• Quilmes - Buenos Aires - Argentina

domingo, 13 de febrero de 2011

Estambul: muchas ciudades, en una


La capital política de Turquía es Ankara, pero Estambul concentra el turismo

La capital turca tiene un pie en cada continente. Mezquitas que son basílicas, estadios como coliseos, mujeres despechadas y otras con velo. Contrastes de una pasión milenaria.

Acá hay un estrecho que separa la ciudad en dos continentes, hay barcos por todos lados, hay un fuerte que rodea un buen pedazo de la urbe, casas a las que se accede en lancha, un casco moderno en el que se potencia una proyección primermundista y otro más antiguo que reluce el costado histórico. Acá hay un bazar en el que la gente pierde la cordura. Un bazar que implica, de entrada nomás, entregarse al descontrol.

Porque ahí sí que todo es un gran descontrol: los vendedores gritan, los turistas regatean, hay peleas, risas, discusiones. Se trata de uno de los mercados más antiguos y grandes del mundo (45 mil metros cuadrados). Trabajan en el lugar más de 20 mil personas, la mayoría en alguna de las 3.600 tiendas distribuidas sobre 64 calles laberínticas que desembocan en 22 salidas diferentes. Es imposible no perderse: pasan, por día, más de 250 mil individuos.

En este bazar, en realidad, el regateo es ficción pura. Los comerciantes parten de un precio insólito y terminan cediendo a un precio acorde, con una falsa postura de resignación. Afuera, en los alrededores, se descubre el secreto. Una cajita de especias que los vendedores dicen que cuesta 30 liras turcas (y luego venden a 15), en las callecitas aledañas sale 10 (y el precio no es negociable). Pero recorrer el lugar vale la pena. Y hasta puede convertirse en una terapia de descarga. Los orígenes del Gran Bazar se remontan a la época de Mehmed II, cuando en 1455 construyó cerca de su palacio el antiguo bazar (Eski Bedesten). Se vende de todo: remeras, lámparas, las mencionadas especias, prendas locales, telas, alfombras, antigüedades, bijouterie, perfumes, bolsos, cuero... Hay casi cien variedades de productos diferentes. La esencia del comercio turco al servicio del turista. Un sueño.

Topkapi, un palacio que es la mitad de Mónaco. (Der.) Farolitos de cerámica, desde € 5

Acá hay taxistas descontrolados, hombres que juegan durante horas al backgammon (tradición local), mujeres despechadas y mujeres tapadas de pies a cabeza. Hay bares nocturnos en la calle, al aire libre, con música local, en los que la gente fuma tabaco perfumado en narguile y baila, y otros, también al aire libre, mucho más europeizados, con vista al estrecho, debajo de un puente y con una entrada de 50 liras turcas (casi 130 pesos). Acá hay estadios de fútbol que parecen coliseos renovados y hoteles con shoppings incorporados. También casitas muy chicas, barrios humildes y sectores que parecen descampados.

Acá uno puede ir caminando por la que podría considerarse la calle más temible del mundo, con gatos, basura, miradas y oscuridad, y desembocar, de pronto, en otra cortada con jóvenes bailando, pubs, luces de colores, boliches de dos plantas y restaurantes de paso. Sucede cada noche en Taksim, un sector camaleónico de la ciudad en el que, cuando cae el sol, se bebe al ritmo turco, por las calles aledañas de la famosa peatonal Istiklal (una suerte de Florida ancha, de dos kilómetros de extensión). Y digo camaleónico ya que, de día, esta zona es otra historia. Istiklal simboliza la globalización y reivindica el costado más occidental de la ciudad. Pelear un precio en cualquier negocio de sus cuadras podría despertar carcajadas hasta en el vendedor de menor jerarquía. Las principales marcas textiles están distribuidas en locales de dos y hasta tres plantas y no existen las ofertas porque todo es caro.

Santa Sofía, desde la fuente

Acá hay decenas de mezquitas, pero hay una, la Mezquita Azul, única. Fue construida a principios del siglo XVII y tiene 23 metros de diámetro más otros 43 de altura. Posee más de 20 mil azulejos de color azul que adornan la cúpula y la parte superior (de allí el nombre) y más de 200 vidrieras. Los versos del Corán distribuidos por diferentes lugares redondean la decoración interna. En la Mezquita Azul, la ortodoxia religiosa turca barre los conceptos diurnos de Taksim: las mujeres tienen que taparse la cabeza para entrar y también tienen que llevar los hombros ocultos. Nadie puede ingresar al lugar con calzado.

Síntesis del contraste permanente en cada rincón, exactamente en frente de la imponente Mezquita Azul, se halla la basílica de Santa Sofía, antigua catedral cristiana de Constantinopla, que se convirtió en mezquita en 1453 y en museo en 1935. Otra obra soberbia, criatura preferida del arte bizantino.

Mezquita azul. Uno de los dos únicos templos de Turquía con seis minaretes

Acá hay un bazar de especias con más de noventa tiendas, una rambla interminable, un rincón top de restaurantes demasiado parecido a Las Cañitas, estaciones de tren demasiado parecidas a las argentinas (salvo por la puntualidad del servicio), decenas de avenidas con grandes bulevares en el medio, decenas de cortadas en las que apenas pasa un auto, autopistas infinitas y dos puentes que separan Europa de Asia. Hay un palacio, denominado Topkapi, que es un delirio de ostentación. Fue el centro administrativo del Imperio Otomano desde 1465 hasta 1853: vivían allí más de cuatro mil personas. Está formado por pequeños edificios y cuatro patios, con distintas finalidades. En el primero el acceso era público, en el segundo se realizaban grandes convenciones (hay diez salas que oficiaban, en su momento, como cocinas imperiales), en el tercero sólo podían ingresar los altos dignatarios y en el cuarto se relajaba el sultán de turno. La vista de este último sector, obviamente, da al Bósforo. La superficie total del complejo es de 700 mil metros cuadrados, casi la mitad de la extensión de Mónaco.

El Gran Bazar, de la época de Mehmed II

Acá hay una cisterna (la cisterna de Yerebatán) que, en su momento, fue capaz de albergar 90 mil metros cúbicos de agua, hay castillos, negocios que ofrecen los famosos baños turcos (cuestan alrededor de 50 euros) y un puerto majestuoso, de los más congestionados del mundo (130 buques diarios, sin contar tráfico local). Acá, en definitiva, hay de todo. Porque de eso se trata Estambul: opciones infinitas, contrastes permanentes, intensidad. Un crisol cultural y étnico. Hasta en el lado asiático, el menos turístico, tiene sus desproporciones sociales y estéticas: Üsküdar y Kadiköy, los dos barrios más grandes, sin ir más lejos, tienen sectores muy humildes y a la vez zonas residenciales (como Moda).

Alguna vez Napoleón Bonaparte dijo: “Si la tierra fuera un solo Estado, Estambul sería la capital”. Y no es casual. Al margen de su siempre creciente masa poblacional (una de las mayores capitales de Europa, con más de 14,5 millones de habitantes), la distingue el simple hecho de ser una de las metrópolis con más historia.

Backgammon, pasión del mundo árabe, nunca falta en los espacios públicos

Nunca nadie podrá retratar con exacta fidelidad este lugar interminable. Todas las contradicciones políticas (apoyar o no el ingreso a la Unión Europea), religiosas, estructurales y arquitectónicas que se descubran son parte de la identidad local. No se puede esperar menos de una ciudad que, además de estar dividida en dos continentes por un simple estrecho (el Bósforo), también está dividida en su sector europeo por un hermoso estuario (Cuerno de Oro). Muchas ciudades en una. De eso se trata Estambul.

Germán Beder (desde Estambul)
Diario Perfil - Turismo

domingo, 6 de febrero de 2011

Zanzíbar, una revelación


Un viaje a esta isla de Tanzania, sin grandes expectativas, termina con la convicción de haber encontrado las playas más lindas del mundo

Antes de conocerla, si pensaba en Tanzania imaginaba un país llano, desértico y de pocos colores. Si eventualmente decidí viajar allí fue sólo por el deseo de subir el Kilimanjaro, volcán de 5895 metros que limita con Kenya en el punto más alto del continente africano.

Desde hace diez años, para mí las vacaciones son sinónimo de montañas. Con todas las cordilleras que existen por recorrer, nunca contemplé la posibilidad de desperdiciar un verano yendo a otro destino. Las ciudades nunca me cautivaron. Las playas me gustaban un poco más, pero no terminaban de conmoverme como las montañas.

Hasta que conocí Zanzíbar. Antes de la expedición al Kilimanjaro, me dispuse a averiguar sobre qué hacer en los días libres que tendría. Así supe de esta isla frente a la costa este de Africa, a 70 kilómetros de Dar es Salaam, la ex capital de Tanzania.

Leí entonces que por esa parte del Indico estaban las playas más espectaculares del mundo. Después, al conocerlas, lo comprobé. Puedo decir que Zanzíbar es el lugar más lindo del mundo... que visité hasta hoy.

