Un tour por 3000 años de historia entre templos monumentales y mercados laberínticos, con aromas únicos, en una ciudad asiática y europea, mítica y sobre todo irrepetible
Es una tarde soleada, pero fresca frente al Cuerno de Oro ( Haliç , en turco), canal que divide en dos la parte europea de esta ciudad. Los aromas de la historia y de miles de especias, imaginarios o no, envuelven a este cronista. Se escuchan las sirenas de los ferries y los barcos pesqueros. Al elevar la vista, en la otra orilla se ve la Torre Gálata, un recuerdo más del período bizantino.
Sin esperarlo y procedente de una mezquita cercana se escucha la exclamación Allah Akbar ( Dios es más grande ) varias veces. Luego, otras frases. Es el comienzo del adhan , el llamado a la oración que debe repetirse varias veces al día en el mundo musulmán. En este caso corresponde al ikindi , que se recita a media tarde.
Pero no es el llamado de un solitario muecín que convoca a la adoración de Dios desde un único alminar, las altas torres que rodean a una mezquita. En segundos, de decenas y decenas de mezquitas surge también el adhan. Y entonces el llamado parece venir del cielo mismo.
Imposible olvidar que ésta es una ciudad mayoritariamente musulmana, aunque gran número de mujeres no porten el consabido chador, sino jeans de marca y que los jóvenes estén enchufados a sus correspondientes MP3.
Estambul, parte europea y parte asiática, no sólo geográficamente, sino espiritualmente es una constante mezcla de sensaciones. Como la antigua Roma, su predecesora en el status de capital del mundo de los césares y también poseedora de siete colinas, todos los caminos condujeron hacia ella, pero durante 1500 años. Y todos la quisieron conquistar.
Fundada por colonos griegos aproximadamente en el 667 antes de Cristo, en un primer momento se llamó Bizancio. A partir de que Constantino el Grande la convirtió en la nueva capital del Imperio Romano en el 330 de nuestra era, comenzó a conocérsela como Constantinopla. Durante 1125 años y 18 días fue la capital de lo que hoy llamamos Imperio Bizantino. El 28 de mayo de 1453, luego de un asedio de un par de meses, la ciudad fue tomada por las fuerzas otomanas de Mehmet II el Conquistador. Según algunas leyendas, el último emperador bizantino, Constantino XI, murió valientemente en combate. A partir de allí, Constantinopla sería la capital del gran Imperio Otomano hasta que Kemal Ataturk, en 1923, decidió mover la sede del gobierno turco de Estambul a Ankara.
Ecos lejanos
Estambul, separada entre sus partes europea y asiática por el Bósforo, es una ciudad especial para gastar la suela de los zapatos. La topografía ondulante, las calles que desconocen las direcciones rectas, las mezquitas, las iglesias ortodoxas, los museos, sus vistas del Bósforo al atardecer.
Quien visita por primera vez la ciudad nota enseguida una presencia. Es la del prócer de la Turquía moderna, Mustafá Kemal (1881-1938), más conocido como Kemal Atatürk, "el padre de los turcos", que supo sacar al país del atolladero que siguió al desmembramiento del Imperio Otomano. Desde los billetes, gigantografías en algunos edificios públicos y privados, estatuas, el rostro de Atatürk está muy presente.
¿Qué sitios son imperdibles en una visita no demasiado extensa? La iglesia de Santa Sofía, la Mezquita Azul, la Cisterna Basílica, el Palacio de Topkapi, el Harén, el Gran Bazar, la iglesia de San Salvador en Chora, por ejemplo. También, una navegación por el Bósforo puede ser una experiencia imperecedera.
