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lunes, 23 de abril de 2012

Tíbet


Tíbet, conocido como el Techo del Mundo, es una región autónoma de la República Popular China, situada en el Asia Central, cuya capital es Lhasa. Es un conjunto de tierras de gran elevación (más de 4.500 m), rodeada de las cordilleras de mayor altitud de la Tierra. 

Su población es de casi 3 millones ,la lengua mayoritaria es el tibetano. En el Tíbet se encuentra el pico más alto del mundo, el monte Everest (8.848 m), haciendo frontera con Nepal y constituye un lugar misterioso y exótico para los extranjeros.  

Desde comienzos del siglo XX, la tranquila tierra con sus majestuosos paisajes y misteriosa cultura religiosa ha experimentado un vertiginoso aumento del número de viajeros que la visitan.


Lhasa - 拉萨市
Lhasa (tibetano: ལྷ་ས་, chino simplificado: 拉萨, chino tradicional: 拉薩, pinyin: Lāsà). Cuenta con una población de alrededor de 250.000 habitantes. Se encuentra a una altitud de 3.650 metros sobre el nivel del mar, en el valle del río Brahmaputra siendo la segunda ciudad más alta de Asia y una de la séptima más alta del mundo, tanto que la cantidad de oxígeno disponible es sólo un 68% del disponible a nivel del mar.

La ciudad es la sede tradicional de los lamas y lugar donde se encuentran los palacios de Potala, Norbulingka y el Templo de Jokhang, incluidos en el Patrimonio de la Humanidad y es considerado por el budismo tibetano como el centro más sagrado en el Tíbet.

Lhasa quiere decir "lugar de los Dioses", aunque antiguos documentos tibetanos e inscripciones han demostrado que hasta principios del siglo VII el lugar se llamaba Rasa, que significa "lugar de cabra".

Limita al norte con la prefectura de Nagou, al este con la prefectura de Nyingchi, al sur con la prefectura de Shannan, y al suroeste con la prefectura de Xigaze. Comprende los barrios o distritos de Lhünzhub, Damxung, Nyêmo, Qüxü, Doilungdêqê, Dagzê y Maizhokunggar.

ATRACCIONES TURÍSTICAS PARA VISITAR


1- Yambajan (羊八井)
Yambajan es famoso por su gran variedad de aguas termales, desde unas con las más altas temperaturas del país a otras que parecen géiseres hirviendo. Se localiza en una cuenca al pie de las Montañas Nyainqentanglha, unos 90 kilómetros al noroeste de Lhasa. Temprano en la mañana, el pueblo queda cubierto por un vapor blanco y luminoso. Las aguas termales en Yambajan contienen varios minerales, por lo cual se consideran terapéuticas.
Entrada: 30 yuanes (98 yuanes por un baño termal)


2- Barkhor (八廓)
Barkhor es un pequeño vecindario de calles antiguas y una plaza pública que rodea al templo Jokhang en la zona vieja de Lhasa. La calle más antigua apareció hace unos 1,300 millones de años después que fuera construido el templo Jokhang en el 647, atrayendo a miles de peregrinos budistas. Las calles están repletas de una atmósfera religiosa y muestra a la Lhasa original. Las tiendas venden ruedas de rezos, chubas (ropa tradicional tibetana), cuchillos tibetanos y artículos religiosos.
Consejos de viaje: Recomendable caminar en dirección de las manillas del reloj por la calle. Debido a la gran cantidad de callejones, no es aconsejable permanecer hasta muy tarde en la calle.