El agua es más que turquesa. Es celeste. Y decir que la arena es blanca sería quedarse corto. Al borde del mar, mujeres con velos y atuendos de mil colores y hombres con monitos atados con una soga, como si fueran perros, pasan caminando sin siquiera inmutarse por la presencia de los cruceros con turistas. Las vacas desfilan también por la playa y los delfines nadan en el mar tan cerca que casi se los puede tocar.

Los tanzanos son tranquilos, alegres y muy serviciales. Por su calidez parecen latinos, pero más respetuosos y serenos. Aun así, más del 95 por ciento de la población es musulmana y hay que ser cuidadoso al vestirse y comportarse porque nuestras costumbres pueden ser tomadas, en algún caso, como una ofensa. Uno se siente un pobre acelerado frente a ellos, que constantemente responden pole pole (despacio, despacio en idioma swahili) ante cualquier consulta o pedido al ritmo occidental.

Nadar con delfines
Nos alojamos por 25 dólares por persona en un hotel pequeño, familiar y austero, pero frente al mar y junto a dos o tres barcitos donde se puede comer todas las noches, sobre la arena, pescado y mariscos con cerveza local.

Nada de lo que temíamos a priori nos perturbó: no hacía un calor insoportable (la temperatura nunca superó los 28°C), no llovió y no vimos un solo mosquito en todo el viaje. Claro que para eso elegimos una buena época: la estación seca, que va de junio a octubre.

Pasamos en Zanzibar cuatro días y cinco noches, pero hubiéramos querido quedarnos un mes. No bien llegamos hicimos una excursión inolvidable: en lancha, empezamos a recorrer el mar en busca de delfines. Cuando los encontrábamos, nos zambullíamos en el agua con snorkels y patas de rana y nadábamos junto a ellos. La sensación al estar tan cerca de estos animales no se parece a ninguna.

Otro día visitamos el mercado de especias de la ciudad. Los colores y aromas que se perciben caminando por sus pasillos angostos son una fiesta para los sentidos. Y en las tiendas de artesanías se pueden comprar verdaderas obras de arte por pocos dólares. En casi todas los comerciantes hablan inglés y algo de italiano, ya que la mayor parte de los turistas viene justamente de Italia.

En general, los precios son bajos en la isla y en toda Tanzania. Lo caro, en todo caso, es llegar. Pero una vez allí, con 60 o 70 dólares diarios se puede vivir muy bien.

Cuando empezamos a averiguar para comprar los pasajes en Buenos Aires, muchas agencias no sabían ni dónde queda el Kilimanjaro. Otros nos ofrecían tarifas exorbitantes en alguna de las pocas aerolíneas que vuelan hasta allí. Finalmente conseguimos un precio bastante razonable (1600 dólares, con impuestos) y este itinerario: Buenos Aires-Johannesburgo-Dar es Salaam-Kilimanjaro. La ida fue ágil dentro de todo: 9 horas y media hasta Johannesburgo; escala de 1 hora y media; 3 horas y media de vuelo hasta Dar es Salaam, y casi sin espera un vuelo interno por nuestra cuenta de sólo 30 minutos hasta Zanzíbar. A los cuatro días tomamos el barco de regreso a la ciudad para completar el último tramo, Dar es Salaam-Kilimanjaro, de una hora y media.

Para el regreso, las escalas fueron aún más largas. ¡Dos días para llegar a Buenos Aires!

Zanzíbar es un excelente destino para ir con amigos o en pareja, pero no se ven familias con niños. Seguramente se debe en parte a que hay que aplicarse muchas vacunas para entrar en Tanzania. La única obligatoria es la de la fiebre amarilla, pero se recomiendan siete más.

Por lo demás, tanto en Zanzibar como en el resto de Tanzania siempre caminamos tranquilos por la calle, a cualquier hora. Es un país muy pobre, pero no vimos delincuencia ni violencia en ningún momento.

La gente vive tranquila con poco. Con casi nada. Por ejemplo, nunca escuchamos un insulto en la calle a pesar de que presenciamos problemas de tránsito. En definitiva, no son modernos, pero en muchas cosas son más civilizados que nosotros.

Durante esos días en Zanzíbar queríamos detener el tiempo y quedarnos para siempre en ese momento y en ese lugar. Vivíamos atontados. Parecíamos chicos abriendo regalos a cada instante, sorprendiéndonos constantemente con algo cada vez más encantador.

Carolina Rossi
La Nación - Turismo
Fotos: Web

La autora es entrenadora personal y escribe desde una columna de entrenamiento para la revista Brando. Tuvo un 2010 agitado: subió el Aconcagua en febrero, el Kilimanjaro en octubre y corrió la maratón de Nueva York en noviembre.

domingo, 30 de enero de 2011

Stewart Chiron: El señor de los cruceros


Stewart Chiron es The cruise guy, "el tipo de los cruceros", que es también el nombre de la web donde comenta cada estreno en el mundo de los barcos de placer. Con más de 20 años en esto, aquí aconseja cómo aprovechar esta manera de viajar y ver el mundo.

Si alguien no sabe de antemano a lo que se dedica Stewart Chiron, la respuesta de su secretaria en Miami podría sonar inquietante y hasta llevaría a ofrecer condolencias. Ella dice: "él ya no está en tierra".

El estadounidense Stewart Chiron es un experto en cruceros. Una autoridad que se ha ido forjando luego de 23 años dedicados a explorar esta manera de conocer el mundo. Así, suma 171 viajes a bordo de estos barcos de placer, con los que ha se ha movido por todas las rutas imaginables. De esta manera se convirtió en "el tipo de los cruceros" o The Cruise Guy, que es también el nombre de su reconocido sitio (www.cruiseguy.com), que creó a mediados de los noventa, donde Chiron va dando cuenta de estrenos y tendencias en estos barcos, de los que traen y de lo que les falta, y recopila las mejores ofertas disponibles en el mercado.

De padres neoyorquinos, la profesión actual de Chiron parece curiosa por varias razones. De partida, nació doblemente lejos del mar: en el estado de Nebraska, casi en el centro de Estados Unidos (es decir, sin costa), y dentro de una base de la Fuerza Aérea en Offutt, Bellevue. Pero, además, el primer crucero que se le ocurrió hacer al entonces adolescente Chiron ni siquiera lo entusiasmó demasiado.

Antes de entrar a la Florida International University, Stewart tomó un corto viaje para visitar uno de esos sitios que se tiende a calificar de "soñados": Bahamas. ¿El resultado? "No entendía por qué la gente quería viajar así durante semanas, cuando yo apenas había pasado un día".

La transformación vino después cuando ya estaba en la universidad y consiguió un trabajo de oficina en una de las navieras más tradicionales del país. Entonces, sólo en ese momento, su idea inicial comenzó a transformarse. Había descubierto un mundo.

Lo dice al teléfono, desde la cubierta de su última misión: reportear los detalles del Disney Dream, el primer barco que la línea de cruceros del Ratón Mickey estrena en más de una década y que acaba de zarpar -con todos los personajes de la familia Disney- desde Cabo Cañaveral.

A pesar del descubrimiento y de su floreciente entusiasmo con las naves, tuvieron que pasar casi 14 meses antes de que Chiron tuviera la oportunidad de trabajar verdaderamente sobre uno de estos barcos. Recién entonces empezó a nacer "el tipo de los cruceros".

Stewart Chiron

Catador de barcos
Stewart Chiron cuenta que se metió en este mundo cuando la industria de los cruceros aún era un mercado emergente. "Era como la época del Wild West, donde todo era posible. Las líneas de cruceros y las principales agencias de viajes todavía estaban en manos de privados y el espíritu empresarial prosperaba. Había muy pocas empresas que alcanzaban el éxito en este negocio. Las oportunidades eran interminables", cuenta ahora, todavía lleno de entusiasmo por esos años.

Entonces, reporteando y viviendo- la forma en que crecía la popularidad de esa forma de viajar, Chiron empezó a captar la atención de los medios y terminó convirtiéndose en su invitado frecuente. Su currículum personal hoy anota apariciones reiteradas en televisión (NBC, FOX, CNN, entre otros) y en diarios (The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post, son parte de su larga lista), pero ahora también es objetivo frecuente de las propias compañías de cruceros, que lo convocan para que pruebe sus servicios. Y él, de paso, les dice qué falta, qué sobra y qué cosas no estaría de más tener a bordo.

En los barcos, Chiron trata de parecer un pasajero normal, así que evita los rituales. Apenas se sube, dice, "me preparo para la diversión". Aún así, siempre recuerda que esto es trabajo. Lo que hace, explica, es casi como ser un crítico de restoranes.

"Ando en estos barcos para probarlos, para ver qué es lo nuevo que tienen, lo bueno, lo malo. Así puedo explicarle a los viajeros cómo son en realidad", dice con simpleza, y explica el sentido de esta manera de moverse y lo que, asegura, es también la clave de su atractivo.

"Con tantos cruceros diferentes a disposición de la gente, en realidad hoy encuentras barcos para todos los que quieran viajar. Y lo mejor es que no tienes que empacar, desempacar, ni hacer check in o check out como en los hoteles cada vez que cambias de lugar; pero tampoco despiertas siempre en el mismo aburrido lugar, ni siquiera a la misma hora cada día".

