Todos los mares del mundo están siendo afectados por la actividad del hombre. El cambio climático, el efecto invernadero y la pesca indiscriminada ponen en vilo a los ecosistemas marinos, cuyas aguas se acidifican vertiginosamente. Un alerta, sin fronteras políticas.
Según recientes estudios, ya no existen áreas en el mundo en las que los océanos permanezcan ajenos a la influencia del hombre.
Todos ellos están sintiendo los efectos de la pesca, la polución, y el calentamiento global causado por el hombre. Algunas regiones están siendo afectadas por todos estos factores, y aún más.
El equipo de especialistas, a cargo de Ben Halpern, de la Universidad de California, Santa Bárbara, acaba de crear el primer mapa global que refleja los diferentes tipos de daños que están sufriendo los ecosistemas marinos.
Los expertos establecieron puntajes para 17 impactos humanos, y los asignó respectivamente a cada región oceánica para revelar el efecto conjunto que están teniendo en la vida marina.
“Los océanos son tan amplios, que supuse que encontraría varias áreas a las que la mano del hombre no haya llegado o que fueran visitadas muy raramente”, dice Halpern. “Pero cuando se mira el mapa, lo que se observan son enormes superficies que están siendo afectadas por las múltiples actividades humanas. Fue una gran sorpresa para mí”, asegura. El proyecto revela que más del 40 por ciento de los ecosistemas marinos están siendo seriamente afectados.
Entre los puntos más críticos se cuentan el Mar del Norte de la costa de Europa y Asia, el Mar Amarillo y el Mar de la China Oriental. El estudio ya fue publicado en el periódico Science.
Entre todos los efectos de la mano del hombre sobre los ecosistemas marinos, el cambio climático es, por lejos, el que está teniendo el mayor efecto, según estimaciones de los investigadores. Los gases del efecto invernadero, como el dióxido de carbono, provocan una suba en la temperatura de la atmósfera y, aunque más lentamente, también en la de los océanos, explican los científicos.
Además, el dióxido de carbono se disuelve en las aguas de los océanos volviéndolos más ácidos, lo que hace más dificultoso para corales, mariscos, y otros animales desarrollar sus caparazones y tejidos.
Remotas, las áreas cubiertas de hielo de la Antártida y el Artico son, según el estudio, las menos afectadas, sobre todo por estar muy poco habitadas y por ser regiones a las que es muy difícil llegar. Pero los efectos del calentamiento global, que serán cada vez más dañinos, también se sienten allí. “Las proyecciones sobre las futuras pérdidas de hielos polares sugieren que el impacto en esas regiones crecerá sustancialmente”, escriben los científicos.
El segundo factor en importancia que afecta a la vida marina es la pesca, agregan: la pesca de arrastre para los animales que habitan los suelos marinos, como los peces de fondo y camarones, es especialmente dañina, ya que el resto del hábitat del fondo oceánico se destruye durante el proceso”, ilustra Halpern.
Los hábitats que están sufriendo los mayores impactos, catalogados como “muy alto” en el estudio, son las plataformas continentales, las aguas poco profundas próximas a las costas terrestres, que alcanzan entre 60 y 200 metros de profundidad.
Otra área que sufre gravemente las consecuencias es la costa noreste de los Estados Unidos, donde la polución, las embarcaciones comerciales y la pesca son las mayores causas del daño.
El Mar del Norte y la costa china son golpeadas por prácticamente todos los factores. Halpern sentencia: “es la tormenta perfecta”.
Elizabeth Babcock es bióloga marina de la Universidad de Miami, y aunque no estuvo involucrada en esta nueva investigación, opina. “Lo más útil del estudio es la posibilidad de mirar el panorama completo y elegir áreas particularmente transparentes, que serían buenos lugares para establecer parques marinos”, dice.
La investigación también podría ser usada para encontrar “áreas que han sido mucho más golpeadas de lo que nadie imagina, que realmente necesitan que prestemos atención y hagamos un esfuerzo por conservarlas”, agrega. “El mapa es útil para que grupos internacionales prioricen dónde invertir su dinero para mitigar estos problemas y conservar las áreas”.
John Pandolfi, de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, dice que el estudio “arroja luz sobre el hecho de que los ecosistemas marinos no conocen de límites políticos. Por lo tanto, la única forma de avanzar será a partir de un abordaje conjunto a nivel internacional”.
El equipo no midió los efectos de ciertas prácticas, como la pesca ilegal, los deportes acuáticos y la piscicultura. “Esto provoca que sus estimaciones sean demasiado conservadoras, y que la situación probablemente sea peor de lo que vaticinan”, dice Pandolfi. Incluir un mayor número de impactos locales también ensombrecería aún más el panorama, agrega.
Aún así, Halpern es optimista: “Mi esperanza es que nuestro estudio sirva como una llamada de alerta para mejorar el manejo y la protección de nuestros océanos, y no como una excusa para rendirse”, dice. “Nuestro objetivo, y nuestra necesidad, para ser honestos, es hacer esto de una forma sustentable, de manera que nuestros océanos se mantengan sanos y continúen proveyéndonos de lo que necesitamos y queremos”.
