• Quilmes - Buenos Aires - Argentina

viernes, 13 de abril de 2012

Argentina: Sobre rieles

Con el Tren a las Nubes, La Trochita y el Tren del Fin del Mundo entre los más reconocidos, doce ramales ferroviarios recorren las distintas regiones del país. Sus itinerarios, tarifas, las salidas regulares y otros datos útiles para agendarse.

Son más modestos que el célebre Expreso de Oriente, pero tienen un encanto que no decae desde el punto de partida hasta la estación final. Desde el afamado Tren a las Nubes (en Salta) hasta el Ferrocarril Austral Fueguino, los trenes turísticos de la Argentina proponen un viaje incomparable, que transita por historias fundidas con leyendas, sueños, recuerdos de la infancia –con pinceladas de nostalgia– y las imágenes cambiantes de los paisajes naturales.

El vagón abre su espacio generoso a familias, grupos de amigos y pasajeros solitarios, para compartir una aventura matizada por traqueteos, silbatos y bocinas, que sacuden el silencio de ámbitos bucólicos. Mientras tanto, la red ferroviaria recupera parte de su esplendor, con la recuperación de ramales en Entre Ríos y la creación de un tren turístico muy cerca de Merlo, en San Luis.


Tren a las Nubes
El mundialmente famoso ramal que une Salta capital con San Antonio de los Cobres en siete horas, deja de correr entre el 4 de diciembre y mediados de marzo. Sus vías y puentes, instalados sobre la ladera de cerros multicolores, llegan a 4.200 m sobre el nivel del mar. El viaje suele ser matizado con recitales de música andina a la gorra. Al llegar a la Puna, la locomotora y el convoy avanzan más allá de la estación final –donde los turistas son abordados por una multitud de vendedores de artesanías y platos típicos–, para maniobrar sobre el viaducto La Polvorilla y prepararse para el regreso. Hay que tener en cuenta que el trayecto asciende desde los 1.200 m de altura en el punto de partida hasta 4.200 m. Por eso, para evitar el apunamiento, antes de partir conviene comprar “coca y bica”; es decir, bolsitas de hojas de coca y bicarbonato.


Tren del Fin del Mundo
A 8 km al oeste del centro de Ushuaia, un soplido de vapor y el agudo chillido de la bocina anuncian el comienzo de la mágica aventura en vagones de lujo desde la estación Fin del Mundo. La locomotora avanza a paso de hombre y acelera cuando corre a la par del río Pipo. Se pega a la roca de la montaña para cruzar el torrente caudaloso y transparente y se detiene en la estación La Macarena. Una guía anuncia una parada de 15 minutos, suficientes para trepar hasta una cascada, apreciar la reconstrucción de un asentamiento yámana, fotografiarse con el fondo blanco del monte Susana y comprar chocolates en un coche-boutique. Un rato después, el tren corre sobre el típico suelo de turbal de la isla y llega a la entrada del Parque Nacional Tierra del Fuego.


Tren de la Selva
Este tren ecológico sale de las cercanías del Centro de Visitantes del Parque Nacional Iguazú y recorre 7 km a 20 km por hora, para depositar a los pasajeros en las pasarelas que llevan hasta la Garganta del Diablo, el salto más impactante de las Cataratas. Construido en Inglaterra, el tren con capacidad para 120 viajeros consta de una locomotora impulsada a gas, que arrastra cuatro vagones techados con asientos de madera. Está totalmente abierto, para que los turistas puedan mantener un contacto directo con la vegetación.


Paraná a Conc. del Uruguay
La gran novedad del año. Este servicio, reinaugurado en junio de 2010, pasa por 24 estaciones, para atravesar el centro de la provincia de Entre Ríos y unir los ríos Paraná y Uruguay en 7 horas y media. Se trata de un moderno modelo 0 km, construido en Córdoba, que -entre otras comodidades- está dotado de aire acondicionado. Por ahora, sólo tiene una frecuencia semanal: los viernes desde Paraná y los domingos con partida en Concepción del Uruguay. Este emprendimiento está acompañado por el reacondicionamiento de un antiguo vagón postal, adaptado como vagón cultural itinerante, con salas para proyecciones y reuniones, exposiciones de artesanías y fotografías, investigaciones, libros y espacio ambiental.