Para Stewart, moverse en estos barcos es como comprar un auto. Es una gran inversión de dinero, así que es mejor dedicarle tiempo a la búsqueda. Después de todo, los viajeros estarán en el barco que elijan por tres, cuatro noches, a veces una semana y más incluso, "así que se necesita tomar la decisión correcta".

"Más y más personas descubren que viajar así es una opción bastante razonable frente a otras alternativas de vacaciones que son o terminan siendo muy caras", dice y enumera las que para él son las principales ventajas de los barcos. "Tienes entretenimiento a bordo, hay muchas actividades que realizar y recibes tus comidas. Además, hay innumerables opciones adicionales, como restoranes de especialidades, que se están desarrollando para que los pasajeros puedan personalizar sus vacaciones, para que encuentren exactamente lo que quieren, lo que están buscando".

-¿Cuáles son los destinos emergentes en el mundo de los cruceros?

"A medida que más barcos se introducen, hay más itinerarios y destinos disponibles. Asia está lleno de posibilidades. América del Sur, el Pacífico Sur -incluyendo Australia y Nueva Zelandia- tienen un potencial grandísimo. Y está el caso de la Antártica, que está ganando muchísima popularidad".

Sobre nuestro continente, cree que esta forma de viajar ha ido ganando espacios, a pesar de la fuerte competencia de precios de las aerolíneas. Y sitios "Hay mucho que no sabemos de Sudamérica", dice y apunta a sitios como Galápagos, un destino muy atractivo, pero todavía inusual para muchos barcos. Y está Chile. "Cuando la gente menciona su deseo de conocer Alaska, les pregunto si saben algo de los glaciares en Chile y no tienen idea".

-Con tantos sitios que has visto desde la cubierta, ¿cuáles son tus favoritos?

"Hawaii. Es un gran lugar para conocer arriba de un crucero. Eso sí, igual recomiendo pasar algún tiempo en tierra, antes o después del barco".

A pesar de su experiencia, Chiron reconoce que está cada vez más sorprendido por las innovaciones de los barcos, y que no le sorprendería encontrar pronto cosas como show de delfines a bordo.

-¿Cuáles son los que más te han llamado la atención en tu vida de experto y pasajero?

"Bueno, están los nuevos Oasis of the Seas y Allure of the Seas, de Royal Caribbean, los más grandes e innovadores del mundo. La clase Solstice de Celebrity Cruises, que incluye al Solstice, Equinox y Eclipse, es muy llamativa por el estilo de sus barcos: elegantes, pero no pretenciosos. Habría que considerar uno que es clásico: el Queen Elizabeth, de la Cunard Line, majestuoso, con una historia interesante y estupenda cocina. Hay otros como el Odyssey y el Sojourn, de los cruceros Seabourn, que son de los más lujosos, y está el Sea Dream que da la impresión de estar en un yate privado".

Entre los barcos que Chiron conoce bien también cuenta a Holland America ("posiblemente en la misma categoría que Celebrity"), Costa (muy fuerte entre los pasajeros europeos), NCL y Princess ("son estupendos: en NCL, la experiencia varía según el barco, y Princess siempre será conocido por El Crucero del Amor"). Y aunque no es muy devoto de la tendencia de los cruceros temáticos, dice que algunos barcos como los de MSC han sido especialmente exitosos atrayendo pasajeros de esta manera.

-¿Qué le diría alguien que ha hecho 171 cruceros a quienes piensan hacer el primero?

"Los cruceros han llamado la atención de familias, y hoy visitan casi todas las regiones del mundo. Yo les diría que no lo duden y que se vayan de viaje así. Seguro será el primero de muchos".


Caribbean Princess

Algunos consejos
1. Investigue en internet, pero no reserve online: hay demasiadas ofertas que muchas veces no están disponibles en la red.

2. Use a los expertos: las agencias realmente pueden ayudar a encontrar el barco adecuado a las expectativas de cada uno.

3. Sea flexible con las fechas: es clave para dar con alternativas que pueden ser más económicas.

4. Compre lo antes posible: en el caso de los barcos, mientras más adelantado reserve, más posibilidades tiene de conseguir buenos precios.

Muriel Alarcón
Revista del Domingo
El Mercurio - Chile
Fotos e imagen: El Mercurio y Web

martes, 25 de enero de 2011

Argentina: Las nuevas aventuras de Los Antiguos



La localidad, más conocida por las chacras frutales, ahora se agita con circuitos para bicicletas, rappel y salidas en kayak

El enorme espejo turquesa del lago Buenos Aires y la tierra especialmente fértil en este rinconcito santacruceño irrumpen en el árido y monocorde paisaje patagónico con cortinas de álamos verdes que delimitan las chacras donde se produce y exporta fruta fina. Es el lugar más austral de la Argentina donde se puede encontrar cosecha tardía de cerezas. Y es también un lugar ideal para combinar descanso y aventura.

Se trata de Los Antiguos, localidad en el norte de Santa Cruz sobre las márgenes del lago Buenos Aires y a sólo 3 kilómetros de la frontera con Chile. Hasta allí se puede llegar por la ruta nacional 40 que recorre las provincias cordilleranas o bien por la costera ruta nacional 3 hasta Caleta Olivia, y transitar los 359 kilómetros por la RP 43 hasta desembocar en la comarca.

Con poco más de cinco mil habitantes, Los Antiguos desarrolló su economía en torno a la fruta fina que se exporta desde las chacras y la incipiente actividad turística.

En 1991, las cenizas del volcán Hudson provocaron la partida de familias enteras que perdieron ganado y cosechas completas. Pero con el paso del tiempo el lugar se recuperó. La ceniza se mezcló con la tierra y algunos creen que hasta la mejoró. Hoy solo quedan huellas en la memoria de algunos pobladores.

En los últimos tiempos, al ya instalado circuito de agroturismo se sumó el turismo aventura. Por lo que durante el verano es posible combinar un circuito en bicicleta entre las chacras de frutas finas, remar en kayak en el transparente Buenos Aires o bien realizar un recorrido por la ruta 41, un fino camino de montaña que transita sobre el límite entre la Argentina y Chile.

Según datos oficiales, Los Antiguos cuenta con 576 plazas de alojamiento entre hosterías 3 estrellas superior, cabañas de 3 y 2 estrellas, hoteles y hostels, y algunas plazas más en trámite, además de restaurantes y lugares de comida rápida. Incluso una de las hosterías ofrece servicio de spa.

El nombre de Los Antiguos refiere a raíces culturales ancestrales y a las bondades climatológicas del lugar. Es una traducción del vocablo tehuelche I keu kenk o I keu konk, que significaría mis antepasados o los antiguos . Existe una tradición oral actual que cuenta que ese nombre hace referencia al hecho de que el lugar era elegido por los tehuelches para pasar los últimos años de sus vidas.



Frutos del país
A pie, en auto o en bicicleta se pueden visitar quince chacras que poco a poco se han ido convirtiendo al agroturismo. Sus propios dueños relatan a los turistas el proceso del cuidado de los cerezos, la floración y la recolección. El paseo suele incluir una degustación de dulces de frutos caseros y licores regionales. Al final es casi imposible no comprar alguno de estos productos.

"Creemos que va a ser una temporada muy buena, hemos tenido muy buenos fines de semana con el turismo regional y el turismo extranjero ha comenzado a venir desde noviembre", detalla, optimista, Marina Basalo, secretaria de Turismo de Los Antiguos.

El promedio de estada es de dos noches. Para alargar ese número, desde el verano último se ofrecen actividades de turismo aventura en el hotel Antigua Patagonia, en el ingreso a la ciudad sobre el lago Buenos Aires. Pero los programas no sólo están disponibles para quienes se alojan allí, sino que se abren a todos los turistas de la localidad.

"Alquilamos kayaks desde el muelle de la hostería. Cada turista sale acompañado por un instructor y se incluye el traje de neoprene porque el agua del lago suele ser muy fría, incluso en verano", cuenta Marcelo Torres, gerente de Antigua Patagonia.

Un turno de kayak por las cristalinas aguas, que en sus lugares más profundos supera los 400 metros, puede costar no más de $ 60 por persona.

Allí también, con vista al lago, si hay fuerzas y ganas de divertirse se puede intentar subir en la palestra de 4 metros con la ayuda de instructores para bajar en rappel, y suele improvisarse tirolesas para hacer más divertido el momento.
En tanto que para este año se incorporaron circuitos de cicloturismo que se adaptan a distintos gustos y grados de resistencia. Se recorren las chacras, los miradores, las vistas al lago y los dos ríos que atraviesan este pueblo con acequias que le agregan un sonido cristalino a la siesta.


Ubicación estratégica
Los Antiguos es parte del corredor de la ruta 40, que pasa a sólo 50 kilómetros de allí, en la localidad de Perito Moreno. Además se encuentra a 3 kilómetros del paso fronterizo con Chile y desde allí se visita la laguna Jeinimeni, reserva nacional chilena a la que se puede acceder con vehículos altos. El paisaje es deslumbrante y se encuentra a 60 kilómetros de Los Antiguos.