3- Monasterio Tashilhunpo (扎什伦布寺)
El Monsterio budista tibetano de Tashilhunpo se encuentra al pie de los montes Niseri, al sur de Shigatse, la segunda ciudad má grande de la Región del Tíbet.
Su nombre en tibetano significa ‘Cúmulo de Gloria’ y fue ordenado construir en 1447 por Gedun Drub, sobrino del fundador de la secta Gelug del Budismo Tántrico Tibetano. El cuarto Panchen Lama, Lobsang Choekyi Gyaltsen, emprendió una enorme ampliación del monasterio. Desde entonces, se convirtió en la sede de los Panchen Lamas y el lugar donde éstos realizaban sus actividades religiosas y políticas.
Entrada: 55 yuanes
Horario de visita: 9:00 a 17:00 (cierra para el almuerzo de 12:00 a 14:00)
Consejo de viaje: Durante algunas de las importantes fiestas tibetanas, la entrada es gratis. El tiempo recomendado para la visita es de 3 horas.


4- Glaciar Midui (米堆冰川)
Este glaciar se sitúa en la municipalidad de Yupu, a 100 kilómetros al oeste de la comarca de Bomi. Se encuentra a una altitud entre 2.400 y 6.800 metros.
El glaciar desciende entre diversos paisajes estacionales: montañas nevadas, bosques, lagos, aldeas y templos coexisten en armonía, creando una secuenda de vistas únicas, como si la naturaleza hubiera tomado en sus propias manos un pincel para crear este maravilloso paisaje.
Entrada: 50 yuanes
Consejo de viaje: El recorrido caminando desde la entrada al glaciar demora una hora.


5- Antiguo territorio de Guge (古格王国)
El reino se encontraba en la ribera sur del río Xiangquan, al noroeste del poblado de Tuolin, zona de Zhaburang, distrito de Alizhada, y está a 19 kilómetros de la capital del distrito.
Fue fundado por los descendientes de la familia real del Reino de Tubo, quienes se escaparon hasta aquí en el siglo X aproximadamente. Durante los cerca de 700 años de su historia, el reino ha fomentado el budismo y resistido contra los enemigos exteriores convirtiéndose en una parte imprescindible de la historia tibetana.
Pero hasta en el siglo XVII, este reino que había vivido su esplendor máximo y contaba con una cultura madura y brillante, desapareció de la noche a la mañana, y hasta hoy día sigue siendo un enigma la razón de su repentina desaparición.
Entrada: 105 yuanes


6- Gran Cañón Yarlung Zangbo (雅鲁藏布大峡谷)
Debido al acelerado desarrollo turístico del Tíbet, el gran cañón Yarlung Zangbo, abierto formalmente al turismo hace un año, viene atrayendo a un creciente número de visitantes y fotógrafos y se ha convertido en un nuevo sitio turístico de gran atractivo.
La zona turística comienza en el poblado Bayi y termina en el viraje del cañón, atravesando la convergencia de los ríos Niyang y Yarlung Zangbo, con una longitud de 130 kilómetros, ya que no en vano Yarlung Zangbo ostenta el título de cañón más largo del mundo. Esta zona no sólo permite disfrutar de variadas vistas panorámicas del valle y las montañas nevadas de los alrededores, sino que también es muy interesante en tanto que hogar de las etnias minoritarias Luoba y Menba.
Entrada: 150 yuanes (21 de abril – 19 de octubre); 75 yuanes (20 de octubre – 20 de abril)


7- Lago Namtso (纳木措)
En nuestro mundo, existen unos lugares con el cielo tan puro y el aire tan limpio como si hubieran sido lavados.
Nam Tso significa en el idioma tibetano “lago celestial”. El lago está situado a 4.718 metros sobre el nivel del mar y tiene una anchura este-oeste de unos 70 kilómetros y más de 30 kilómetros de longitud de norte a sur. Cuenta con una superficie de 1.900 kilómetros cuadrados, siendo es el segundo lago de agua salada de China y el más alto de su tipo en el mundo. Los hielos y las nieves fundidas de la montaña Dangla son el suministro de agua del lago Nam Tso, en el cual desembocan también no pocos arroyos grandes y pequeños. El agua del lago Nam Tso es limpia y transparente y de color azul, en perfecta armonía con el cielo, dando a los visitantes la impresión de encontrarse en el paraíso.>>>
Entrada: 120 yuanes (50 yuanes en invierno)
Consejo de viaje: Se recomienda tomar un paseo organizado por el lago.


