A punto de celebrar el vigésimo aniversario de la unificación (el 9 de noviembre), Berlín resulta hoy una de las más fuertes influencias políticas en el ámbito de la Unión Europea y brilla como una de las ciudades más importantes del mundo, revestida por una moderna fisonomía.
Inevitablemente, una de las preguntas frecuentes entre quienes la visitan es ¿y por dónde pasaba el Muro? Para ellos, por cierto, no sólo existen guías que marcan el recorrido, sino que subsisten restos de la construcción en distintos puntos de la ciudad. Tenía 3,60 metros de altura y medía 155 kilómetros, de los cuales 43 separaban Berlín. La mayor parte fue reciclada y reutilizada en la reconstrucción de calles y miles de trozos se vendieron o se venden en negocios como souvenirs. De lo que aún queda en pie hay partes en buen estado y otras muy castigadas tanto por factores climáticos como por cazadores de souvenirs. A continuación, cuatro locaciones imperdibles para conocer de cerca esta historia
Bernauer Straße
Una de las calles víctimas de la división. Aquí, el límite corría entre la vereda y las paredes de las casas. Ahora ya no se ven los hogares que fueron tapiados por el Muro. Los vecinos, de la noche a la mañana, pasaron a depender de regímenes políticos opuestos y hoy, un centro de documentación que cuenta con un mirador para observar la parte interna de los restos del Muro ( a diferencia de los demás lugares, sin un solo grafiti) y una capilla reconstruida, junto a un paseo de imágenes en blanco y negro, recuerdan lo sucedido.
La capilla de la Reconciliación se eleva en lugar de la iglesia, que llevaba el mismo nombre, destruida en 198 5 por estar directamente en el límite, másprecisamente en la llamada franja de la muerte. Esta capilla, construida en madera, recuperó el altar original y las campanas de la antigua.
A pocos metros se ubica el centro de documentación inaugurado en noviembre de 1999, en conmemoración de los 10 años de la caída del Muro. Ofrecevideos de la época, documentos sobre la historia de esta calle, grabaciones de programas de radio, así como visitas guiadas en forma gratuita. Cuenta con una terraza-mirador que ofrece una interesante vista panorámica de la zona con restos de instalaciones fronterizas (torres de vigilancia, búnkeres, sectores para perros y obstáculos de alambre), una de las pocas que todavía se conservan.
Centro de documentación: calle Bernauer Straße 111. De abril a octubre, de 10 a 18; noviembre a marzo, de 10 a 17, con entrada gratuita. Cómo llegar: bus 245, línea 8 del metro (U 8), hasta la estación Bernauer Straße. Líneas 1 y 2 del tren urbano (o tranvía) (S 1 y S 2), hasta la estación Nordbahnhof.
Checkpoint Charlie
Uno de los principales pasos de frontera, testigo de enfrentamientos y fugas espectaculares con finales felices o trágicos, es hoy una de las atracciones turísticas más fotografiadas de Berlín. Allí se encuentra un museo con fotografías y piezas como carteles con advertencias. También, la posibilidad de hacer estampar el pasaporte por 5 euros con sellos de aquellos años.
A pocas cuadras, después de pasar locales de souvenirs y algún recuerdo del Muro donde la gente espera su turno para la foto, por la calle Friedrichstraße se inicia una zona comercial con tiendas como Louis Vuitton, Prada y Lafayette.
East Side Gallery
Un poco alejado del centro de la ciudad se encuentra el tramo más largo que se conserva del Muro. En esta zona, el río Spree constituía el límite y el Muro se levantó a pocos metros de la orilla. Tras la caída, más de cien artistas de 21 países dejaron sus obras impresas en los 1300 metros de pared, con tono político y también poético.
Esta galería fue declarada monumento nacional y llega hasta Oberbaumbrücke, puente de construcción neorromántica que es el cruce histórico más largo del río Spree y funcionó como paso fronterizo. Una gran obra de arte al aire libre que está siendo reparada para llegar a los festejos de noviembre con todo su esplendor, especialmente para borrar grafitis y firmas de turistas que dejan su nombre o país escritos en la pared, y rescatar las pinturas que en muchos casos quedaron tapadas.
Calle Mühlenstraße. Acceso libre. Cómo llegar: trenes S3, S5, S7, S9 parada Ostbahnhof, o línea 1 del metro (U1) hasta la estación de Warschauer Straße
Potsdamer Platz
Si no fuera por los cinco metros que aún resisten, nada hace pensar que el Muro efectivamente pasaba por la calle Stresemannstraße. Sinembargo, Potsdamer Platz, además del corazón de Berlín fue también el lugar más afectado por la frontera. Durante los años de la Guerra Fría desapareció bajo barreras antitanques, aunque nada pudo derribar su espíritu y a tan sólo tres días de la caída del Muro la vida urbana comenzó a reconquistar la zona.