Tren de las Sierras
Originalmente, el recuperado Tren de las Sierras unía la ciudad de Córdoba con Cruz del Eje. Había sido inaugurado en 1892 para el transporte de carga y pasajeros y dejó de funcionar en 1977. El tramo rehabilitado treinta años después permite llegar hasta los sugerentes paisajes de las Sierras Chicas y la parte más austral del Valle de Punilla: el trayecto de 52 km se completa en dos horas y cuarto hasta la orilla norte del lago San Roque y la estación Cosquín. El proyecto definitivo -a realizarse en dos etapas- contempla la extensión hasta Cruz del Eje, con paradas intermedias en Valle Hermoso, La Falda, Huerta Grande, La Cumbre y Capilla del Monte, entre otros pueblos serranos.



Tren de la Costa
Propone un medio confortable y silencioso para recorrer la costa norte del Gran Buenos Aires y llegar a Tigre y el Delta. Una opción para compartir enfamilia es dejar el auto en Mitre (la primera estación, junto a la avenida Maipú, en Olivos), abordar el tren y disfrutar de las atracciones del Parque de la Costa, en Tigre. Allí, en la última estación, esta el Mercado de Productores Sabe la Tierra, con puestos de venta de productos orgánicos y piezas recicladas, bar y actividades ecológicas para los chicos. Abre los sábados de 10 a 18. También hay que tener en cuenta la feria de antigüedades instalada sobre el andén de la estación Las Barrancas y la reserva natural Ribera Norte, a tres cuadras de allí.


De V. Elisa al Palacio San José
La locomotora a vapor y sus dos vagones de madera del histórico Ferrocarril Central Entrerriano volverá a correr a fines del verano. Une Villa Elisa con la estación Caseros en seis horas ida y vuelta. Antes de llegar a la última estación, el tren se detiene en el cruce de las vías con una ruta de tierra, donde espera un micro, que lleva a los pasajeros hasta la entrada al Palacio San José, que perteneciera a Justo José de Urquiza. Allí se realiza una visita guiada y después los visitantes son transportados hasta el tren, para iniciar el regreso. El viaje entre campos cultivados y criaderos de pollos, es matizado por el relato de la historia del ramal, a cargo de un guía. En Villa Elisa se realiza además, un paseo en zorra para 14 personas, que diariamente de 9 a 12.30 y de 15 a 18.30 recorre 3 km en media hora ida y vuelta.


Tren Patagónico
Una aventura de 16 horas por la estepa patagónica, desde Viedma hasta la Cordillera. El servicio cubre parte del histórico ramal turístico que vinculaba Buenos Aires con Bariloche desde 1934. El primer antecedente había sido un ramal de trocha ancha, que desde 1908 partía de San Antonio Oeste (cerca de Las Grutas) y llegaba hasta la costa del lago Nahuel Huapi. En 1924 fue extendido el tramo Constitución-Carmen de Patagones. Entre las principales ventajas del tren actual, hay que consignar la posibilidad de llevar el auto, un vagón-comedor (ofrece un Menú Turístico), el camarote y la diversidad de tarifas: Económica, Primera Clase y Pullman.


Tren Histórico a Vapor
Conducido por una locomotora fabricada en Escocia en 1912. Se toma en la estación de trenes de Bariloche y completa un trayecto de 40 km hasta la estación Perito Moreno, donde se realiza una caminata de 300 metros hasta la orilla de una laguna, se observan aves y los guías brindan información sobre la flora y la fauna de la zona. El viaje empieza a disfrutarse con espectaculares imágenes del lago Nahuel Huapi y los picos nevados de la Cordillera, como los cerros Catedral, Tronador y Capilla. Media hora después de la partida, el paisaje empieza a ser dominado por el neneo, el coirón amargo y el abrojo (típicas especies de la estepa), con aislados bosques de cipreses. Se hace una parada junto al río Ñirihuau, que, encajonado en la roca y atravesado por un puente, se presta para tomar fotografías.

Tren de Basavilbaso
El ramal que vincula en dos horas Basavilbaso con Villaguay –en el centro de Entre Ríos– acaba de ser extendido hacia la costa del río Uruguay y ahora llega a Concordia. El paseo puede complementarse perfectamente con una visita al Circuito Histórico de las Colonias Judías, cuya base –establecida a fines del siglo XIX– es Basavilbaso. En este pueblo eminentemente ferroviario y sus alrededores se mantienen en pie tres sinagogas, una cooperativa agrícola, el Cementerio Israelita y varias casas históricas. La impronta de los pioneros judíos que se afincaron en las zonas rurales de Entre Ríos también se puede descubrir en Villaguay y en pequeños pueblos rurales, como San Gregorio, Villa Domínguez, Carmel, Ingeniero Sajaroff y Villa Clara.