8- Templo Jokhang (大昭寺)
El templo Jokhang, ubicado en la plaza Barkhor de Lhasa, es el primer templo budista del Tíbet y parte del Palacio Potala. Aunque antiguamente solía llamársele Tsulag Khang ("Hogar de la Sabiduría "), ahora solo se le conoce como Jokhang ("Hogar de Buda"). Es el destino de la peregrinación de los peregrinos tibetanos. Construido bajo la guía del estilo arquitectónico de la dinastía Tang, el templo Jokhang es un complejo de madera de cuatro pisos. Una estatua de Sakyamuni a los 10 años de edad es una de las tres estatuas diseñadas por el propio Sakyamuni.
Entrada: 75 yuanes
Horario de visita: 9:00 - 18:00
Consejo de viaje: El templo se localiza en el mismo centro de Lhasa y el tiempo recomendable para la visita es de dos horas.


9- Monte Everest (珠穆朗玛峰)
El Monte Everest o Chomolungma es la montaña más elevada del mundo, con sus 8.848 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su forma parece la de una pirámide erguida hacia el cielo. Las nieves se encuentran a 5.800 y 6.200 metros de altura en la vertiente norte, mientras que en la vertiente sur se hallan a 5.500 y 6.100 metros.>>>
Entrada: 180 yuanes
Consejo de viaje: Escalar el Monte Everest es extremadamente peligroso, y solo se puede hacer en los periodos entre principio de marzo y finales de mayo, y principios de septiembre y finales de octubre. Un escalador capaz de soportar las adversidades climatológicas podría aventurarse hasta la cima.


10- Palacio Potala (布达拉宫)
Levantado sobre la colina Hongshan, en el noroeste de Lhasa, capital del Tibet, el Palacio Potala, de 170 metros de altura, está considerado un conjunto de construcciones majestuosas. En el año 637, el líder Songtsen Gampo decidió erigir esta obra para dar la bienvenida a su esposa, la princesa Wencheng. La gigantesca edificación requirió del esfuerzo de unos 7.000 constructores y más de 1.500 artistas y artesanos. El palacio tiene un obvio estilo tibetano y conserva una gran cantidad de tesoros.>>>
Entrada: 100 yuanes (1 de noviembre – 30 de abril); 200 yuanes (1 de mayo – 31 de octubre)
Horario de visita: 9:00 - 16:00, a excepción de los días festivos y durante importantes eventos
Consejo de viaje: Cada día se venden únicamente 2,300 entradas, de las cuales 1,600 están reservadas para agentes de viaje y 700 para la venta a turistas individuales.

Fuentes: 
Wikipedia
Spanish.china.org.cn
Imagen Lhasa: Web

viernes, 13 de abril de 2012

Argentina: Sobre rieles

Con el Tren a las Nubes, La Trochita y el Tren del Fin del Mundo entre los más reconocidos, doce ramales ferroviarios recorren las distintas regiones del país. Sus itinerarios, tarifas, las salidas regulares y otros datos útiles para agendarse.

Son más modestos que el célebre Expreso de Oriente, pero tienen un encanto que no decae desde el punto de partida hasta la estación final. Desde el afamado Tren a las Nubes (en Salta) hasta el Ferrocarril Austral Fueguino, los trenes turísticos de la Argentina proponen un viaje incomparable, que transita por historias fundidas con leyendas, sueños, recuerdos de la infancia –con pinceladas de nostalgia– y las imágenes cambiantes de los paisajes naturales.

El vagón abre su espacio generoso a familias, grupos de amigos y pasajeros solitarios, para compartir una aventura matizada por traqueteos, silbatos y bocinas, que sacuden el silencio de ámbitos bucólicos. Mientras tanto, la red ferroviaria recupera parte de su esplendor, con la recuperación de ramales en Entre Ríos y la creación de un tren turístico muy cerca de Merlo, en San Luis.