Otra opción es realizar el Paso de las Llaves, parte del recorrido sur del lago que en el sector chileno toma el nombre de General Carreras y cambia su aspecto apacible por el de profundos acantilados que caen al agua.

Desde Los Antiguos se puede, con precaución, animarse por la ruta 41, totalmente de ripio, por momentos apenas un senderito en la montaña. Es una travesía ideal para completar en un día. Si bien no son más de 170 kilómetros se puede ir parando a lo largo del camino y disfrutar el cambio de paisaje, que se registra entre los 200 metros sobre el nivel del mar hasta los 1500 metros, el punto más alto del recorrido. En la Secretaría de Turismo, una casa alpina sobre la avenida principal, se puede buscar una hoja de ruta para hacer más fácil y atractiva la senda cordillerana.

Al final del recorrido se llega a uno de los lugares más sorprendentes de la provincia: los lagos Posadas y Pueyrredón, separados por un fino istmo de tierra y comunicados por un breve arroyo. Allí podrá alojarse en las estancias turísticas de la zona o bien en la oferta de la localidad de Hipólito Yrigoyen o Lago Posadas, como le dicen los vaquianos. Desde el viaje puede avanzar en busca de la ruta 40 a sólo 90 kilómetros desde Hipólito Yrigoyen hasta llegar al parador de Bajo Caracoles. Si el día está despejado, el imponente cerro San Lorenzo romperá la monotonía del horizonte con sus cumbres de nieve eternas.

Si ninguna de estas actividades alcanza hay que recordar que Los Antiguos es un sitio ideal para la pesca deportiva en los ríos de la zona y en el lago Buenos Aires, que no tienen veda de pesca en ningún período del año.


DATOS ÚTILES
Cómo llegar
En avión desde Buenos Aires hasta Comodoro Rivadavia y desde allí por ruta hasta Los Antiguos cerca de 500 km

Vía Terrestre
Desde la Ciudad de Buenos aires se accede por RN Nº 3 hasta la ciudad de Caleta Olivia y de esta toma la RP Nº 12 hasta enlazar con la RP Nº 43.
Desde Bariloche por RN Nº 40 pasando por Rio Mayo hasta empalmar con la RP Nº 43.
Desde Calafate por RN Nº 40 hasta la localidad de Perito Moreno se toma la RP Nº 43.
Distancias hacia Los Antiguos:
Buenos Aires: 1732 Km.
San Carlos de Bariloche: 851 Km.
Esquel: 590 Km.
Calafate: 680 Km.

Dónde alojarse
En Los Antiguos, Hostería Antigua Patagonia; Chacra Refugio de Rocas; hotel Los Antiguos Cerezos. También están los complejos de cabañas Lago Buenos Aires, Dos Soles, Geute Ketel y El Rincón de los Poetas. Además hay hosterías y bungalows y la opción del camping municipal

Más información
Secretaría de Turismo de Los Antiguos, 02963 -491261
ww.losantiguos.gov.ar
www.santacruzpatagonia.gob.ar

Mariela Arias (Corresponsal en Río Gallegos)
La Nación
Fotos: Web

lunes, 17 de enero de 2011

Celulares en movimiento: las mejores herramientas para viajeros, en la pantalla del teléfono


Mapas y guías, pero también aplicaciones para tomar un vuelo, convertir una moneda o encontrar los baños más adecuados en determinada ruta, entre otras mil opciones listas para descargar y usar

Había una vez un tiempo en que los teléfonos celulares servían para hablar. Hoy se usan para hacer el check-in de un vuelo y recibir la tarjeta de embarque, para saber dónde estacionamos el auto, para prevenir embotellamientos en autopistas, para encontrar un hotel donde alojarse, un restaurante donde calmar nuestros antojos o, incluso, un baño cercano para salvarnos de una urgencia. Y de paso para hacer o recibir llamadas, si aún queda tiempo.

Sería imposible tratar de abarcar las miles y miles de aplicaciones disponibles para los llamados teléfonos inteligentes o smartphones. Para darse una idea de la magnitud del fenómeno, basta con saber que sólo desde el Apple Store se han descargado hasta hoy 4000 millones de programas para unos 150 millones de dispositivos, con 75 países de alcance.
Y eso, decíamos, solamente para iPhone y iPod (comercializados por Apple). Sin contar los BlackBerry, Android, Nokia, Microsoft y otros equipos que también cuentan con millones de usuarios.

Otra distinción por tener en cuenta es que algunas aplicaciones funcionan en ciertos países, o ciudades, y en otros no. Que algunas son gratuitas y otras pagas. Que las hay para todos los rubros, desde el financiero (BillMinder o BillTracker, por ejemplo, ayudan a controlar las cuentas, cosa de no sufrir más por ese recibo que se venció o por el servicio que cortaron) hasta el de salud (SunSmart, sin ir más lejos, alerta sobre las radiaciones ultravioletas).

En materia de viajes, la oferta es igualmente abrumadora. Pero en la era 2.0, no está de más tomar nota de algunos programas que pueden simplificarnos la organización de las vacaciones, sean éstas en una playa, una montaña, una megaciudad o lejos de todo rastro de civilización.

El boarding pass, en el celular
En los aeropuertos el uso de los servicios de base móvil están en plena expansión Cada vez más aeropuertos (por ahora de Europa y Estados Unidos) dan la posibilidad de recibir el boarding pass en el teléfono celular, con un código de barras que certifica la identidad del pasajero, sin necesidad de trámites, filas y de tener que imprimir la tarjeta. Se calcula que para fines de este año el 32% de los pasajeros realizará el check in online vía celular (a través de un sistema que lee el código de barras en la pantalla del teléfono).

Además, también se puede recibir un mensaje de texto con información sobre la puerta a la que ha llegado el avión, ubicar por satélite la posición del pasajero en el aeropuerto o indicarle cuánto tiempo tiene de caminata hasta el sector desde donde parte la siguiente conexión.
El 37% de los aeropuertos comunica status de vuelos al celular del pasajero. Lo implementarán a fines de 2011 un 21% más.

Con el sello nacional
Argentina late con vos es el nombre del nuevo eslogan con el que el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) comenzó a promocionar el país, y que promete ser mucho más que una frase pegadiza.

Primero, porque la campaña incluye la renovación total de su página web (www.argentina.travel ), que ahora cuenta con un lenguaje visual totalmente novedoso y la posibilidad de una mayor interacción con los usuarios, fundamentalmente a partir de redes sociales como Facebook, Twitter y Orkut.

Segundo, porque también incorporó la aplicación Argentina Tourist Guide, que permite a los turistas visitar el país de una forma más dinámica y rápida, y que se puede bajar gratuitamente del sitio de Apple Store.

"Con todas estas actualizaciones, estamos trabajando para homologar la presencia de la Argentina en el mundo", señaló el secretario ejecutivo del Inprotur, Leonardo Boto, al tiempo que remarcó que las aplicaciones (por ahora en sus versiones inglés y español) también estarán disponibles en breve para BlackBerry y Android.

Básicamente, estas herramientas permiten identificar de manera fácil los principales puntos de interés de cada provincia e incluso localidad (con la ayuda de mapas interactivos), encontrar alojamiento, cargar baterías de juegos, cruzar fotos o compartir experiencias con amigos, entre otras funciones.

El contenido está dividido en los ejes temáticos que se utilizan para posicionar al país: Argentina Natural, Activa (asociada a actividades deportivas), Auténtica (Patrimonios de la Humanidad y Turismo Cultural, desde fútbol a tango), Gourmet y de Reuniones.
Según subrayó Boto, sólo seis países cuentan con aplicaciones de este tipo en materia de turismo, aunque a nivel privado existen desarrollos similares en las principales ciudades del mundo.

Discovercities
La guía perfecta para peatones, ideal para recorrer una ciudad a pie o en transporte público. Esta aplicación es capaz de calcular el estado del tráfico y, en función del resultado, recomendar al usuario que haga el trayecto en ómnibus, tren o subte. Indica cuáles son las paradas más próximas, así como la periodicidad del servicio y el tiempo que se tarda en llegar a destino. En América latina, está disponible en varias ciudades de México y Brasil, además de Buenos Aires, Santiago de Chile y Caracas (Nokia, gratis con el equipo y iPhone).

Sitorsquat
Puede sonar insólito, y tal vez lo sea, pero a la hora de ir al baño en tierra desconocida, esta aplicación será más que bienvenida. Sitorsquat (que puede traducirse como "sentarse o ponerse en cuclillas"), en efecto, brinda indicaciones para encontrar el WC más cercano. Tiene registrados más de 97.772 baños de todo el mundo, desde Mozambique a París. (Gratis, para iPhone y BlackBerry).

G-Park
¿Cuántas veces nos olvidamos dónde estacionamos el auto? Para los más distraídos, basta con tocar una función que dice Park Me! apenas se encuentra un lugar donde estacionar. Más tarde, al volver, se presiona Where Did I Park?, y voilá!, el iPhone indicará cómo llegar hasta el auto. (US$ 0.99, para iPhone)

Tripit
Lo llaman el asistente personal de viajes, ya que recoge y organiza en una única aplicación toda la información relacionada con los mismos. Parece sencillo, y lo es, aunque no por ello deja de ser útil. ¿Cómo funciona? El usuario reenvía todos los datos de su itinerario, desde los mails de la aerolínea (o tickets electrónicos) hasta los de reserva de hotel, alquiler de auto, entradas de espectáculos y otros servicios contratados, a plans@tripit.com. Tripit, a su vez, los devuelve con el viaje ordenado en un solo documento, agregando mapas, información meteorológica, eventos en el destino y hasta imágenes del lugar. (Gratis, para iPhone, BlackBerry y Android.)