La Trochita
Si bien el recorrido completo original desde Ingeniero Jacobacci (Río Negro) hasta Esquel, en Chubut, dejó de funcionar, después del cierre de centenares de ramales a principios de la década del 90 consiguió recuperar dos tramos para pasajeros en territorio chubutense: uno de ellos parte de Esquel y llega hasta Nahuelpan, una comunidad mapuche cuyos pobladores ofrecen sus artesanías alrededor de la estación. A su vez, el servicio que sale de El Maitén –a reiniciarse en enero– propone un viaje de tres horas ida y vuelta hasta Desvío Thomae, combinado con una visita al museo y los talleres ferroviarios y a un galpón donde se reúnen artesanos locales. Inaugurada en 1945, La Trochita o Viejo Expreso Patagónico es una reliquia compuesta por locomotoras a vapor belgas y alemanas y vagones de madera construidos en 1922.


Ferrocarril Piedra Baya
Construido y atendido por sus dueños, recorre 1.100 m de un campo privado, sobre el faldeo de la sierra Comechingones, a 10 km de Merlo y a 6 km de Carpintería, en San Luis. El paseo de tres horas ida y vuelta termina con una merienda de repostería alemana en la casa de los anfitriones. El tren consta de una réplica de locomotora a vapor y dos vagones, que transitan una trocha de 26 cm, por un monte virgen de molles, talas, espinillos, cocos y chañares. Los guías cuentan la historia del tren e ilustran sobre la flora y fauna local. En Monte Bajo –la estación final–, se puede disfrutar de una espectacular panorámica de la sierra y el valle.

El encanto de viajar en libertad
(Richard Campbell, del Ferroclub Argentino)
Básicamente, el viaje en tren otorga la innegable ventaja de la libertad para moverse. El pasajero tiene la posibilidad de caminar, charlar, estar solo o acompañado, compartir un café. Además, el viaje se torna muy placentero por el contacto con la comunidad.
En medio de los paisajes más soñados de la Argentina, se percibe la función social y recreativa que cumple el tren. Ese espíritu se preserva, aunque la combinación ideal tuvo su apogeo entre las décadas del 60 y del 90, cuando se podía llevar el vehículo a un precio accesible y en la estación terminal arrancaba un inolvidable paseo por una región espectacular. Recuerdo el tren-dormitorio que unía Buenos Aires con Tucumán, primera etapa de un viaje en auto por todo el Noroeste.
En general, las nuevas generaciones desconocen la magia del tren. Quedan impactados al verlo pasar. Y mucho más cuando lo abordan: descubren otras dimensiones, sonidos, olores, los silencios del campo al llegar a una solitaria estación, el guarda uniformado, el acontecimiento incomparable de la llegada y la partida. Pese al cierre de numerosos ramales, los trenes turísticos y de larga distancia que siguen en pie conservan ese encanto. Eso los diferencia de cualquier otra forma de viajar.
Canciones en el andén y a bordo
(Zamba Quipildor - Músico )
Con el poeta Eduardo Ceballos, en la estación de Salta les cantábamos y relatábamos historias de nuestra provincia a los viajeros del Tren a las Nubes. Cantábamos zambas y bagualas, como “Recuerdos salteños”, “Estoy de vuelta” y “Carpas de Salta”, que describen a la perfección el paisaje y la manera de vivir de los pueblos que une el tren hasta la puna. Al pasar por Cerrillos, les contábamos sobre las carpas del Carnaval y los artistas que las impulsaban. Y entonábamos “La cerrillada”, que plasma el carácter del carnaval de Cerrillos. En Rosario de Lerma –donde se realiza el Entierro del Carnaval, con ofrendas a la Pachamama–, nos largábamos con “La tabacalera”, que homenajea la vida dura de los trabajadores que cultivan tabaco. Los músicos y los poetas han sido mensajeros de los paisajes inigualables, las costumbres y la cultura de Salta.
 
 
Cristian Sirouyan
Clarín-Viajes
Imagenes: Web

No hay comentarios: