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martes, 6 de abril de 2010

El patrimonio cultural de América

Acaso menos conocidos y visitados que otros, 10 sitios, declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, proponen un viaje al pasado para descubrirlos y preservarlos.


1. Colombia - Parque Arqueológico de San Agustín
Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995, San Agustín, en el sur del departamento de Huila, a 520 kilómetros de Bogotá, fue habitado desde antes de la era cristiana por diferentes culturas, de las que sólo se conocen los vestigios que hoy se exhiben. En el parque se puede recorrer senderos que conservan la flora típica regional y se visitan las mesitas, (sectores) donde se encuentran esculturas y tumbas de personajes de la cultura agustiniana.

El parque arqueológico tiene una extensión de 78 hectáreas, y uno de sus principales atractivos es la fuente ceremonial del Lavapatas, una de las obras artísticas más complejas de esa sociedad desaparecida. Este sería un lugar sagrado, donde se realizan baños rituales de curación. En una ingeniosa obra de ingeniería hidráulica se pueden ver figuras talladas en piedra y bañadas por agua en distintos niveles. A Neiva, la capital departamental, se vuela todos los días desde Bogotá. De ahí, para llegar al parque hay que viajar 217 kilómetros. Instituto de Antropología e Historia, www.icanh.gov.co

2. Brasil - Ouro Preto y la Estrada Real
Es casi seguro que usted conoce Ouro Preto, aunque no lo sepa: ahí se graban las telenovelas históricas sobre el Brasil colonial. Esta ciudadela barroca fue el corazón de la fiebre del oro que vivieron los brasileños en el siglo XVIII, cuando se extrajeron casi 1500 toneladas en unos cien años. Eso según los estudios modernos, los mismos que dicen que el 80% de esa cantidad terminó en Portugal. Lo que quedó en Ouro Preto alcanzó para levantar una ciudad alucinante, llena de palacetes, iglesias señoriales y tesoros artísticos. Tanto que la ciudad es ahora la escala más famosa en el circuito llamado Estrada Real, ruta que pasa por los principales hitos del tráfico de oro y diamantes. En Ouro Preto, el recorrido ideal parte en la plaza Tiradentes (rodeada de joyerías) y continúa en el Museo de la Inconfidencia, donde se recuerda la primera intentona independentista de Brasil. Más tarde hay que visitar Nuestra Señora del Pilar por los 300 kilos de oro que decoran su interior, en un despliegue que combina estilos barroco, rococó y neoclásico. Esta es sólo una de las 22 iglesias de la ciudad. En San Francisco de Asís se atesoran obras de Antonio Francisco Lisboa, Aleijadinho, el mayor artista colonial del país. Desde aquí puede visitar otras ciudades de la Estrada Real. Esenciales son Congonhas y Diamantina, donde vivió la esclava más famosa de Brasil: Xica da Silva. Desde Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais, hay casi 100 kilómetros hasta Ouro Preto. www.ouropreto.org.br , www.estradareal.org.br

3. Chile -Iglesias de Chiloé
Las iglesias nacieron y se desarrollaron en Chiloé, el archipiélago del sur de Chile, con una sorprendente personalidad. Muchas fueron construidas a partir del siglo XVII y su arquitectura mezcló los planos de los religiosos españoles y el conocimiento de los artesanos de ribera de la isla, expertos fabricantes de barcos que adaptaron sus técnicas a la construcción de templos en maderas nativas (coigüe, ciprés o mañío, altamente resistentes a las lluvias en la zona, que a veces parecen un estado permanente). Aún hoy sorprende encontrar estos edificios característicos, levantados sin clavos, donde todo se sostiene en el ensamblaje. Este estilo dio origen a la Escuela Chilota de Arquitectura en Madera, y para conocerla más a fondo, la Fundación de Amigos de las Iglesias de Chiloé desarrolló la Ruta de las Iglesias, circuito que permite conocer y visitar varios de estos templos, incluidos cinco declarados Patrimonio de la Humanidad entre 2000 y 2001. Las iglesias de esta ruta se concentran especialmente en la zona oriental de la isla Grande de Chiloé, e incluye los templos de Colo (San Antonio), Tenaún (Nuestra Señora del Patrocinio, San Juan (San Juan Bautista), Dalcahue (Nuestra Señora de los Dolores) y Castro (San Francisco), además de otras edificaciones religiosas y atractivos de la isla, como las zonas donde aún se conserva la tradición de los artesanos constructores. De Santiago hay que volar a Puerto Montt y luego tomar un ferry para cruzar a la isla. La Ruta de las Iglesias considera un tramo de 187 kilómetros desde Ancud, en el extremo norte de la isla Grande de Chiloé. www.rutadelasiglesias.clwww.iglesiasdechiloe.uchile.cl