FlightTrack
Se acabaron las llamadas para decir que el vuelo está retrasado, que llegamos bien, que ya nos pueden pasar a buscar, que no nos busquen nada porque el vuelo se canceló... Con esta aplicación, cualquiera -desde el pasajero hasta su familia- puede obtener información actualizada en directo sobre vuelos de todo el mundo. FlightTrack consulta los mapas de vuelo con radar meteorológico, comprueba las puertas de embarque, chequea retrasos o cancelaciones, estima horarios de despegue y aterrizaje y accede a información aérea como el tipo de avión, la velocidad y la altitud (US$ 4.99, para iPhone y BlackBerry).

Flashlight
Si a uno lo agarra la noche más oscura paseando o un repentino corte de electricidad, este programa permite convertir el teléfono en una linterna. Y con un detalle: se pueden elegir los colores de las luces. (Gratis).

Aroundme
Paradas de taxis, farmacias, bares, hospitales... Aroundme indica todos los establecimientos que nos rodean en un radio de unos 3 km. De esta forma, si uno está en una ciudad que no conoce lo puede usar para buscar el cajero más cercano, trazar la ruta hasta el mismo e incluso llamar a ese banco para comprobar su horario (Gratis, para iPhone).

Waze
No es exactamente la versión local de MapsBuddy, pero Waze también funciona en la ruta, más precisamente en las de Argentina. Se trata de una aplicación gratuita que agrupa a conductores y pasajeros para que colaboren entre sí. De esta manera, los usuarios pueden actualizar los mapas, compartir datos sobre lo que está sucediendo en tiempo real con el tráfico, informar sobre las últimas condiciones de la ruta (con cierre de calles y congestionamientos), entre otras alertas (Gratis, para BlackBerry, IPhone, Android y Nokia)

Mapsbuddy
Hace capturas de Google Maps y así ofrece alternativas en la ruta para acortar caminos, encontrar estaciones de servicio, restaurantes, cajeros, museos y todo lo que se necesite en el camino (gratis, para iPhone).

Word Lens
Parece más el truco de un ilusionista que un programa de software. Con la ayuda de la cámara integrada dentro del smartphone de Apple, esta aplicación traduce palabras dentro de textos de manera instantánea. No requiere más que apuntar a la palabra que se quiere traducir con la cámara del Iphone y éste la traduce al instante. Por el momento, la aplicación sólo ofrece traducción directa del inglés al español y viceversa, aunque está previsto que se incorporen más idiomas en el futuro, incluido un lector para ciegos. Ah, y funciona sin necesidad de estar conectado a Internet. (Gratis, para IPhone).

Urbanspoon
¿Sushi, vegetariano o tai? A la hora de elegir dónde comer en Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá o Australia, este programa identifica restaurantes y locales de comida rápida en los países mencionados. Se pueden ver los precios, el menú y las críticas gastronómicas (para iPhone, gratis)

Gateguru
Para hacer las esperas en los aeropuertos más soportables, ayuda a encontrar entretenimientos y servicios en la terminal donde uno se encuentra, desde el libro más conveniente para leer en el avión hasta el mejor suvenir para llevar a casa. También localiza cajeros automáticos, enchufes para cargar baterías y áreas de descanso, entre otros servicios. Los usuarios pueden sumar más datos, votar las sugerencias más útiles e incluso agregar fotos de los lugares que ya aparecen en Gateguru (gratuito, para iPhone).

Currency
Permite consultar la cotización de más de 90 divisas del mundo entero (Android y IPhone, gratis).

Liligo
Es un metabuscador de viajes que brinda la posibilidad de acceder en forma permanente a la oferta de más de 250 webs de viajes, con la opción de reservar y comprar pasajes en el momento. (Gratis, iPhone)

NYC Way
Exclusiva para turistas de la Gran Manzana y neoyorquinos por igual, tiene absolutamente todos los datos actualizados de la ciudad, desde entretenimiento hasta localización de cámaras de seguridad. Para no perderse nada de nada. (Gratis, para iPhone, Android y BlackBerry).

Road Trip Fun
Un alivio para padres, su función es entretener niños en la ruta, sobre todo en ese instante decisivo en que empiezan a ponerse sencillamente insoportables. Descarga decenas de juegos para que las horas en el auto pasen más rápido, tales como el I Spy (Yo espío) 20 Questions (20 preguntas) y License Plates (Patentes). (US$ 0,99, para productos Apple)

Booking
La improvisación no es buena, pero nunca se sabe y tener una app enfocada a la búsqueda de alojamientos puede ser muy útil, no tanto para hacerlo el mismo día del aterrizaje, pero sí para organizarlo con tiempo sin necesidad de estar buscando en miles de webs.

Teresa Bausili
La Nación - Turismo
Imagen: Web

domingo, 26 de diciembre de 2010

Jerusalen: Destino de culto


Jerusalen moderna

Sagrada para judíos, cristianos y musulmanes, visitarla es una experiencia religiosa, incluso más allá de los límites de la cautivante Ciudad Vieja

Es el lugar del planeta donde la mayoría sueña con una paz que no llega. También es una de las pocas capitales que no es reconocida oficialmente como tal. Sin embargo, eso no le impide ser una de las ciudades más fascinantes.

Con su variedad de culturas y religiones, Jerusalén se abre al mundo, devela algunos misterios de la historia y esconde muchos otros. Considerada mundialmente como la cuna de la civilización, Jerusalén tiene un significado histórico para tres de las más importantes religiones y ha demostrado con los años ser irresistible no sólo para los arqueólogos, sino también para los turistas, cualquiera que sea su fe.

Algunos se sienten atraídos por los monumentos religiosos; otros, por la gran variedad de paisajes, y otros, por el fascinante contraste entre lo moderno y lo antiguo. Pero todos coinciden en un mismo encanto: recorrer las huellas de la historia desandando los mismos caminos que el patriarca Abraham hace 4000 años, que Jesús hace 2000 o que el profeta Mahoma hace poco más de 1000.

Las murallas de la Ciudad Vieja, los arcos romanos y los bastiones otomanos se entrecruzan con los modernos edificios y centros comerciales. "Aquí descansó Mahoma antes de ascender al cielo", cuentan unos y señalan la cúpula dorada que se convirtió en una de las postales de Jerusalén.

"Estas son las ruinas del segundo Templo", aclaran otros con sus ojos puestos sobre una pared milenaria. Mientras unos más allá señalan una fastuosa iglesia y aclaran: "Allí estuvo enterrado Cristo". En Tierra Santa se encuentran todas las confesiones cristianas (católicos de seis ritos distintos, ortodoxos y protestantes), el judaísmo tiene su centro religioso y político, y la presencia musulmana es imponente. De eso se trata Jerusalén, un lugar donde conviven todos. Al mismo tiempo y por separado.


Vía Crucis
Recorrer las angostas calles de la Ciudad Vieja no es sencillo. No tanto por su edificación, aún intacta con los rasgos de hace miles de años, sino por la cantidad de gente. Este sector, con sus murallas de piedra milenaria, encierra tres lugares sagrados para las mayores religiones monoteístas del mundo. La cúpula dorada del Domo de la Roca, tercer sitio de peregrinación para los musulmanes después de La Meca y Medina; el Muro de los Lamentos, venerado por los judíos, y la iglesia del Santo Sepulcro, sitio de peregrinación para los cristianos.

Por eso miles de cristianos se dirigen diariamente a pocas cuadras de la Puerta de los Leones, en el sector musulmán de la Ciudad Vieja, con objeto de emprender y revivir el Vía Crucis. "Cristo ha cambiado el mundo", explica convencida Norma, una española de 78 años que junto a un grupo de correligionarios se muestra dispuesta a desandar el camino del Calvario que la conducirá al Santo Sepulcro.

Esta iglesia, a cargo de franciscanos, griegos ortodoxos y armenios ortodoxos, representa uno de los sitios más sagrados para los cristianos y reúne a fieles venidos de todas partes del mundo (se calcula que es visitada diariamente por unas 5000 personas). Para los creyentes, en el lugar de la sepultura y resurrección de Jesús culminará su peregrinaje a Tierra Santa.

Para los judíos que llegan a la Ciudad Vieja el recorrido será hacia el Muro de los Lamentos, signo de disputa desde hace años y que simboliza el corazón del judaísmo. A simple vista representa una inmensa pared, pero el muro occidental, parte de lo que quedó del Segundo Templo de los judíos tras ser destruido por los romanos en el año 70, posee un enorme significado político y religioso. Es allí donde miles de personas que se acercan depositan un papelito escrito de puño y letra entre las piedras. Todo aquel que llegue a este sitio, celosamente vigilado por los sectores ortodoxos, podrá percibir la mística que se desprende en cada rezo.

Asimismo, el principal sector judío, que ocupa la parte sudoriental de la ciudad, contiene la Puerta de Sion, al sur de la cual se encuentra el monte del mismo nombre y la tumba del rey David, este último un sitio que antiguamente, antes de la Guerra de los Seis Días, reemplazó durante muchos años el lugar en el que los judíos se lamentaban por la destrucción del Gran Templo, cuando el actual Muro de los Lamentos estaba en poder de los palestinos.

Muro de los lamentos

En los alrededores
Mucho se habla de la Ciudad Vieja, pero lo cierto es que toda Jerusalén es una ciudad mágica, que aún esconde secretos, pero que también muestra encantos por doquier. Para eso es necesario empezar a caminarla también por afuera de sus murallas.

Las inmensas puertas que interrumpen el muro de la ciudad antigua permiten ingresar a otro mundo. Con tan sólo unos pasos, todo cambia. Nada es lo mismo. Un claro ejemplo de eso es la Puerta de Yafo, en cuya salida se encuentra el shopping Mamila, donde tienen sus vidrieras algunas de las marcas más reconocidas mundialmente.

Pero no todo es shopping y tumultos de gente. Aunque muchos no lo crean, en Jerusalén también es posible caminar tranquilo en medio de soñados paisajes y librados del rugido de los motores. Para tal caso es aconsejable optar por las tranquilas calles del barrio Montefiore, apostado frente a la Ciudad Vieja y con una paz envidiable. Allí, las casas respetan una fisonomía común y se erigen alrededor de un viejo molino.

Sin embargo, también hay opciones de las más diversas para quienes quieran hurgar un poco más en la historia, antigua y contemporánea. Es allí donde resulta ineludible la visita a Yad Vashem, el Museo del Holocausto. Enclavado en medio de un verde bosque, es uno de los sitios más emblemáticos de Israel, en el que un ambiente sombrío invita a recorrer los tenebrosos y oscuros años del genocidio nazi.

El Shuk

De compras y regateo, por el Shuk
Podría considerarse el reino de la mentira. Pero muchos lo consideran el planeta del regateo. De una u otra forma se refieren a lo mismo: el Shuk. "Argentino, amigo, venga, mejor precio." Ese manojo de palabras sale de la boca de Aram, un árabe de apenas 28 años que trabaja en el local polirrubro de su padre. No es que hable castellano, pero tampoco posee conocimiento de portugués y al mismo tiempo intenta seducir a una pareja de jóvenes brasileños.

El Shuk, tradicional mercado árabe que ocupa casi la totalidad de las calles del sector cristiano y musulmán de la Ciudad Vieja, es un lugar en el que nada vale lo que dicen que vale. El precio varía según la cara de quien pregunte y la hora del día, así como de cuán buena haya sido la jornada laboral en términos económicos.

"El que no llora no mama", reza un pasaje del conocido tango de Enrique Santos Discépolo. Y nunca más aplicable a este micromundo que se abstrae de cualquier religión, aunque está enclavado en uno de los lugares más sagrados del mundo. La regla número uno en este lugar es negociar todo. Desde una botella de Coca-Cola en el quiosco hasta un colorido vestido en el local más grande. Y como si eso fuera poco, acá los conflictos religiosos parecen no importar, hasta tal punto que es común ver a un árabe ataviado a su manera tradicional clásica vendiendo productos de la religión judía o un rosario de madera.

Aram intenta explicar lo inexplicable: la lógica de este mercado. Sin soltar en ningún momento su narguile (una pipa a base de agua), relata que desde muy chico se crió en el local de su padre en el Shuk. De origen árabe, Aram vive prácticamente en ese local, si se tiene en cuenta que durante la semana abre las puertas pasadas las 8 y las cierra cerca de las 21. Al ser consultado sobre el porqué de los precios, después de un breve silencio admite que es una costumbre antiquísima. Y al día de hoy se sostiene a rajatabla. Tanto es así que una pashmina de cashmere que nos ofrecen por 200 shekels (el equivalente a 210 pesos) la terminamos pagando 25 shekels (unos 26 pesos).

Es realmente agotador caminar por las calles del Shuk, pero no por la extensión de las calles, sino por los gritos y la necesidad de estar atento en todo momento para no ser traicionado a la hora de comprar. Sin embargo, después de largas horas de recorrido, los turistas, lejos del agotamiento, salen con sus bolsas cargadas y una sonrisa en la cara.

Domo de la Roca

Imperdibles de la Ciudad Vieja
1. SANTO SEPULCRO
La más polémica iglesia de los cristianos encierra los lugares de la crucifixión y la resurrección de Jesús. Fue reconstruida en varios momentos de la historia antigua.

2. MURO DE LOS LAMENTOS
Con sus piedras milenarias, el fragmento del muro occidental del templo representa el lugar más sagrado para el judaísmo. Se puede visitar en cualquier horario.

3. TORRE DE DAVID
Esta fortaleza en la Puerta de Yafo, también conocida como Ciudadela, brinda un imperdible show de luces nocturno en el que se relata la historia de Jerusalén.

4. TUNELES DEL KOTEL
Los impactantes túneles del muro occidental (Minharot Hakotel, en hebreo) permiten recorrer fascinantes hallazgos arqueológicos. Hay que reservar con anticipación.

5. JARDIN ARQUEOLOGICO
Al pie del Monte del Templo cuenta con estructuras de la época de Herodes y vestigios del paso de los romanos.

Plan de acción, en cinco días
La estada en una ciudad depende de las prioridades de cada viajero. Sin embargo, aquí proponemos un itinerario para conocer Jerusalén sin dejar nada importante afuera.

Día 1. Tour por la Ciudad Vieja de medio día para recorrer los sitios más destacados. Por la tarde, la mejor opción será aprovechar para hacer compras en el Shuk.

Día 2. A seguir caminando, pero por la ciudad nueva. En una mañana se puede pasear por la avenida Ben Yehuda (como Florida en el microcentro porteño) para luego sumergirse en Mea Shearim (con vestimenta con recato), el barrio de la comunidad judía ultraortodoxa. Por la tarde, una opción más relajada físicamente, aunque se hará sentir como un golpe bajo: Yad Vashem, el Museo del Holocausto.

Día 3. Con ánimo de salir un poco de la ciudad, lo ideal es la excursión a las ruinas de la impactante ciudadela de Masada. Después, relax en las playas del Mar Muerto. Y a la hora de las compras, el shopping Mamila.

Día 4. Recorrer a pie el barrio Montefiore, a pocas cuadras de la Ciudad Vieja, rodeado de hermosos espacios verdes. Después, ascenso al Monte de los Olivos, desde donde se aprecia la vista más impactante de Jerusalén. Y poco antes del anochecer, el Museo de Israel, donde se pueden ver los famosos rollos hallados en el Mar Muerto.

En el último día en Jerusalén, por la mañana quedará pendiente ir con una excursión a Belén, apenas a 10 kilómetros. Ahí se podrá visitar la Iglesia de la Natividad y la tumba de Raquel, una de las matriarcas del pueblo judío.

Iglesia de la Natividad en Belen, a 10 Km. de Jerusalen

DATOS UTILES
Como llegar desde Buenos Aires
El pasaje aéreo (ida y vuelta) a Tel Aviv cuesta alrededor de US$ 1600, con tasas e impuestos incluidos.

Alojamiento
Existe una gran variedad de oferta. Una habitación doble en un hotel tres estrellas se puede conseguir desde US$ 70, y en uno de cinco estrellas desde 160, según la temporada.

Visa
Los argentinos no la necesitan si la estada no supera los 3 meses. Unicamente es indispensable el pasaporte con al menos seis meses de validez a la fecha de entrada.

Excursiones
Un tour por Jerusalén (día completo), incluyendo la Ciudad Vieja y la nueva, cuesta unos 70 dólares. Sólo el recorrido por la Ciudad Vieja cuesta 45. Hay guías en castellano.

Juan Pablo Bacino (Enviado especial)
La Nación - Turismo
Fotos: Web

jueves, 16 de diciembre de 2010

Argentina: Costa Atlántica 1.200 km de playas para elegir


Encabezados por Mar del Plata, los balnearios bonaerenses se presentan muy renovados. Desde el popular San Clemente del Tuyú hasta el refinado Cariló.

Mar, médanos, sol y bosques: la Costa Atlántica bonaerense es el destino preferido por los argentinos a la hora de planear las vacaciones. A lo largo de 1.200 km de playas, cada turista puede encontrar un balneario a su medida.

La Secretaría de Turismo de la pcia. de Buenos Aires anuncia como la “gran novedad de la temporada” el Tour de Verano 2011 de Showbol, que recorrerá las playas de la Costa Atlántica. Entre otras figuras, jugarán ex futbolistas como Sergio Goycochea, Fernando Redondo, Carlos Navarro Montoya y Ricardo Bochini.