Tren a las Nubes
El mundialmente famoso ramal que une Salta capital con San Antonio de los Cobres en siete horas, deja de correr entre el 4 de diciembre y mediados de marzo. Sus vías y puentes, instalados sobre la ladera de cerros multicolores, llegan a 4.200 m sobre el nivel del mar. El viaje suele ser matizado con recitales de música andina a la gorra. Al llegar a la Puna, la locomotora y el convoy avanzan más allá de la estación final –donde los turistas son abordados por una multitud de vendedores de artesanías y platos típicos–, para maniobrar sobre el viaducto La Polvorilla y prepararse para el regreso. Hay que tener en cuenta que el trayecto asciende desde los 1.200 m de altura en el punto de partida hasta 4.200 m. Por eso, para evitar el apunamiento, antes de partir conviene comprar “coca y bica”; es decir, bolsitas de hojas de coca y bicarbonato.


Tren del Fin del Mundo
A 8 km al oeste del centro de Ushuaia, un soplido de vapor y el agudo chillido de la bocina anuncian el comienzo de la mágica aventura en vagones de lujo desde la estación Fin del Mundo. La locomotora avanza a paso de hombre y acelera cuando corre a la par del río Pipo. Se pega a la roca de la montaña para cruzar el torrente caudaloso y transparente y se detiene en la estación La Macarena. Una guía anuncia una parada de 15 minutos, suficientes para trepar hasta una cascada, apreciar la reconstrucción de un asentamiento yámana, fotografiarse con el fondo blanco del monte Susana y comprar chocolates en un coche-boutique. Un rato después, el tren corre sobre el típico suelo de turbal de la isla y llega a la entrada del Parque Nacional Tierra del Fuego.


Tren de la Selva
Este tren ecológico sale de las cercanías del Centro de Visitantes del Parque Nacional Iguazú y recorre 7 km a 20 km por hora, para depositar a los pasajeros en las pasarelas que llevan hasta la Garganta del Diablo, el salto más impactante de las Cataratas. Construido en Inglaterra, el tren con capacidad para 120 viajeros consta de una locomotora impulsada a gas, que arrastra cuatro vagones techados con asientos de madera. Está totalmente abierto, para que los turistas puedan mantener un contacto directo con la vegetación.


Paraná a Conc. del Uruguay
La gran novedad del año. Este servicio, reinaugurado en junio de 2010, pasa por 24 estaciones, para atravesar el centro de la provincia de Entre Ríos y unir los ríos Paraná y Uruguay en 7 horas y media. Se trata de un moderno modelo 0 km, construido en Córdoba, que -entre otras comodidades- está dotado de aire acondicionado. Por ahora, sólo tiene una frecuencia semanal: los viernes desde Paraná y los domingos con partida en Concepción del Uruguay. Este emprendimiento está acompañado por el reacondicionamiento de un antiguo vagón postal, adaptado como vagón cultural itinerante, con salas para proyecciones y reuniones, exposiciones de artesanías y fotografías, investigaciones, libros y espacio ambiental.


Tren de las Sierras
Originalmente, el recuperado Tren de las Sierras unía la ciudad de Córdoba con Cruz del Eje. Había sido inaugurado en 1892 para el transporte de carga y pasajeros y dejó de funcionar en 1977. El tramo rehabilitado treinta años después permite llegar hasta los sugerentes paisajes de las Sierras Chicas y la parte más austral del Valle de Punilla: el trayecto de 52 km se completa en dos horas y cuarto hasta la orilla norte del lago San Roque y la estación Cosquín. El proyecto definitivo -a realizarse en dos etapas- contempla la extensión hasta Cruz del Eje, con paradas intermedias en Valle Hermoso, La Falda, Huerta Grande, La Cumbre y Capilla del Monte, entre otros pueblos serranos.