4. Perú - Chavín de Huántar
Entre la cordillera Blanca y el cañón del río Marañón se expande el Callejón de Conchucos, en el departamento de Ancash, 462 kilómetros al nordeste de Lima, en el corazón de los Andes. Es una zona que alberga paisajes de ensueño, pueblos cargados de tradición y destinos ideales para practicar deportes de aventura. Sobre esta ruta está el Monumento Arqueológico de Chavín de Huántar, que fue un lugar para ceremonias y rituales de los sacerdotes guerreros de la cultura Chavín, que floreció entre los siglos X y IV a.C. Su arquitectura en piedra incluyó hasta una técnica antisísmica. Se destacan representaciones como el lanzón monolítico (deidad principal de esta cultura) y las cabezas clavas o guardianes. A partir de este año, el circuito será iluminado en fechas especiales como Semana Santa, fiestas patrias y fines de semana largos. El sitio se visita de martes a domingo, entre las 9 y las 17, y lo más recomendable es ir también al Museo Nacional de Chavín, que exhibe piezas originales. Chavín de Huántar está a 2,5 horas de Huaraz. www.turismochavin.com.pe

5. Bolivia - Ruinas arqueológicas de Tiwanaku
Las ruinas de Tiwanaku pertenecen a una antigua civilización preincaica que se inició entre el 1500 y 1400 a.C., una de las primeras del continente. Están a 70 kilómetros al noroeste de La Paz, a 3885 metros sobre el nivel del mar y aún reflejan el esplendor de su cultura. Entre los hitos de la ciudadela están el templete semisubterráneo (con muros adornados con 175 cabezas de piedra caliza que muestran rasgos de diversas etnias) y el más famoso, la Puerta del Sol. Trabajada en un solo bloque de piedra de 10 toneladas, fue parte de una edificación mayor que pudo estar en la cima de la pirámide de Akapana. La visita puede terminar en el Museo Regional de Tiwanaku, que exhibe piezas de cerámica, piedra y metal, o fabricadas con huesos y restos humanos. El viaje por carretera asfaltada dura más de una hora, aproximadamente. www.redboliviana.com

6. Argentina - Manzana y estancias jesuíticas de Córdoba
El Camino de las Estancias Jesuíticas permite conocer, además de impactantes obras de arquitectura colonial, una historia de especial interés para el continente. La Compañía de Jesús se instaló en Córdoba en 1599 y comenzó a realizar una vertiginosa tarea de formación religiosa y laboral que derivó en la creación de una universidad y varios colegios. Para sostener a estas instituciones, los jesuitas formaron emprendimientos productivos, grandes establecimientos agrícola-ganaderos, con estancias construidas entre 1616 y 1725 alrededor de una iglesia o capilla. Parte de estas edificaciones se mantiene en buen estado, algunas tienen museos y constituyen el corazón de este circuito declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000.

Son cinco las estancias: Colonia Caroya, Jesús María, Alta Gracia, La Candelaria y Santa Catalina, la más importante y uno de los mejores ejemplos del barroco colonial. También forma parte del circuito la Manzana Jesuítica en la ciudad de Córdoba, que incluye la iglesia de la Compañía de Jesús y el Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, el mejor lugar para comenzar el recorrido. Conocer las cinco estancias toma unos tres días, porque se ubican en diferentes sentidos: es posible alcanzar tres en una misma salida, yendo hacia el Norte, por la ruta 9 (Jesús María, Colonia Caroya y Santa Catalina, en un recorrido de unos 180 kilómetros desde Córdoba capital). La entrada a las estancias no supera los 6 pesos, y el ingreso a la Manzana Jesuítica cuesta 8. Ideal es ir en auto. www.cordobaturismo.gov.ar