Mar del Plata promociona su temporada como “La Ciudad de las Estrellas”, con más de cien espectáculos en cartelera. Los eventos principales de enero serán la Fiesta Nacional del Mar, la Zurich Gala de Mar (concierto gratuito, el 21 de enero en Playa Grande), y la Fiesta de los Pescadores. En febrero se entregan los Premios Estrella de Mar y se realiza la Fiesta Provincial de Mar del Plata. Fueron remodeladas la zona de Punta Iglesia, el Paseo de las Américas y algunos balnearios.

El Partido de la Costa, con su ambiente distendido y familiar, tiene atractivos ineludibles como Mundo Marino –en San Clemente–, el muelle de pesca de Mar de Ajó, la réplica de la carabela Santa María en Santa Teresita y el Laberinto de Las Toninas. Los viernes se realizará en distintas localidades el Festival Folklórico del Tuyú, con entrada gratuita, y los sábados habrá recitales de Catupecu Machu, Los Pericos, Los Cafres y La Mancha de Rolando. En febrero, Iñaki Urlezaga baila en el Festival de Danza de Mar.


Mar de las Pampas


Al Norte de San Clemente del Tuyú vale la pena visitar la Reserva Natural Punta Rasa, donde las aguas del Río de la Plata desembocan en el océano Atlántico. En esta reserva se alojan miles de aves migratorias que hacen escala en su largo viaje desde el Hemisferio Norte. Muy cerca de allí, el Faro de San Antonio invita a subir con un elevador a la cima para ver el relieve de la Bahía de Samborombón y una panorámica de los balnearios cercanos. El complejo de termas marinas del Parque Bahía Aventura es único en el país por sus aguas medicinales que provienen del océano.

Desde el Area Técnica de la Dirección de Turismo de Pinamar, Marcela Goyeneche anuncia “nuevas ofertas en alojamiento, gastronomía y recreación, aumentos del 15 al 20% en alquileres de casas y del 15 al 25% en hospedajes, respecto de enero de 2010. Los paradores y balnearios de moda serán UFO Point, El Signo, El Más Allá y CR, con el spa de playa Hemingway, en Cariló”. La temporada se inaugurará a principios de enero, con la fiesta de Bendición de Aguas, con fuegos artificiales y espectáculos. Se anuncian el Festival de Jazz en el Mar, Conciertos en el Bosque (los jueves en Cariló) y un ciclo de conferencias de escritores.

Una alternativa más tranquila y familiar en el partido de Pinamar es Ostende. El Viejo Hotel Ostende –que aún funciona– es testigo de la lucha de los pioneros belgas contra los médanos, y del paso de visitantes ilustres como Antoine de Saint-Exupéry, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares que situaron aquí su novela “Los que aman, odian”. Sobre la playa también se puede ver La Elenita, austera cabaña de madera que perteneció al ex presidente Arturo Frondizi, quien la levantó con sus propias manos en 1935.

Villa Gesell es el balneario preferido por los jóvenes. A las playas y los paseos por la avenida 3 y la Costanera se suman paseos guiados hasta el faro Querandí, el Pinar del Norte, Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas.


1. San Clemente del Tuyú
Es la playa más cercana a la Ciudad de Buenos Aires (320 km). En el oceanario Mundo Marino se destacan los espectáculos de orcas, delfines y lobos marinos. También se puede conocer una colonia de pingüinos, ver cómo nadan ballenas y delfines y visitar la Casa de los Hipopótamos. Además, buenas playas y exquisitos pescados en restaurantes del centro y del puerto. Otro imperdible es la cervecería, casa de té y tortas europeas Pequeña Zurich.
http://www.lacosta.gob.ar/


2. Pinamar
Pinamar es una ciudad jardín que ha crecido a la sombra de los árboles sobre el relieve sinuoso de los médanos. El paisaje armoniza lo urbano con lo natural. En las playas céntricas los balnearios palpitan al ritmo de la música, los torneos deportivos, los eventos y presentaciones de las grandes marcas. La zona de dunas vírgenes, con médanos de hasta 30 m de altura al norte de la ciudad, es un paseo imperdible en cuatriciclo o a pie. Es muy amplia la oferta de actividades deportivas, como paseos en 4x4, cabalgatas, sandboard, windsurf, polo en el complejo La Herradura y el golf en una cancha de 18 hoyos.
http://www.pinamar.gov.ar/


3. Ostende
Este balneario de playas anchas fue creado por los pioneros belgas Fernando Robette y Agustin Poli a principios del siglo XX. El diseño conserva avenidas diagonales y una avenida central que termina en un hemiciclo en la zona de playas. De aquellos tiempos se conserva la llamada Rambla de los Belgas, la Maison Robette –construida por uno de los pioneros– y el Viejo Hotel Ostende. http://www.pinamarweb.com.ar/


4. Cariló
Enmarcado por un bosque de pinos y eucaliptos, Cariló es el balneario más exclusivo de la costa argentina. Sus estrictos códigos arquitectónicos lograron armonizar las viviendas y comercios con su magnífico entorno natural. Las playas lucen agrestes, con tres balnearios y un parador. Aunque no tiene vida nocturna, Cariló es apta para la práctica deportiva, con una cancha de golf de 18 hoyos y un centro hípico. La oferta gastronómica incluye comida japonesa, alemana, italiana y mediterránea. Cariló tiene un centro comercial con una cuidada arquitectura, en sintonía con la naturaleza.
http://www.carilo.com.ar/


5. Villa Gesell
Un clásico para familias y grupos de jóvenes en busca de diversión. Además de las caminatas por la avenida 3 y la Costanera, un paseo imperdible es el que recorre la Reserva Cultural y Forestal Pinar del Norte, donde comienza la historia de la Villa de la mano de Carlos Gesell, quien logró domesticar los médanos de la zona. Además del paseo entre eucaliptos, acacias y pinos, aquí se puede conocer el Museo creado en la primera casa de fundador, con puertas orientadas hacia los cuatro puntos cardinales, para burlar al viento y la arena. Muy cerca de allí también se puede visitar el Museo de los Pioneros, el vivero y la segunda casa de Carlos Gesell, que funciona como centro cultural. Otro de los paseos recomendados es el recorrido en 4x4 o cuatriciclos hasta la Reserva Natural Faro Querandí. http://www.gesell.gov.ar/



6. Mar del Plata
Mientras La Perla, Bristol, Punta Iglesia, Playa Grande y los balnearios de Punta Mogotes mantienen su vigencia, playas más tranquilas y forestadas se suceden al sur, camino a Chapadmalal. A los clásicos paseos por la Rambla, el Casino, el puerto y el faro de Punta Mogotes, en la ciudad balnearia más importante del país se agrega una visita al Barrio de Los Troncos, cuyas mansiones de estilo europeo de fines del siglo XIX originaron la fama de “La Biarritz argentina”. El circuito pasa por el Centro Cultural Villa Victoria Ocampo, el Archivo Museo Histórico Municipal Villa Mitre, la Casa Los Troncos que dio origen al barrio y las calles Alem y Güemes, con restaurantes, comercios, bares y vida nocturna. También se puede recorrer el Circuito Stella Maris que incluye el Torreón del Monje, algunas villas pintoresquistas de principios de siglo, el Museo Castagnino, el Museo del Mar y la calle Güemes con sus restaurantes, bares y tiendas de marcas de primera línea. Los amantes de la naturaleza también cuentan con el bosque Peralta Ramos y Laguna y Sierra de los Padres. Con discos y pubs, las propuestas nocturnas esperan en la avenida Constitución.
http://www.turismomardelplata.gov.ar/



7. Miramar
A 45 km de Mar del Plata, las calles y avenidas de Miramar están diseñadas para que los niños sean protagonistas. Los balnearios del centro, entre los que se encuentran 9 de Julio, Playa Morena y Waikiki, convocan familias que se instalan desde temprano a disfrutar del sol. Las playas más tranquilas están en Frontera Sur, muy aptas para el sandboard. Es imperdible un paseo por el Vivero Dunícola Ameghino, con más de 500 ha de pinos y eucaliptos, senderos para caminatas, alquiler de caballos y fogones.
http://www.mga.gov.ar/


8. Necochea
Servicios muy completos, amplias playas y el Parque Lillo, ideal para recorrer a pie, a caballo, en bicicleta o en el Tren del Parque. En el parque se encuentran el Lago de los Cisnes, el Anfiteatro y el Museo de Historia, en una casona de la familia Díaz Vélez. La vecina Quequén ofrece el faro, las playas y el puerto. Vale la pena conocer las playas agrestes y enormes dunas de Costa Bonita, y tomar una excursión en 4x4 hasta los parajes del sur, surcados por médanos, naufragios y acantilados.
http://www.entur.com.ar/


9. Claromecó
Los balnearios del partido de Tres Arroyos (Claromecó, Reta y Orense) son ideales para viajeros en busca de tranquilidad. Claromecó es el más visitado, gracias a sus playas extensas y buena pesca. El paisaje combina mar, bosques, lagunas, ríos, arroyos y campo. Se pueden visitar el Faro de 1922, los bosques y lagunas de la Estación Forestal y las costas del arroyo Claromecó, con fauna autóctona y siete cascadas.
http://www.tresarroyosturismo.com/


10. Monte Hermoso
Aguas cálidas, en una de las pocas playas del país donde se puede ver la salida y la puesta del sol. Para visitar, el centenario Faro Recalada (de 1906), el Museo Naval y el balneario y laguna Sauce Grande, para hacer fogones, deportes náuticos y observar aves. Una excursión llega hasta el yacimiento arqueológico El Pisadero –a 6 km de la ciudad–, donde se hallaron huellas de pisadas humanas de 7 mil años de antigüedad.
http://www.montehermoso.gov.ar/

Clarin - Viajes
Fotos: Web

martes, 7 de diciembre de 2010

Las Galápagos de Perú


En la Reserva Nacional de Paracas y a pocos kilómetros de las míticas líneas de Nazca, este conjunto de islotes constituye uno de los ecosistemas marinos más ricos del mundo

Hace tres años, un terremoto seguido de un tsunami arrasó con todo. El maretazo, como dicen por acá, estrelló lanchones contra las casas, arremetió contra dos tercios de las construcciones y se internó hasta 200 metros tierra adentro.

