplemente a
pasear entre las arboledas. Y, además de los negocios, hay algunos museos muy
interesantes, como el Museo de Arte Contemporáneo.
En una plazoleta vecina, se levanta un monumento de Cristóbal Colón,
tallado en bronce y sobre un pedestal de mármol blanco en el que se leen
algunas pintadas que acusan al descubridor genovés de asesino de indios y
conquistador genocida. "En Bolivia hay gente a la que no le simpatiza la
figura de Colón, en especial a los descendientes de pueblos originarios que lo
ven como el iniciador de una colonización sangrienta. A mí, que llevo sangre
aymará, tampoco me gusta Colón. Pero eso no justifica a los vándalos que dañan
su estatua", sentencia Vladimir.
A lo largo de El Prado hay otros muchos monumentos que, por suerte, no
sufren las pintadas del pobre Colón. El más impactante es el del Soldado
Desconocido, que conmemora a los muertos de la Guerra del Chaco y en el que un
soldado de bronce yace boca abajo, muerto sobre el pedestal. Y el más
imponente, por su tamaño, es el de Simón Bolívar, sobre la plaza Venezuela, que
justamente marca el final del Paseo.
Paseo del prado
Luego de este monumento, cuando ya El Prado queda definitivamente atrás,
el rumbo lleva hacia Sopocachi, el barrio más glamoroso y bohemio de toda la
ciudad, donde los pubs conviven con las galerías de arte y las noches se
extienden siempre hasta más allá de la madrugada. Calles empedradas, luces de
neón, casonas de estilo inglés con jardines en el frente, mansiones suntuosas,
cocina de autor en los restaurantes, autos deportivos estacionados en las
puertas de los negocios más caros y una atmósfera de distinción son las
características de una zona que poco tiene que ver con el resto de La Paz.
Aquí, sentarse a tomar un simple café puede salir más caro que una comida
completa en la zona de Murillo.
Fuera de los límites de Socopachi la ciudad vuelve a ser la de siempre.
El olor a las frituras de los puestos ambulantes se intensifica a medida que
uno empieza a trepar por las laderas en las que se asientan los barrios
periféricos y más humildes. En los rincones de esas calles pobres, agachadas
sobre cartones, hay mujeres de edades indescifrables que venden plantas
curativas, figuras talladas en madera que alejan los malos espíritus y fetos de
llama que tienen los pies atados y protegen las casas de las presencias
demoníacas. Todo se entrega por unas pocas monedas, envuelto en papel de
diario.
"Por aquí vamos hasta el Killi Killi", anticipa Vladimir
García mientras la ladera va trepando hasta las nubes. Killi Killi es uno de
los varios miradores que tiene La Paz, ubicados todos en sitios estratégicos
desde los que las vistas panorámicas de la ciudad son excepcionales. Para
llegar hasta allí hay que subir una larga escalera que acentúa la fatiga y
quita el aire, porque en las alturas el oxígeno resulta siempre un bien escaso.
El premio, ya arriba, es magnífico. "No hay mejor vista que esta en La
Paz", asegura el guía paceño. Al sudeste, tras la geografía urbana de
casas bajas, se ve el Illimani, con su nevada cumbre de 6462 metros. Y uno de
los turistas estira su mano, como queriendo tocarlo.
DATOS ÚTILES
Dónde comer: el mejor restaurante de La Paz para disfrutar comida local
es Traffic, ubicado en el corazón del barrio Sopocachi. La especialidad es el
filete de llama y por las noches funciona también como pub y discoteca.
www.trafficsanjorge.com.
Más económica y popular, la Peña Parnaso ofrece el muy popular Pique
Macho, un plato compuesto de trozos de carne de vaca y salchichas acompañados
por papas fritas, huevos y rodajas de tomate. Está ubicado en el centro de la
ciudad, a media cuadra de la Iglesia de San Francisco. Para reservar hay que
escribir a rrembertbmx@hotmail.com
En la Web: la mejor información para viajeros sobre Bolivia puede
obtenerse en www.bolivia.travel, el sitio web oficial de Turismo de Bolivia.
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Carlos W. Albertoni
Diario La Nacion (Argentina)
Suplemento Turismo
Fotos: Web