Mason Inman
Periodista Independiente
Fuente: Diario Perfil
Según recientes estudios, ya no existen áreas en el mundo en las que los océanos permanezcan ajenos a la influencia del hombre.
Todos ellos están sintiendo los efectos de la pesca, la polución, y el calentamiento global causado por el hombre. Algunas regiones están siendo afectadas por todos estos factores, y aún más.
El equipo de especialistas, a cargo de Ben Halpern, de la Universidad de California, Santa Bárbara, acaba de crear el primer mapa global que refleja los diferentes tipos de daños que están sufriendo los ecosistemas marinos.
Los expertos establecieron puntajes para 17 impactos humanos, y los asignó respectivamente a cada región oceánica para revelar el efecto conjunto que están teniendo en la vida marina.
“Los océanos son tan amplios, que supuse que encontraría varias áreas a las que la mano del hombre no haya llegado o que fueran visitadas muy raramente”, dice Halpern. “Pero cuando se mira el mapa, lo que se observan son enormes superficies que están siendo afectadas por las múltiples actividades humanas. Fue una gran sorpresa para mí”, asegura. El proyecto revela que más del 40 por ciento de los ecosistemas marinos están siendo seriamente afectados.
Entre los puntos más críticos se cuentan el Mar del Norte de la costa de Europa y Asia, el Mar Amarillo y el Mar de la China Oriental. El estudio ya fue publicado en el periódico Science.
Entre todos los efectos de la mano del hombre sobre los ecosistemas marinos, el cambio climático es, por lejos, el que está teniendo el mayor efecto, según estimaciones de los investigadores. Los gases del efecto invernadero, como el dióxido de carbono, provocan una suba en la temperatura de la atmósfera y, aunque más lentamente, también en la de los océanos, explican los científicos.
Además, el dióxido de carbono se disuelve en las aguas de los océanos volviéndolos más ácidos, lo que hace más dificultoso para corales, mariscos, y otros animales desarrollar sus caparazones y tejidos.
Remotas, las áreas cubiertas de hielo de la Antártida y el Artico son, según el estudio, las menos afectadas, sobre todo por estar muy poco habitadas y por ser regiones a las que es muy difícil llegar. Pero los efectos del calentamiento global, que serán cada vez más dañinos, también se sienten allí. “Las proyecciones sobre las futuras pérdidas de hielos polares sugieren que el impacto en esas regiones crecerá sustancialmente”, escriben los científicos.
El segundo factor en importancia que afecta a la vida marina es la pesca, agregan: la pesca de arrastre para los animales que habitan los suelos marinos, como los peces de fondo y camarones, es especialmente dañina, ya que el resto del hábitat del fondo oceánico se destruye durante el proceso”, ilustra Halpern.
Los hábitats que están sufriendo los mayores impactos, catalogados como “muy alto” en el estudio, son las plataformas continentales, las aguas poco profundas próximas a las costas terrestres, que alcanzan entre 60 y 200 metros de profundidad.
Otra área que sufre gravemente las consecuencias es la costa noreste de los Estados Unidos, donde la polución, las embarcaciones comerciales y la pesca son las mayores causas del daño.
El Mar del Norte y la costa china son golpeadas por prácticamente todos los factores. Halpern sentencia: “es la tormenta perfecta”.
Elizabeth Babcock es bióloga marina de la Universidad de Miami, y aunque no estuvo involucrada en esta nueva investigación, opina. “Lo más útil del estudio es la posibilidad de mirar el panorama completo y elegir áreas particularmente transparentes, que serían buenos lugares para establecer parques marinos”, dice.
La investigación también podría ser usada para encontrar “áreas que han sido mucho más golpeadas de lo que nadie imagina, que realmente necesitan que prestemos atención y hagamos un esfuerzo por conservarlas”, agrega. “El mapa es útil para que grupos internacionales prioricen dónde invertir su dinero para mitigar estos problemas y conservar las áreas”.
John Pandolfi, de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, dice que el estudio “arroja luz sobre el hecho de que los ecosistemas marinos no conocen de límites políticos. Por lo tanto, la única forma de avanzar será a partir de un abordaje conjunto a nivel internacional”.
El equipo no midió los efectos de ciertas prácticas, como la pesca ilegal, los deportes acuáticos y la piscicultura. “Esto provoca que sus estimaciones sean demasiado conservadoras, y que la situación probablemente sea peor de lo que vaticinan”, dice Pandolfi. Incluir un mayor número de impactos locales también ensombrecería aún más el panorama, agrega.
Aún así, Halpern es optimista: “Mi esperanza es que nuestro estudio sirva como una llamada de alerta para mejorar el manejo y la protección de nuestros océanos, y no como una excusa para rendirse”, dice. “Nuestro objetivo, y nuestra necesidad, para ser honestos, es hacer esto de una forma sustentable, de manera que nuestros océanos se mantengan sanos y continúen proveyéndonos de lo que necesitamos y queremos”.
Mason Inman
Periodista Independiente
Fuente: Diario Perfil
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