La tecnología tendrá un rol clave. Habrá robots-mayordomos, cuartos inteligentes y ventanas contra el efecto del jet lag.
Despertarse con sonidos selváticos y aroma a maracujá, en la habitación 7045 ubicada en el piso 70 de un hotel en pleno Manhattan. No es una escena de una película de ciencia ficción: es el futuro del hotel.
Esta imagen, entre muchas otras más extravagantes, son las que describen los expertos del sector como presagios tecnológicos con que, dentro de no mucho, nos toparemos los viajeros tras hacer el check in en distintos hoteles del mundo.
El año pasado, el Hospitality Design Group y la empresa Gettys, de Chicago, reunieron a 100 expertos de grupos afines al sector hotelero, como Starwood Hotels, Whirlpool y Phillips, con el objetivo de sondear con qué tecnología imaginan que se encontrarán los turistas del futuro en el rubro alojamiento. De esta investigación surgieron 1.000 ideas para desarrollar, acordes a las necesidades futuras, que fueron expuestas en una conferencia realizada en la ciudad de Miami.
Por otra parte, en Argentina, Marca Futuro presentó hace unos meses el prototipo del hotel del futuro, basado en la habitación a medida del huésped, al que se le proporciona un control inteligente para manejar la iluminación, la temperatura, el aroma ambiental, la música, la TV, el chequeo de mails y la reserva de restaurantes o conciertos, sin moverse de la cama de su habitación. De aquí a pocos años, estos proyectos se concretarán.
Más cambios
Entre las mil ideas de los expertos figura la desaparición de la figura del botones tradicional. que sería reemplazado por un robot mayordomo al servicio del huésped día y noche. ¡Y hasta no hará falta dejarle propina!
Al momento de hacer el check in, es muy posible que las huellas digitales del pasajero se escaneen para agilizar su acceso a ciertas instalaciones, a Internet o, quizás, a un dispositivo inalámbrico, operado por voz y tacto, que sirva para solicitar un servicio dentro del hotel.
De aquí a diez años, en las habitaciones habrá ventanas interactivas que el huésped podrá controlar a gusto, convirtiendo el día en noche o viceversa, por ejemplo. Con un simple movimiento del brazo se podrá bloquear el sonido que proviene del exterior, cambiar la iluminación o agregar árboles a la vista. Las ventanas futuristas (Daylight, de Phillips) incluyen una luz azul, que contrarrestra los efectos del jet lag.
Probablemente los pasillos de los hoteles detectarán la presencia de los huéspedes a través de emisiones de anhídrido carbónico, mientras paneles LCD descenderán del techo formando un cielo con luces que guiarán el camino a la habitación.
Según la tendencia actual, la nanotecnología (la aplicación, investigación y desarrollo tecnológico a escala atómica o molecular) estará presente en el diseño futuro de los hoteles: en las alfombras y en las sábanas, por ejemplo, las nanofibras amortiguarán los ruidos y absorberán la suciedad, se autolimpiarán.
Bañeras que se amoldan al propio cuerpo, azulejos antibacterianos y alfombras en el baño que, por el contacto con la planta del pie, detecten los nutrientes que el huésped necesita, figuran entre las ideas más revolucionarias del hotel del futuro. Y entre las más fáciles de implementar está la de convertir a las habitaciones en vidrieras: los muebles y objetos de decoración, luego de ser testeados, pueden adquirirse al abandonar el hotel. Algunas cadenas ya lo implementaron.
Pero más allá de las especulaciones, ya hay hoteles "high tech" funcionando en el mundo. El 7 estrellas Burj Al Arab, levantado en una isla artificial en la costa de Dubai, fue el primero que anticipó el futuro hotelero, a través de su diseño, su servicio y su tecnología. Burj Al Arab es futurista desde su arquitectura: simula una vela de barco, de 321 metros de altura. En sus habitaciones, redes de sensores activan luces, cortinas y aire acondicionado y las suites tienen sala de cine.
El Grand Hyatt Shanghai, en China, ocupa las plantas que van de la 53 a la 87 del rascacielos Jin Nao, uno de los más altos del mundo. El cuarto de baño de sus habitaciones cuenta con una ducha con pantallas de LCD para seguir las noticias de la CNN durante el baño. En Hong Kong, el Conrad International tiene ciberdetalles en sus habitaciones, como cristales fotograduables para tomar baños de sol en la bañera.
Casi sin darnos cuenta, el futuro va colándose, sin prisa y sin pausa, en nuestros viajes.