7. Venezuela - Ciudad Universitaria de Caracas
En la Ciudad Universitaria de Caracas se concentra una buena parte del patrimonio arquitectónico moderno de la capital de Venezuela. Este conjunto urbano data de la década del 50 y agrupa los edificios sede de la Universidad Central de Venezuela, la principal casa de estudios del país. La Unesco lo declaró patrimonio en 2000 por el principio de la integración de las artes que guió el diseño del arquitecto Carlos Raúl Villanueva. En un recorrido por sus instalaciones, que puede durar dos o tres horas, es posible apreciar obras de artistas plásticos como Alexander Calder, Victor Vasarely, Víctor Valera, Oswaldo Vigas, Francisco Narváez y Jean Arp, entre otros. La Universidad también tiene un interesante jardín botánico con 400.000 especies vegetales, que sirve de pulmón vegetal a la ciudad. Es recomendable visitarla de día (entre las 8 y las 16), cuando hay actividades académicas, para poder ingresar en los edificios. Para orientarse, en el conjunto del aula magna y la plaza cubierta hay guías. Las visitas son gratuitas y se puede llegar en metro, desde las estaciones Plaza Venezuela o Ciudad Universitaria. Está en la parroquia San Pedro del municipio Libertador de Caracas.

8. Uruguay - Colonia del Sacramento
Colonia es una joya y todo el departamento guarda rincones tan inolvidables como poco conocidos. La ciudad abarca todo lo que se cobijaba tras las murallas construidas por orden del portugués Manuel de Lobo, para disputarle a Buenos Aires el tráfico por los ríos de la Plata y Paraná. Por casi cien años, esta ciudadfortaleza fue invadida y negociada. Ahora, los invasores son turistas, que con algo de suerte pueden ver un espectáculo o desfile de militares históricamente ataviados, luego de recorrer los museos, uno tras otro, repletos de cosas de la época de la Colonia.
www.colonia.gub.uy

9. Paraguay - Ruinas jesuíticas de Santísima Trinidad del Paraná
En el sur del país, muy cerca de Encarnación y a unos 30 kilómetros de la frontera argentina con Posadas, se encuentran las ruinas jesuíticas de Santísima Trinidad del Paraná. Construida en 1706 fue la última reducción de esa orden en el país, y permanece como un recuerdo vivo de aquellos tiempos gracias al buen estado de algunas edificaciones. Con la mayor iglesia construida por los jesuitas en esta parte del continente, el casco histórico cuenta también con una plaza imponente, un colegio, casas de antiguos habitantes indígenas, un cementerio y una huerta. La iglesia tiene un altar tan impresionante como sus arcadas y columnas. En la antigua sacristía hay un museo con esculturas, objetos y una maqueta de la misión. Recorrerlas lleva cerca de dos horas. Una recomendación es evitar la temporada estival, por las altas temperaturas. La mayor oferta gastronómica y hotelera en la zona se encuentra en Encarnación, tercera ciudad en nivel de importancia económica en el país. Está conectada, a través del puente Roque González de Santa Cruz, con la ciudad de Posadas. Por la ruta 6, que parte de Encarnación (ciudad enfrentada a Posadas), el viaje en auto es de apenas 20 minutos. También se puede llegar en ómnibus, que salen desde Encarnación hacia Buena Vista, Santa Rita y Ciudad del Este, y pasan por Trinidad. Las ruinas están en el kilómetro 31 de la ruta 6.
www.paraguaynatural.com.py

10. Ecuador - Santa Ana de los Ríos de Cuenca
En un valle de la cordillera de los Andes, al sur de Ecuador, aparece Santa Ana de los Ríos de Cuenca, ciudad colonial -conocida simplemente como Cuenca- fundada en 1557, que mantiene el trazado urbanístico original, diseñado por los hombres del emperador Carlos V. La mayor parte de sus edificios son del siglo XVIII, pero la arquitectura se modernizó con el empuje que le dio a la economía, en el siglo XIX, la exportación de quinina y de sombreros de jipijapa, también conocidos como sombreros Panamá. Quedan en pie algunas edificaciones del siglo XVIII, como los dos conventos de clausura, parte de la antigua catedral y algunas pocas casas particulares. El centro cuenta con 26 edificios de valor monumental, 602 de valor arquitectónico y 830 de valor ambiental. Según la Unesco, que la declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1999, se distingue la belleza de su centro histórico, con un tipo particular de arquitectura republicana y la armonía que guarda con su entorno geográfico. Con mujeres que aún lavan sus vestimentas tradicionales en el río Tomebamba, la ciudad es conocida como la Atenas del Ecuador por ser cuna de artistas y cuenta con muchos encuentros culturales cada año. A 450 kilómetros de Quito, es la tercera ciudad más grande del país. Al aeropuerto de Cuenca llegan vuelos diarios desde Quito y Guayaquil. En ómnibus hay cerca de diez horas desde la capital y unas cinco desde Guayaquil. Las carreteras están en un estado aceptable. www.cuenca.com.ec


Y todo comenzó con una represa egipcia...
En 1959, la decisión de construir la represa egipcia de Asuán puso los pelos de punta a la Unesco, que lanzó una campaña internacional para evitar que el extraordinario templo de Abu Simbel -un auténtico tesoro de la civilización egipcia- fuera arrasado por los raudales del Nilo.