Santa Sabiduría (Foto)
El primer lugar que elegimos para visitar es Hagia Sofía, la iglesia de la Santa Sabiduría, que ocupa un lugar privilegiado en la parte histórica más antigua de Estambul. Mandada construir por el emperador Justiniano hace más de 1400 años, su planta ocupa cerca de una manzana. Según cuentan las crónicas, el soberano dijo en el discurso de inauguración de este templo cristiano ortodoxo: "Le doy las gracias a Dios por haberme concedido la oportunidad de construir un lugar de adoración como éste". Luego de la conquista otomana fue convertida en mezquita hasta que Kemal Atäturk ordenó cerrarla al culto y convertirla en museo.
Tras pagar las diez liras turcas que cuesta la entrada, unos 25 pesos, habrá que recorrer los 15 metros que separan la puerta de acceso al templo de la llamada puerta del emperador, por la que sólo tenía derecho de cruzar el monarca. De repente surge la majestuosa cúpula, de más de 55 metros de altura.
Quien esto escribe no pudo evitar persignarse. Una señora con chador rodeada por varios chicos de unos 10 años miró sonriente al cronista y le dijo algo en turco que no se comprende, y también indica con la mano el lugar donde está el altar.
Hoy, este sitio está ocupado por el mihrab , que en toda mezquita muestra a los fieles la dirección a la ciudad sagrada de La Meca.
A la izquierda, en la esquina noroeste, un pasadizo estrecho o rampa permite el acceso a la galería superior, de donde puede contemplarse desde unos veinte metros de altura la amplia nave principal. También en este lugar hay ejemplos de espléndidos mosaicos cristianos recuperados tras haberse limpiado las capas de cemento que los recubrieron durante los tiempos otomanos. En la baranda de la galería, resguardado por un acrílico para evitar su deterioro, se encuentra un particular graffiti en runas: Halvdan . Data del siglo IX y es el nombre de un vikingo. ¿Quién sería ese guerrero nórdico? Nunca lo sabremos.
Entre rezos y arte
Al salir de Santa Sofía ( Ayasofya , en turco), se caminan unos 200 metros y estamos ante una curiosidad que conocen del cine quienes vieron De Rusia con amor , con Sean Connery como James Bond: la Cisterna Basílica ( Yerebatan Sarnici ). Una suerte de catedral subterránea o palacio sumergido, construida el 532 después de Cristo para abastecer de agua dulce principalmente al palacio de los emperadores bizantinos, hoy desaparecido.
El recinto tiene más de 300 columnas de cerca de 8 metros de altura y una capacidad de 80.000 metros cúbicos; en la actualidad se recorren dos terceras partes de su superficie total. Tiene una cafetería y tienda de recuerdos y la entrada es de 10 liras.
Sigamos recorriendo. Con la espalda en la Basílica Cisterna, a la izquierda veremos Santa Sofía. A la derecha, uno de los grandes monumentos de la arquitectura musulmana: la Mezquita Azul o Mezquita del sultán Ahmet.
Construida en el período 1609-1616, con sus domos y semidomos, así como sus 6 minaretes, sus 260 ventanales permiten una diáfana iluminación del interior, que ayudan a destacar los más de 20.000 mosaicos azules Iznik. Es un lugar de culto, por lo que hay que guardar el debido respeto. Habrá que quitarse los zapatos para poder ingresar. La entrada es gratuita.
Un rapto en el serrallo
Cercanos entre sí, se encuentran tres puntos inevitables de la ciudad. El primero de ellos, el Palacio Topkapi (entrada: 10 liras), sede del gobierno durante la época de los sultanes. Mandado a construir por Mehmet II, no está estructurado como un solo edificio, sino como un conjunto de edificaciones alrededor de grandes patios. Algunos puntos destacables: la Biblioteca de Ahmet III, los cuartos del Tesoro, la Cámara de los Visires y la Puerta de la Felicidad.
Aunque pegado a Topkapi, los turistas tienen que volver a pagar 10 liras para poder ingresar en el Harén, el serrallo, el sitio donde los sultanes guardaban bajo siete llaves, custodiadas por esclavos eunucos, a sus consortes y concubinas, junto con los hijos menores. Este enredado conjunto de pasillos, habitaciones y salas de estar fue por varios siglos el hogar de por vida para mujeres traídas de todos los confines del imperio. No olvidemos que la palabra harén viene del árabe y significa lo vedado .