Tren de la Costa
Propone un medio confortable y silencioso para recorrer la costa norte del Gran Buenos Aires y llegar a Tigre y el Delta. Una opción para compartir enfamilia es dejar el auto en Mitre (la primera estación, junto a la avenida Maipú, en Olivos), abordar el tren y disfrutar de las atracciones del Parque de la Costa, en Tigre. Allí, en la última estación, esta el Mercado de Productores Sabe la Tierra, con puestos de venta de productos orgánicos y piezas recicladas, bar y actividades ecológicas para los chicos. Abre los sábados de 10 a 18. También hay que tener en cuenta la feria de antigüedades instalada sobre el andén de la estación Las Barrancas y la reserva natural Ribera Norte, a tres cuadras de allí.


De V. Elisa al Palacio San José
La locomotora a vapor y sus dos vagones de madera del histórico Ferrocarril Central Entrerriano volverá a correr a fines del verano. Une Villa Elisa con la estación Caseros en seis horas ida y vuelta. Antes de llegar a la última estación, el tren se detiene en el cruce de las vías con una ruta de tierra, donde espera un micro, que lleva a los pasajeros hasta la entrada al Palacio San José, que perteneciera a Justo José de Urquiza. Allí se realiza una visita guiada y después los visitantes son transportados hasta el tren, para iniciar el regreso. El viaje entre campos cultivados y criaderos de pollos, es matizado por el relato de la historia del ramal, a cargo de un guía. En Villa Elisa se realiza además, un paseo en zorra para 14 personas, que diariamente de 9 a 12.30 y de 15 a 18.30 recorre 3 km en media hora ida y vuelta.


Tren Patagónico
Una aventura de 16 horas por la estepa patagónica, desde Viedma hasta la Cordillera. El servicio cubre parte del histórico ramal turístico que vinculaba Buenos Aires con Bariloche desde 1934. El primer antecedente había sido un ramal de trocha ancha, que desde 1908 partía de San Antonio Oeste (cerca de Las Grutas) y llegaba hasta la costa del lago Nahuel Huapi. En 1924 fue extendido el tramo Constitución-Carmen de Patagones. Entre las principales ventajas del tren actual, hay que consignar la posibilidad de llevar el auto, un vagón-comedor (ofrece un Menú Turístico), el camarote y la diversidad de tarifas: Económica, Primera Clase y Pullman.


Tren Histórico a Vapor
Conducido por una locomotora fabricada en Escocia en 1912. Se toma en la estación de trenes de Bariloche y completa un trayecto de 40 km hasta la estación Perito Moreno, donde se realiza una caminata de 300 metros hasta la orilla de una laguna, se observan aves y los guías brindan información sobre la flora y la fauna de la zona. El viaje empieza a disfrutarse con espectaculares imágenes del lago Nahuel Huapi y los picos nevados de la Cordillera, como los cerros Catedral, Tronador y Capilla. Media hora después de la partida, el paisaje empieza a ser dominado por el neneo, el coirón amargo y el abrojo (típicas especies de la estepa), con aislados bosques de cipreses. Se hace una parada junto al río Ñirihuau, que, encajonado en la roca y atravesado por un puente, se presta para tomar fotografías.

Tren de Basavilbaso
El ramal que vincula en dos horas Basavilbaso con Villaguay –en el centro de Entre Ríos– acaba de ser extendido hacia la costa del río Uruguay y ahora llega a Concordia. El paseo puede complementarse perfectamente con una visita al Circuito Histórico de las Colonias Judías, cuya base –establecida a fines del siglo XIX– es Basavilbaso. En este pueblo eminentemente ferroviario y sus alrededores se mantienen en pie tres sinagogas, una cooperativa agrícola, el Cementerio Israelita y varias casas históricas. La impronta de los pioneros judíos que se afincaron en las zonas rurales de Entre Ríos también se puede descubrir en Villaguay y en pequeños pueblos rurales, como San Gregorio, Villa Domínguez, Carmel, Ingeniero Sajaroff y Villa Clara.