Finalmente, y gracias a las donaciones de 50 países, el templo fue desmontado y trasladado a una zona más alta y segura (el costo de la campaña ascendió a 80 millones de dólares).

El éxito de este faraónico esfuerzo (nunca mejor aplicado el término) inspiró el desarrollo y la adopción, en 1972, de la Convención del Patrimonio Mundial de la Unesco, que fue ratificada por 184 países.

En un principio había dos movimientos: uno que se inclinaba por la conservación de los sitios culturales, y un segundo que bregaba por la conservación de la naturaleza. Finalmente, todas las partes lograron ponerse de acuerdo para incluir ambos aspectos, cultural y natural, en el texto de la convención.

Más de 30 años después se agregó formalmente la categoría de patrimonio inmaterial, también llamado patrimonio viviente, que vendría a ser la rama intangible del patrimonio cultural. Estaría compuesto, básicamente, por manifestaciones culturales populares que contribuyen a configurar la identidad de los pueblos, y que en muchos casos corren graves riesgos de desaparecer, como podría ser la tradición oral de Gelede, en Benin.

No es el caso del tango en nuestro país, que está más vivo que nunca, pero que de todos modos recibió la distinción de la Unesco hace menos de un año. Otras expresiones culturales que también fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad son la caligrafía china, el Carnaval de negros y blancos en Colombia, el candombe uruguayo, la procesión de la primavera de las reinas de Gorjani en Croacia o la ceremonia indígena de los voladores en México.

¿Qué efectos prácticos conlleva esta distinción? Ninguno, más allá del reconocimiento de contar con un patrimonio que es valorado a nivel universal.

Sin embargo, en el caso del patrimonio cultural tangible y bajo determinadas condiciones, los sitios pueden obtener financiación para su conservación. El dinero se obtiene del llamado Fondo del Patrimonio Mundial, que a su vez se nutre de las contribuciones obligatorias de los países que forman parte de la convención.

Una de las campañas más largas de salvaguardia tuvo lugar en Venecia entre 1966 y 1993, después de las grandes inundaciones de 1965 (se restauraron docenas de edificios, entre ellos, el Palacio del Dux).

¿Cómo se seleccionan los bienes culturales? El proceso no es ni sencillo ni corto, pero alcanza con saber que los candidatos -que son presentados por los estados miembros- deben tener un sobresaliente valor universal y cumplir con al menos uno de una lista de 10 requisitos, desde representar una obra maestra del genio creativo humano hasta contener áreas de excepcional belleza natural e importancia estética .

Pero atención que la distinción no es para siempre: si un país no cumple con las obligaciones derivadas de la convención corre el riesgo de que sus sitios sean retirados de la lista del Patrimonio Mundial.

Fue lo que sucedió en 2009 con el Valle del Elba, en Dresde, donde la construcción de un puente en el corazón del paisaje cultural no logró conservar el valor universal excepcional por el que se inscribió .

Hasta ahora, la Unesco otorgó su preciado galardón a 890 sitios, de los cuales 689 son culturales, 176 naturales y 25 mixtos. Están distribuidos en 148 países, con Italia a la cabeza: tiene 44 sitios catalogados como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Lista completa de los sitios declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en América del Sur

Argentina


* Misiones jesuíticas guaraníes: San Ignacio Miní, Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto y Santa María Mayor