El Gran Bazar
Laberinto de tiendas
Mucho del exotismo oriental lo vivimos en el Gran Bazar, donde se amontonan sin solución de continuidad las abarrotadas tiendas de recuerdos, que van desde remeras; narguiles, pipas de agua; joyería de oro, muy buscada; alfombras y otros objetos.
En este lugar comimos en un restaurante un sabroso kebab, plato típico sobre la base de carne, con papas y una gaseosa; el restaurante no vendía bebidas alcohólicas, por 20 liras.
El regateo en este laberinto de callejuelas mágicas es casi obligatorio y no hay que preocuparse por el idioma: seguramente el vendedor se hará entender. Una alfombra, con un poco de esfuerzo, puede pasar de 400 euros a 250 en pocas palabras.
Este cronista quería llevar algo típico del lugar y optó por unos bellos estandartes con versículos del Corán bordados en dorado y con un talismán de la buena fortuna, el ojo de la suerte, en su parte inferior. Luego de mucho regatear consiguió comprar uno por 15 liras. A los pocos pasos, sonrió un vendedor que había visto la compra y ofreció otro con la palabra Allah por 10 liras. Mejor no seguir preguntando...
Taxistas imaginativos
El transporte público es variado en Estambul. Tenemos colectivos, subtes, tranvías. El tranvía, moderno y que atraviesa el sector histórico, es un medio muy cómodo e ideal para disfrutar del recorrido. El cospel, que sirve para cualquier distancia que elijamos, cuesta 1,6 liras turcas. Cuando optamos por el taxi, aunque tienen reloj, en muchos casos convendrá antes preguntar cuánto cuesta un determinado recorrido, ya que los conductores son muy imaginativos en cuanto a asociar una distancia con un precio. Este cronista, en una oportunidad, preguntó el precio por cubrir el trayecto entre los barrios de Fener y Besiktas, unos 6 km. Un taxista pidió, en inglés, 50 liras. Bastó con seguir preguntando para dar con un conductor que cobró sólo 14 liras.
Datos útiles
Cómo llegar
Desde Baires hay vuelos diarios a Estambul, viajando parte en TAM y parte en Lufthansa. Los argentinos no necesitan visa.
Idioma
El turco, perteneciente a la familia de lenguas uraloaltaica, se escribe con caracteres latinos.
Aquí, algunas palabras de uso diario
Hola: Merhaba
Adiós: Hou015Fçakalin
Por favor: Lütfen
Gracias: Teþekkür ederim, saðol
Si: Evet
No: Hayir
Aeropuerto: Havalimaný
Oficina de Turismo: Turizm bürosu
¿Cuánto cuesta?: Bu ne kadar?
Es muy caro: Çok pahalý
En Internet (Páginas en la Web para ayudar a armar el viaje)
www.turquia.net (en español
english.istanbul.com/Guide/GuideMain.aspx (en inglés
www.turquia.com/default.asp (en español)
www.istanbullife.org/index_es.html (diversos idiomas
www.tourismturkey.org (en inglés)
www.kultur.gov.tr/ES / (en español)
Moneda
Cotización de la lira turca (YTL) al 13/5/08
1 US$ = 1.2584 YTL
1 Euro = 1.9427 YTL
Literatura y cine
Algunos libros recomendados:
Manuel H. Castrillón (Enviado especial)Es una tarde soleada, pero fresca frente al Cuerno de Oro ( Haliç , en turco), canal que divide en dos la parte europea de esta ciudad. Los aromas de la historia y de miles de especias, imaginarios o no, envuelven a este cronista. Se escuchan las sirenas de los ferries y los barcos pesqueros. Al elevar la vista, en la otra orilla se ve la Torre Gálata, un recuerdo más del período bizantino.