La Trochita
Si bien el recorrido completo original desde Ingeniero Jacobacci (Río Negro) hasta Esquel, en Chubut, dejó de funcionar, después del cierre de centenares de ramales a principios de la década del 90 consiguió recuperar dos tramos para pasajeros en territorio chubutense: uno de ellos parte de Esquel y llega hasta Nahuelpan, una comunidad mapuche cuyos pobladores ofrecen sus artesanías alrededor de la estación. A su vez, el servicio que sale de El Maitén –a reiniciarse en enero– propone un viaje de tres horas ida y vuelta hasta Desvío Thomae, combinado con una visita al museo y los talleres ferroviarios y a un galpón donde se reúnen artesanos locales. Inaugurada en 1945, La Trochita o Viejo Expreso Patagónico es una reliquia compuesta por locomotoras a vapor belgas y alemanas y vagones de madera construidos en 1922.


Ferrocarril Piedra Baya
Construido y atendido por sus dueños, recorre 1.100 m de un campo privado, sobre el faldeo de la sierra Comechingones, a 10 km de Merlo y a 6 km de Carpintería, en San Luis. El paseo de tres horas ida y vuelta termina con una merienda de repostería alemana en la casa de los anfitriones. El tren consta de una réplica de locomotora a vapor y dos vagones, que transitan una trocha de 26 cm, por un monte virgen de molles, talas, espinillos, cocos y chañares. Los guías cuentan la historia del tren e ilustran sobre la flora y fauna local. En Monte Bajo –la estación final–, se puede disfrutar de una espectacular panorámica de la sierra y el valle.

El encanto de viajar en libertad
(Richard Campbell, del Ferroclub Argentino)
Básicamente, el viaje en tren otorga la innegable ventaja de la libertad para moverse. El pasajero tiene la posibilidad de caminar, charlar, estar solo o acompañado, compartir un café. Además, el viaje se torna muy placentero por el contacto con la comunidad.
En medio de los paisajes más soñados de la Argentina, se percibe la función social y recreativa que cumple el tren. Ese espíritu se preserva, aunque la combinación ideal tuvo su apogeo entre las décadas del 60 y del 90, cuando se podía llevar el vehículo a un precio accesible y en la estación terminal arrancaba un inolvidable paseo por una región espectacular. Recuerdo el tren-dormitorio que unía Buenos Aires con Tucumán, primera etapa de un viaje en auto por todo el Noroeste.
En general, las nuevas generaciones desconocen la magia del tren. Quedan impactados al verlo pasar. Y mucho más cuando lo abordan: descubren otras dimensiones, sonidos, olores, los silencios del campo al llegar a una solitaria estación, el guarda uniformado, el acontecimiento incomparable de la llegada y la partida. Pese al cierre de numerosos ramales, los trenes turísticos y de larga distancia que siguen en pie conservan ese encanto. Eso los diferencia de cualquier otra forma de viajar.
Canciones en el andén y a bordo
(Zamba Quipildor - Músico )
Con el poeta Eduardo Ceballos, en la estación de Salta les cantábamos y relatábamos historias de nuestra provincia a los viajeros del Tren a las Nubes. Cantábamos zambas y bagualas, como “Recuerdos salteños”, “Estoy de vuelta” y “Carpas de Salta”, que describen a la perfección el paisaje y la manera de vivir de los pueblos que une el tren hasta la puna. Al pasar por Cerrillos, les contábamos sobre las carpas del Carnaval y los artistas que las impulsaban. Y entonábamos “La cerrillada”, que plasma el carácter del carnaval de Cerrillos. En Rosario de Lerma –donde se realiza el Entierro del Carnaval, con ofrendas a la Pachamama–, nos largábamos con “La tabacalera”, que homenajea la vida dura de los trabajadores que cultivan tabaco. Los músicos y los poetas han sido mensajeros de los paisajes inigualables, las costumbres y la cultura de Salta.
 
 
Cristian Sirouyan
Clarín-Viajes
Imagenes: Web