* Cueva de las Manos, río Pinturas

* Manzana jesuítica y estancias de Córdoba

* Quebrada de Humahuaca

Bolivia

* Ciudad de Potosí

* Misiones jesuíticas de Chiquitos

* Ciudad histórica de Sucre

* Fuerte de Samaipata

* Ruinas arqueológicas de Tiwanaku

Brasil

* Ciudad histórica de Ouro Preto

* Centro histórico de Olinda

* Misiones jesuíticas guaraníes: São Miguel das Missoes

* Centro histórico de Salvador de Bahía

* Sanctuario de Bom Jesus do Congonhas. Brasilia

* Parque Nacional Serra da Capivara

* Centro histórico de São Luís

* Centro histórico de Diamantina

* Centro histórico de Goiás

Chile

* Parque Nacional Rapa Nui

* Iglesias de Chiloé

* Barrio histórico de Valparaíso

* Salitreras de Humberstone y Santa Laura

* Ciudad minera de Sewell

Colombia

* Puerto, fortalezas y conjunto monumental de Cartagena de Indias

* Centro histórico de Santa Cruz de Mompox

* Parque arqueológico de Tierradentro

* Parque arqueológico de San Agustín

Ecuador

* Ciudad de Quito

* Centro histórico de Santa Ana de los Ríos de Cuenca

Paraguay

* Misiones jesuíticas de la Santísima Trinidad de Paraná y Jesús de Tavarangue

Perú

* Ciudad del Cuzco

* Santuario histórico de Machu Picchu

* Sitio arqueológico de Chavín

* Zona arqueológica de Chan Chan

* Centro histórico de Lima

* Líneas y geoglifos de Nazca y Pampas de Jumana (1994)

* Centro histórico de la ciudad de Arequipa

* Ciudad sagrada de Caral-Supe

Uruguay

* Centro histórico de Colonia del Sacramento

Venezuela

* Coro y su puerto

* Ciudad universitaria de Caracas

Conservación y turismo

El patrimonio cultural constituye la suma de expresiones materiales e inmateriales con que un pueblo define su idiosincrasia, por lo que abarca un panorama integral en el que se funden diversos horizontes: histórico, antropológico, arqueológico, espiritual, artístico, científico, tecnológico.

Un ejemplo de esta definición es la Quebrada de Humahuaca, en la que confluye un marco paisajístico de excepcional belleza con una de las acumulaciones más densas y completas que el país puede exhibir tanto en materia de patrimonio material como inmaterial: en la primera categoría se cuentan desde asentamientos prehispánicos (Tilcara o Los Amarillos) y capillas coloniales con magníficas pinturas del período (Uquía y Purmamarca) hasta una variada oferta museológica (Tilcara) y conjuntos escultóricos monumentales (Humahuaca); en cuanto al acervo inmaterial, éste se manifiesta en rituales festivos y religiosos -carnavales, misachicos, procesiones, ofrendas- que señalan el rico sincretismo étnico y cultural de la región mediante músicas y danzas de inusual colorido.

La declaratoria de protección de un monumento o sitio valoriza al bien en cuestión, con el fin primario de salvaguardarlo de la destrucción, del deterioro o de intervenciones indebidas, y el objetivo final y permanente de ponerlo en valor.

Tal operación concita en forma inmediata la consideración pública, y con ella la especulación económica respecto del turismo potencial que el nuevo monumento habrá de aportar a la región en que se encuentra y a la comunidad allí residente.

Y aquí estamos ante un tema delicado: por un lado, hay un legítimo derecho de los habitantes del lugar a beneficiarse directa o indirectamente con el flujo de visitantes, así como un derecho más general del público al conocimiento y disfrute del bien; pero a la vez hay un estricto deber de protección del mismo bien, que obliga a compromisos que regulen el acceso al mismo y los modos de controlar su manejo. Para comprender el tenor de los acuerdos que deben establecerse nos basta con un símil explicativo: ¿podríamos entrar en una sala teatral colmando, además de los espacios asignados, los pasillos y vías de escape? Seguramente no. ¿Eso restringe la ganancia del dueño de la sala y nuestro libre albedrío de acceder a la misma? Seguramente sí; sin embargo, las leyes y el sentido común nos obligan a aceptar tales reglas.

El turismo no puede eximirse de sujetarse a normas semejantes. Ya las hay en destacados sitios de patrimonio natural, que poseen severas restricciones numéricas para su visita, como es el caso de las islas Galápagos, en Ecuador, y de las Fernando de Noronha, en Brasil, y se está estudiando un régimen similar para las ruinas de Machu Picchu, en Perú, antes de que hordas indeterminadas de caminantes arrasen con las andenerías y senderos tallados en la piedra viva.

Por último, recordemos las fábulas de nuestra niñez: cuando la gallina de los huevos de oro fue abierta en canal para apropiarse de un golpe de su tesoro ésta perdió, junto con su vida, toda capacidad de continuar generándolo.

Alberto Petrina
Director Nacional de Patrimonio y Museos (Argentina)

La Nación - Turismo
Fotos: Web

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para mí los destinos más lindos son:
-La movediza de Tandil
-Las Cataratas entre Brazil y Argentina (denominada Maravilla natural)
-El Glaciar Perito moreno (Argentina)

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