Sin esperarlo y procedente de una mezquita cercana se escucha la exclamación Allah Akbar ( Dios es más grande ) varias veces. Luego, otras frases. Es el comienzo del adhan , el llamado a la oración que debe repetirse varias veces al día en el mundo musulmán. En este caso corresponde al ikindi , que se recita a media tarde.
Pero no es el llamado de un solitario muecín que convoca a la adoración de Dios desde un único alminar, las altas torres que rodean a una mezquita. En segundos, de decenas y decenas de mezquitas surge también el adhan. Y entonces el llamado parece venir del cielo mismo.
Imposible olvidar que ésta es una ciudad mayoritariamente musulmana, aunque gran número de mujeres no porten el consabido chador, sino jeans de marca y que los jóvenes estén enchufados a sus correspondientes MP3.
Estambul, parte europea y parte asiática, no sólo geográficamente, sino espiritualmente es una constante mezcla de sensaciones. Como la antigua Roma, su predecesora en el status de capital del mundo de los césares y también poseedora de siete colinas, todos los caminos condujeron hacia ella, pero durante 1500 años. Y todos la quisieron conquistar.
Fundada por colonos griegos aproximadamente en el 667 antes de Cristo, en un primer momento se llamó Bizancio. A partir de que Constantino el Grande la convirtió en la nueva capital del Imperio Romano en el 330 de nuestra era, comenzó a conocérsela como Constantinopla. Durante 1125 años y 18 días fue la capital de lo que hoy llamamos Imperio Bizantino. El 28 de mayo de 1453, luego de un asedio de un par de meses, la ciudad fue tomada por las fuerzas otomanas de Mehmet II el Conquistador. Según algunas leyendas, el último emperador bizantino, Constantino XI, murió valientemente en combate. A partir de allí, Constantinopla sería la capital del gran Imperio Otomano hasta que Kemal Ataturk, en 1923, decidió mover la sede del gobierno turco de Estambul a Ankara.
Ecos lejanos
Estambul, separada entre sus partes europea y asiática por el Bósforo, es una ciudad especial para gastar la suela de los zapatos. La topografía ondulante, las calles que desconocen las direcciones rectas, las mezquitas, las iglesias ortodoxas, los museos, sus vistas del Bósforo al atardecer.
Quien visita por primera vez la ciudad nota enseguida una presencia. Es la del prócer de la Turquía moderna, Mustafá Kemal (1881-1938), más conocido como Kemal Atatürk, "el padre de los turcos", que supo sacar al país del atolladero que siguió al desmembramiento del Imperio Otomano. Desde los billetes, gigantografías en algunos edificios públicos y privados, estatuas, el rostro de Atatürk está muy presente.
¿Qué sitios son imperdibles en una visita no demasiado extensa? La iglesia de Santa Sofía, la Mezquita Azul, la Cisterna Basílica, el Palacio de Topkapi, el Harén, el Gran Bazar, la iglesia de San Salvador en Chora, por ejemplo. También, una navegación por el Bósforo puede ser una experiencia imperecedera.
Santa Sabiduría (Foto)
El primer lugar que elegimos para visitar es Hagia Sofía, la iglesia de la Santa Sabiduría, que ocupa un lugar privilegiado en la parte histórica más antigua de Estambul. Mandada construir por el emperador Justiniano hace más de 1400 años, su planta ocupa cerca de una manzana. Según cuentan las crónicas, el soberano dijo en el discurso de inauguración de este templo cristiano ortodoxo: "Le doy las gracias a Dios por haberme concedido la oportunidad de construir un lugar de adoración como éste". Luego de la conquista otomana fue convertida en mezquita hasta que Kemal Atäturk ordenó cerrarla al culto y convertirla en museo.
Tras pagar las diez liras turcas que cuesta la entrada, unos 25 pesos, habrá que recorrer los 15 metros que separan la puerta de acceso al templo de la llamada puerta del emperador, por la que sólo tenía derecho de cruzar el monarca. De repente surge la majestuosa cúpula, de más de 55 metros de altura.
Quien esto escribe no pudo evitar persignarse. Una señora con chador rodeada por varios chicos de unos 10 años miró sonriente al cronista y le dijo algo en turco que no se comprende, y también indica con la mano el lugar donde está el altar.
Hoy, este sitio está ocupado por el mihrab , que en toda mezquita muestra a los fieles la dirección a la ciudad sagrada de La Meca.
A la izquierda, en la esquina noroeste, un pasadizo estrecho o rampa permite el acceso a la galería superior, de donde puede contemplarse desde unos veinte metros de altura la amplia nave principal. También en este lugar hay ejemplos de espléndidos mosaicos cristianos recuperados tras haberse limpiado las capas de cemento que los recubrieron durante los tiempos otomanos. En la baranda de la galería, resguardado por un acrílico para evitar su deterioro, se encuentra un particular graffiti en runas: Halvdan . Data del siglo IX y es el nombre de un vikingo. ¿Quién sería ese guerrero nórdico? Nunca lo sabremos.
Entre rezos y arte
Al salir de Santa Sofía ( Ayasofya , en turco), se caminan unos 200 metros y estamos ante una curiosidad que conocen del cine quienes vieron De Rusia con amor , con Sean Connery como James Bond: la Cisterna Basílica ( Yerebatan Sarnici ). Una suerte de catedral subterránea o palacio sumergido, construida el 532 después de Cristo para abastecer de agua dulce principalmente al palacio de los emperadores bizantinos, hoy desaparecido.
El recinto tiene más de 300 columnas de cerca de 8 metros de altura y una capacidad de 80.000 metros cúbicos; en la actualidad se recorren dos terceras partes de su superficie total. Tiene una cafetería y tienda de recuerdos y la entrada es de 10 liras.
Sigamos recorriendo. Con la espalda en la Basílica Cisterna, a la izquierda veremos Santa Sofía. A la derecha, uno de los grandes monumentos de la arquitectura musulmana: la Mezquita Azul o Mezquita del sultán Ahmet.
Construida en el período 1609-1616, con sus domos y semidomos, así como sus 6 minaretes, sus 260 ventanales permiten una diáfana iluminación del interior, que ayudan a destacar los más de 20.000 mosaicos azules Iznik. Es un lugar de culto, por lo que hay que guardar el debido respeto. Habrá que quitarse los zapatos para poder ingresar. La entrada es gratuita.
Un rapto en el serrallo
Cercanos entre sí, se encuentran tres puntos inevitables de la ciudad. El primero de ellos, el Palacio Topkapi (entrada: 10 liras), sede del gobierno durante la época de los sultanes. Mandado a construir por Mehmet II, no está estructurado como un solo edificio, sino como un conjunto de edificaciones alrededor de grandes patios. Algunos puntos destacables: la Biblioteca de Ahmet III, los cuartos del Tesoro, la Cámara de los Visires y la Puerta de la Felicidad.
Aunque pegado a Topkapi, los turistas tienen que volver a pagar 10 liras para poder ingresar en el Harén, el serrallo, el sitio donde los sultanes guardaban bajo siete llaves, custodiadas por esclavos eunucos, a sus consortes y concubinas, junto con los hijos menores. Este enredado conjunto de pasillos, habitaciones y salas de estar fue por varios siglos el hogar de por vida para mujeres traídas de todos los confines del imperio. No olvidemos que la palabra harén viene del árabe y significa lo vedado .
Antes de entrar a Topkapi se deberá visitar el Museo Arqueológico (5 liras la entrada), un lugar que le hace honor a Turquía como país cruce de civilizaciones. El recorrido merece una tarde, sobre todo si miramos con detenimiento los objetos sacados de la meseta de Anatolia y de las diversas Troya, no sólo la homérica. Hay incluso un sector para los chicos, con un caballo de madera en escala para ayudar a imaginar las hazañas de Ulises, Aquiles y Héctor.
El Gran Bazar
Mucho del exotismo oriental lo vivimos en el Gran Bazar, donde se amontonan sin solución de continuidad las abarrotadas tiendas de recuerdos, que van desde remeras; narguiles, pipas de agua; joyería de oro, muy buscada; alfombras y otros objetos.
En este lugar comimos en un restaurante un sabroso kebab, plato típico sobre la base de carne, con papas y una gaseosa; el restaurante no vendía bebidas alcohólicas, por 20 liras.
El regateo en este laberinto de callejuelas mágicas es casi obligatorio y no hay que preocuparse por el idioma: seguramente el vendedor se hará entender. Una alfombra, con un poco de esfuerzo, puede pasar de 400 euros a 250 en pocas palabras.
Este cronista quería llevar algo típico del lugar y optó por unos bellos estandartes con versículos del Corán bordados en dorado y con un talismán de la buena fortuna, el ojo de la suerte, en su parte inferior. Luego de mucho regatear consiguió comprar uno por 15 liras. A los pocos pasos, sonrió un vendedor que había visto la compra y ofreció otro con la palabra Allah por 10 liras. Mejor no seguir preguntando...
Taxistas imaginativos
El transporte público es variado en Estambul. Tenemos colectivos, subtes, tranvías. El tranvía, moderno y que atraviesa el sector histórico, es un medio muy cómodo e ideal para disfrutar del recorrido. El cospel, que sirve para cualquier distancia que elijamos, cuesta 1,6 liras turcas. Cuando optamos por el taxi, aunque tienen reloj, en muchos casos convendrá antes preguntar cuánto cuesta un determinado recorrido, ya que los conductores son muy imaginativos en cuanto a asociar una distancia con un precio. Este cronista, en una oportunidad, preguntó el precio por cubrir el trayecto entre los barrios de Fener y Besiktas, unos 6 km. Un taxista pidió, en inglés, 50 liras. Bastó con seguir preguntando para dar con un conductor que cobró sólo 14 liras.
Datos útiles
Cómo llegar
Desde Baires hay vuelos diarios a Estambul, viajando parte en TAM y parte en Lufthansa. Los argentinos no necesitan visa.
Idioma
El turco, perteneciente a la familia de lenguas uraloaltaica, se escribe con caracteres latinos.
Aquí, algunas palabras de uso diario
Hola: Merhaba
Adiós: Hou015Fçakalin
Por favor: Lütfen
Gracias: Teþekkür ederim, saðol
Si: Evet
No: Hayir
Aeropuerto: Havalimaný
Oficina de Turismo: Turizm bürosu
¿Cuánto cuesta?: Bu ne kadar?
Es muy caro: Çok pahalý
En Internet (Páginas en la Web para ayudar a armar el viaje)
www.turquia.net (en español
english.istanbul.com/Guide/GuideMain.aspx (en inglés
www.turquia.com/default.asp (en español)
www.istanbullife.org/index_es.html (diversos idiomas
www.tourismturkey.org (en inglés)
www.kultur.gov.tr/ES / (en español)
Moneda
Cotización de la lira turca (YTL) al 13/5/08
1 US$ = 1.2584 YTL
1 Euro = 1.9427 YTL
Literatura y cine
Algunos libros recomendados:
- Istambul (guía en inglés), de la serie Eyewitness Travel, de la editorial DK
- El Imperio Otomano, por Colin Imber, Ediciones B.
- Estambul, por Orhan Pamuk, Mondadori. Historia de Bizancio, por Joseph Walker, Edimat Libros
- The Fall of Constantinopla (en inglés), por D. Nicolle y otros, Osprey Publishing.
- De Rusia con amor (1963)
- Topkapi, con Peter Ustinov (1964)
- Politiki kouzina (La sal de la vida), con Georges Corraface (2003)
La Nación - Turismo
Fotos: web
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