Tardaron 10 años en su reconstrucción total, que hoy deslumbra con edificios modernos, hoteles de lujo y el espectacular Sony Center. En esta plaza también se ubica la sede el Festival de Cine de Berlín. En el mismo lugar donde fue colocado el primer semáforo de toda Europa, los fragmentos del Muro que allí se conservan, a espaldas del hotel Ritz Carlton, son otro punto de encuentro para turistas. Grandes carteles separan los restos de hormigón donde la gente se detiene a leer parte de la historia, a tomar fotografías y con suerte encontrar al soldado disfrazado para que le sellen el pasaporte o sólo para sonreír a cámara.
Cómo llegar: a la estación de tren Potsdamer Platz S1, S2, S25, con el metro línea 2 (U2) a estación Potsdamer Platz, o con el bus 200 o 347.
Queremos tirar el Muro una vez más
El 9 de noviembre se cumplirán dos décadas desde la caída del Muro. El aniversario se vive en Berlín desde mayo, cuando comenzaron las primeras exhibiciones, como la montada en Alexanderplatz al aire libre, basada en las imágenes de 1989/90. En www.mauerfall09.de se puede consultar la agenda completa de actividades, además de tours específicos para los visitantes, como los que utilizan GPS o se realizan en viejos automóviles (ver Datos útiles). El encuentro principal será el Festival of Freedom, el fin de semana del aniversario. También habrá un dominó gigante en el sendero que recorría el Muro, que será derribado por los berlineses. "Queremos tirar el Muro una vez más", dijo Klaus Wowereit, alcalde de la ciudad. Serán más de mil piezas, de 2,5 metros de altura.
Datos útiles
También se puede ver...
Cementerio Invalidenfriedhof:
aplanado durante la construcción de la frontera, fueron removidas y destruidas tumbas de generales prusianos. Tres pedazos de muro, uno de ellos de 100 metros de largo, aún se encuentran en su centro junto con documentos de la época e información histórica.
Calle Niederkirchnerstraße
Aquí coinciden dos capítulos oscuros de la historia alemana. Por un lado, los restos de muro y por otro, los cuarteles de la Gestapo y SS.
Souvenirs
En Berlín hay imanes para heladeras con pedazos del Muro, por 3 euros; postales del Este con un pedazo de piedra pintada, por 2 euros; cajas de plástico con restos de hormigón de diversos tamaños, que pueden llegar a valer hasta 20 euros. Ninguno de estos recuerdos viene con certificado de autenticidad; sólo hay que confiar o comprar... la ilusión.
Guías
Existen guía específicas sobre el Muro en los locales de souvenirs de Berlín. Cuestan desde 10 euros. Además:
- www.visitberlin.de
- www.berliner-mauer-dokumentationszentrum.de
- www.mauermuseum.de
* La propuesta de Mauer Guide ( www.mauerguide.com ) es "caminar el Muro", ayudados por una agenda con GPS, que reconstruye el trazado original y muestra fotos y videos a medida que uno avanza (8 euros por 4 horas).
* Hay varios tours en bici para conocer especialmente la historia del Muro. Algunos también se guían también por GPS, como se ve en www.fahrradstation.com
* Los Trabi Safari proponen algo literalmente histórico. Son recorridos por el lado oriental en tradicionales autos Trabant 601, un clásico de aquellos tiempos ( www.event-touring.com).
Warschauer, una calle bien conectada
Un recorrido de la Puerta de Francfort al puente Oberbaum y los barrios Friedrichshain y Kreuzberg; mercados, cafés y buenas vistas de la ciudad
La calle Warschauer no es ni por asomo la más bella de Berlín. Más lindas son, por ejemplo, la Rosenthaler, en Mitte, o la avenida Unter den Linden, que une la Puerta de Brandemburgo con la Torre de Televisión y la plaza de Alexander.
Pero sí se puede decir a favor de la calle de Varsovia que conecta dos lugares muy hermosos de la capital alemana: la Puerta de Francfort, sobre la avenida Karl Marx, donde se ven los imponentes Palacios de los Trabajadores (antaño monoblocks de lujo para la nomenclatura ; hoy viviendas codiciadas por altos ejecutivos), y el puente Oberbaum sobre el río Spree, desde el que se observa a lo lejos la Torre de Televisión cerca de las aguas del río. También, que atraviesa en escasas diez cuadras el barrio de Friedrichshain, uno de los más vibrantes de la ciudad e interesantes en cuanto a oferta cultural, que perteneció a Berlín Oriental, y lo conecta con Kreuzberg, otra parte destacada de la ciudad, en este caso del ex Berlín Occidental, también conocida como segunda Estambul por la gran cantidad de turcos que viven allí: unos 120.000. Por eso vale la pena recorrerla y también sus alrededores.
A unas cuadras de la Warschauer, por una de las calles perpendiculares, se encuentra la plaza Boxhagener, donde hay un mercado de pulgas los sábados y domingos, uno de alimentos en el que se puede comprar delicias como salmón, arenque, vino, frutas, queso y la más grande variedad que uno pueda imaginar de panes y salchichas, dos fuertes de la cocina alemana.