Hoy quedan pocos vestigios de aquella pesadilla en Paracas, un pequeño puerto sobre el Pacífico, 260 km al sur de Lima. Los hoteles que quedaron reducidos a escombros han reabierto sus puertas, totalmente remodelados. También se inauguraron un par de resorts cinco estrellas, se reanudó y amplió la oferta de paseos, y el turismo retomó el impulso que venía experimentando antes del cataclismo.

Porque hasta estas costas áridas y ventosas llegaban, y llegan, visitantes de todos los rincones del mundo, curiosos por conocer uno de los ecosistemas marinos más raros y ricos que existen. Es precisamente en las islas Ballestas, un conjunto de islotes salpicados a 20 km de la bahía de Paracas, donde se concentran más de 200 especies de aves marinas, algunas provenientes de puntos tan lejanos como Cabo de Hornos o el Artico.

Así, sobre las rocas de granito se apiñan cormoranes, pelícanos, zarcillos (símbolo de las islas, deben su nombre a las dos plumitas que cuelgan al costado de la cabeza, cual par de aretes) o piqueros. Este último, llamado así porque se lanza como flecha al mar en busca de alimento, es también el pájaro guanero por excelencia.

El guano es el excremento de aves marinas y un cotizado fertilizante natural, además de haber sido uno de los principales productos de exportación de Perú en el siglo XIX, hasta tal punto que fue un detonante de la Guerra del Pacífico (por la negativa de compañías chilenas a pagar un impuesto sobre el guano). Se dice además que las islas Ballestas perdieron 30 metros de altura cuando se extrajeron millones de toneladas de este peculiar abono para despachar a Europa y Estados Unidos, a mediados de 1800.

Lo cierto es que hasta el día de hoy las aves siguen depositando lo suyo en estos enclaves, y se puede ver a los trabajadores que aún extraen el guano de manera artesanal, cargando los enormes sacos o costales en botes de madera. Por suerte, la recolección está confinada a un puñado de islotes, de modo que el olor acre y penetrante que de repente invade el aire dura apenas unos minutos.

Pero además de la variedad de aves, sobre las curiosas formaciones rocosas -que incluyen túneles, bóvedas y cuevas naturales- también retozan cientos de lobos marinos, focas y pingüinos de Humboldt, entre otras especies que conforman el gran atractivo ecoturístico de la zona (ni hablar de los delfines que muchas veces acompañan a los saltos y piruetas las embarcaciones de turistas, para deleite de los pasajeros).


Tan rica es la vida en esta bahía -en gran parte debido a las corrientes frías de Humboldt, que llenan las aguas de plancton y microorganismos- que a las islas también se las conoce como las Galápagos de Perú.

Por esa razón son un área protegida donde está prohibido desembarcar, y hay que conformarse con mirar desde las lanchas las manadas de lobos marinos que aúllan, gruñen y se pelean y, en fin, terminan haciendo el show del día.

El bonus del paseo hacia las islas está en el llamado Candelabro, un geoglifo de 130 metros trazado en la arena calcárea de un acantilado, que puede verse claramente sin bajarse de la lancha.

Hay decenas de versiones sobre el origen de este dibujo (que sí, se parece a un candelabro), desde que fue trazado por habitantes de la cultura Paracas, 500 años antes de Cristo, hasta que es obra de navegantes antiguos y piratas (que lo habrían usado para guiarse en los mares), pasando incluso por las fuerzas de San Martín (según esta versión, se trataría de un símbolo masón). Y, por supuesto, nunca faltan las teorías sobre seres extraterrestres. Las mismas que hablan de una extraña y misteriosa conexión entre El Candelabro y las más famosas líneas de Nazca, a menos de 200 km.


La Loca de la Escoba
Las hemos visto cientos de veces estampadas en remeras, gorritos, afiches y cuanto producto de merchandising pueda imaginarse. Las más conocidas son El Mono, El Colibrí, La Ballena, La Araña o El Astronauta, aunque las figuras registradas hasta el momento suman más de 300.

Las míticas líneas de Nazca ahora pueden visitarse volando en avionetas Cessna desde el aeropuerto de Pisco, a sólo 15 km de Paracas, en un viaje a todas luces más corto que si se sale de Lima (el trayecto por la ruta Panamericana, además, no es particularmente un parque de atracciones).

Y cuando, después de sobrevolar durante 40 minutos una sucesión de nubes y dunas y más nubes, aparece finalmente el primer geoglifo, hay que ver cómo sobrevienen los ¡ah! y ¡oh! de los poquitos pasajeros que caben dentro del avión. Porque no es lo mismo apreciar este espectáculo en un documental o en una foto -por poner el ejemplo más cercano- que, desde luego, presenciarlo en vivo y en directo. Y aunque algunos puedan sentirse mareados por los giros e inclinaciones que hace el piloto (para que los pasajeros de ambos lados de las ventanillas puedan ver unos 15 dibujos), la experiencia es de esas que difícilmente pueden olvidarse.

Lo asombroso es que estas extrañas zanjas, algunas realmente gigantes (El Alcatraz y El Loro, por ejemplo, miden 200 metros cada uno), sólo pueden ser observadas en su integridad desde el aire, lo cual ha despertado todo tipo de interrogantes.

Es que sobre el origen de las imágenes, descubiertas en 1927 y Patrimonio de la Humanidad desde 1994, aún se sabe poco. La tesis científica de más peso -no vamos a perder tiempo con las versiones esotéricas que siguen circulando- dice que se trataría del calendario astronómico más grande del mundo, y una de las más tempranas manifestaciones de matemática y física avanzadas. Habría sido realizado por la cultura nazca entre los años 300 antes de Cristo y 700 de esta era, y en su construcción se utilizaron herramientas rudimentarias como cuerdas y estacas.

Esta fue la explicación que impulsó la investigadora alemana María Reiche, que consagró su vida al estudio de este enigma grabado en el suelo. La Loca de la Escoba, la llamaban, porque a principios de los años 40 se instaló en el desierto equipada con una cinta métrica, una brújula, una escalera de mano y una escoba. Con esta última barrió hasta el cansancio la arenilla que cubría las líneas, al tiempo que convencía al gobierno para que restringiera el acceso público al área.

"Tengo definida mi vida hasta el último minuto de mi existencia: será para Nazca. El tiempo será poco para estudiar la maravilla que encierran las pampas, allí moriré", confesó Reiche, también llamada la Dama del Desierto, y cumplió con su palabra. Murió en 1998, cuando las líneas habían sido descubiertas y admiradas por el mundo, en gran parte gracias a su incansable trabajo y dedicación.




DE FLAMENCOS, PLAYAS Y BANDERAS
Dicen que el General José de San Martín se inspiró en los flamencos de Paracas para crear la bandera peruana, tras notar el intenso color rosado de estas aves que, con sus alas desplegadas, dejaban ver una franja blanca en el centro. De hecho, aquí se celebra cada septiembre el desembarco del prócer argentino.

La Reserva Nacional de Paracas, donde abundan las bandadas de flamencos, fue creada en 1975 en uno de los puntos más desérticos de la costa peruana, y es la única área marítima protegida del país.

Tiene una extensión de 335.000 hectáreas, de las cuales 200.000 están en el océano Pacífico. En tierra, playas de arena brillante y mares tranquilos como La Mina, Yumanque, Playón o Lagunillas son las preferidas por los limeños que visitan la zona para practicar deportes como windsurf, kitesurf y sandboard.


DATOS UTILES
Paseo a las islas
Paracas está 260 km al sur de Lima. El paseo en lancha a las islas Ballestas cuesta US$ 28 por persona, dura 2 horas y tiene dos salidas diarias, a las 8.20 y a las 10.20.

En lancha privada, el costo es de US$ 270 por hora.

Dónde alojarse
Hotel Paracas: de 5 estrellas, una habitación superior Garden View, tarifa mostrador, es de US$ 365 la noche, en base doble (impuestos incluidos).
http://www.libertador.com.pe/en/2/1/5/paracas-hotel

Líneas de Nazca
El sobrevuelo en avión privado Cessna Grand Caravan 2008 cuesta US$ 250 por persona.

En internet
www.promperu.gob.pe

Teresa Bausili (Enviada especial)
La Nación - Turismo
Imagenes: Web