Nora Vera
Clarín - Viajes
Fotos: Web
Despertarse con sonidos selváticos y aroma a maracujá, en la habitación 7045 ubicada en el piso 70 de un hotel en pleno Manhattan. No es una escena de una película de ciencia ficción: es el futuro del hotel.
Esta imagen, entre muchas otras más extravagantes, son las que describen los expertos del sector como presagios tecnológicos con que, dentro de no mucho, nos toparemos los viajeros tras hacer el check in en distintos hoteles del mundo.
El año pasado, el Hospitality Design Group y la empresa Gettys, de Chicago, reunieron a 100 expertos de grupos afines al sector hotelero, como Starwood Hotels, Whirlpool y Phillips, con el objetivo de sondear con qué tecnología imaginan que se encontrarán los turistas del futuro en el rubro alojamiento. De esta investigación surgieron 1.000 ideas para desarrollar, acordes a las necesidades futuras, que fueron expuestas en una conferencia realizada en la ciudad de Miami.
Por otra parte, en Argentina, Marca Futuro presentó hace unos meses el prototipo del hotel del futuro, basado en la habitación a medida del huésped, al que se le proporciona un control inteligente para manejar la iluminación, la temperatura, el aroma ambiental, la música, la TV, el chequeo de mails y la reserva de restaurantes o conciertos, sin moverse de la cama de su habitación. De aquí a pocos años, estos proyectos se concretarán.
Más cambios
Entre las mil ideas de los expertos figura la desaparición de la figura del botones tradicional. que sería reemplazado por un robot mayordomo al servicio del huésped día y noche. ¡Y hasta no hará falta dejarle propina!
Al momento de hacer el check in, es muy posible que las huellas digitales del pasajero se escaneen para agilizar su acceso a ciertas instalaciones, a Internet o, quizás, a un dispositivo inalámbrico, operado por voz y tacto, que sirva para solicitar un servicio dentro del hotel.
De aquí a diez años, en las habitaciones habrá ventanas interactivas que el huésped podrá controlar a gusto, convirtiendo el día en noche o viceversa, por ejemplo. Con un simple movimiento del brazo se podrá bloquear el sonido que proviene del exterior, cambiar la iluminación o agregar árboles a la vista. Las ventanas futuristas (Daylight, de Phillips) incluyen una luz azul, que contrarrestra los efectos del jet lag.
Probablemente los pasillos de los hoteles detectarán la presencia de los huéspedes a través de emisiones de anhídrido carbónico, mientras paneles LCD descenderán del techo formando un cielo con luces que guiarán el camino a la habitación.
Según la tendencia actual, la nanotecnología (la aplicación, investigación y desarrollo tecnológico a escala atómica o molecular) estará presente en el diseño futuro de los hoteles: en las alfombras y en las sábanas, por ejemplo, las nanofibras amortiguarán los ruidos y absorberán la suciedad, se autolimpiarán.
Bañeras que se amoldan al propio cuerpo, azulejos antibacterianos y alfombras en el baño que, por el contacto con la planta del pie, detecten los nutrientes que el huésped necesita, figuran entre las ideas más revolucionarias del hotel del futuro. Y entre las más fáciles de implementar está la de convertir a las habitaciones en vidrieras: los muebles y objetos de decoración, luego de ser testeados, pueden adquirirse al abandonar el hotel. Algunas cadenas ya lo implementaron.
Pero más allá de las especulaciones, ya hay hoteles "high tech" funcionando en el mundo. El 7 estrellas Burj Al Arab, levantado en una isla artificial en la costa de Dubai, fue el primero que anticipó el futuro hotelero, a través de su diseño, su servicio y su tecnología. Burj Al Arab es futurista desde su arquitectura: simula una vela de barco, de 321 metros de altura. En sus habitaciones, redes de sensores activan luces, cortinas y aire acondicionado y las suites tienen sala de cine.
El Grand Hyatt Shanghai, en China, ocupa las plantas que van de la 53 a la 87 del rascacielos Jin Nao, uno de los más altos del mundo. El cuarto de baño de sus habitaciones cuenta con una ducha con pantallas de LCD para seguir las noticias de la CNN durante el baño. En Hong Kong, el Conrad International tiene ciberdetalles en sus habitaciones, como cristales fotograduables para tomar baños de sol en la bañera.
Casi sin darnos cuenta, el futuro va colándose, sin prisa y sin pausa, en nuestros viajes.
Nora Vera
Clarín - Viajes
Fotos: Web
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