La plaza está rodeada de cafés, cada uno de los cuales es un mundo. Hasta hay uno húngaro, con repostería made in Budapest . Muchos amigos se encuentran los domingos por la mañana en la plaza, hacen las compras en el mercado mientras conversan y terminan en un café hasta que se hace la hora de comer. Pero además de cafés, cerca de la plaza hay bares, centros culturales, paredes con grafitis (probablemente de los más lindos de Berlín, aunque hay uno gigantesco y espectacular que se puede ver desde el puente Oberbaum, ya casi en Kreuzberg), vinerías (a cual más sofisticadas), tiendas de ropa alternativas y restaurantes.
El bar que más me gusta de esa zona es Die Tagung, en la calle Wühlich, cuya decoración es típica de la antigua Alemania comunista, pero con un toque todavía más kitsch para estos tiempos. Uno puede acodarse en la barra y sentarse... sobre la cabeza de un busto de Stalin, que hace las veces de taburete.
Friedrischhain es un barrio tranquilo, pero sus vecinos, si lo consideran necesario, se movilizan instantáneamente en defensa de sus ideales. Que se lo pregunten si no al dueño de un local a metros de la estación de subte de la Puerta de Francfort, que decidió en marzo último vender ropa de marcas identificadas con los neonazis y que, por su mala idea, debió enfrentar manifestaciones diarias de vecinos del barrio (y algunas que trascendieron a los vecinos del barrio) hasta que tuvo que cerrarlo.
Al cruzar el río Spree
Para comer durante un paseo por ahí no elegiría un restaurante, si bien los hay muy buenos. Lo que más me llamó la atención es un Imbiss (se podría traducir como local de comida al paso) de Sudán, en el que hacen deliciosos sándwiches calientes que se pueden acompañar con gaseosa Africola.
Por la noche, tal vez lo mejor sea cruzar el río Spree (sí, justo cuando termina la Warschauer, donde antes estaba el Muro) e internarse en Kreuzberg. En la continuación de la Warschauer, tras el puente Oberbaum, hay un restaurante vietnamita en el que se puede probar la deliciosa sopa Pho, plato nacional de ese país asiático y por adopción (muchos vietnamitas se establecieron en Berlín Este en la época del bloque soviético), plato típico de la capital alemana. Más allá de ese restaurante, en Kreuzberg abundan los locales de comida turca y lo más adecuado sería, tal vez, pedirse un donner kebab o ir a una pastelería y probar alguna de las deliciosas confituras que elaboran los inmigrantes de este país, a los que se les permitió establecerse en Berlín Occidental con sus familias, para paliar la falta de mano de obra masculina tras la guerra. Uno de mis bares preferidos en Kreuzberg, cerca del puente Oberbaum, es el Sofía, antiguo restaurante turco (se nota por los paisajes de ese país pintados en las paredes) reciclado en bar trendy alemán.
El fin del recorrido puede ser en Madame Claude, a metros del Sofía, curioso club en el que se puede escuchar todos los días música en vivo y en el que cuelgan del techo mesas y sillas invertidas que desafían la gravedad y parecen un reflejo de las reales. Enese mundo al revés que propone Madame Claude, nada como una cerveza Agustiner, la mejor de las alemanas a mi juicio, para poner los pies sobre la tierra después de este pequeño, pero contundente recorrido.
María Fernanda Lago/Leandro Uría
La Nación - Turismo
Fotos: Web/Analog Berliner
U2 ofrecerá un concierto gratis frente al viejo Muro de Berlín
Después de hacer historia al transmitir vía Internet uno de los conciertos más importantes de su carrera, la banda U2 volverá a dejar su marca. Esta vez, ofrecerá un concierto gratis frente al viejo Muro de Berlín para ayudar a la ciudad a celebrar el vigésimo aniversario de la caída de esa muralla que dividió durante 28 años a Alemania.
La cadena televisiva MTV informó que el cantante Bono y su banda irlandesa actuarán frente a la Puerta de Brandenburgo el 5 de noviembre durante los Premios MTV Europa. El concierto será transmitido en la ceremonia de entrega de los galardones en la arena O2 World de Berlín.
El manager de U2, Paul McGuinness, dijo que será emocionante estar en la capital alemana "casi exactamente 20 años después de la caída del muro'', que fue derribado el 9 de noviembre de 1989, terminando con casi tres décadas de separación entre el este y el oeste de Europa.
Aunque el concierto es gratuito, habrá que conseguir las preciadas entradas que estarán disponibles en U2.com y en el sitio de MTV Europa desde hoy. Los organizadores explicaron que para acceder a ellas hay que registrarse en esos sitios y que se entregarán dos tickets por persona.
El concierto también recordará que hace 15 años se celebraron los primeros MTV Europa en la Puerta de Brandenburgo. Otra coincidencia con este recital es que el álbum de U2 de 1991 "Achtung Baby'' fue inspirado en parte por el viaje que la banda hizo por Berlín ese año.